Durante este verano visitamos una tarde el pueblo de Mondoñedo, y decidimos merendar en esta cafetería próxima a la Catedral. Lamentablemente, es un sitio que no puedo recomendar por varias razones.

Si no le doy la mínima puntuación, es solo por dos detalles que sí me convencieron, y que considero justo también exponerlos. Estos son, por un lado, la interesante decoración interior del local. Y por otro, que reconozco que el señor que nos atendió sí fue bastante agradable y educado en todo momento.

Ahora bien, a partir de aquí, para huir y no volver. En primer lugar, nos sentamos en su minúscula terraza, donde sus sillas eran bastante incómodas. Tampoco puedo decir nada bueno de los aseos, he leído en otra reseña que alguien los califica de "motel" y sinceramente lo corroboro, pues sus condiciones eran bastante insalubres y antihigiénicas.

Pedimos varios productos, y en general todo nos defraudó. Por un lado, pedimos algunos canolis de pistacho, y estaban sencillamente malísimos, duros como una piedra e insípidos. Yo también solicité una porción de tarta con oreo, porque me llamó la atención desde el mostrador, pero al probarla me dio la sensación de ser bastante artificial y poco casera.

En mi opinión, este sitio no merece la pena, porque a la pésima calidad de todo lo que pedimos, hay que sumarle que las tarifas que tienen no son precisamente una ganga. Cobrar sobre 5€ por una porción de tarta, o 7,50€ por tres bolas de helado, son precios propios de la "jet set", o de como mínimo, que los productos fueran de muy alta calidad, y no fue esa desde luego la impresión que tuve.

Pese a que el local es muy coqueto y que el personal se mostró servicial, honestamente dudo que me vuelvan a ver por allí. No lo recomiendo en absoluto la verdad.

Pd (Respuesta al propietario):

Buenas tardes, edito la reseña rebajando a una sola estrella, a causa de la respuesta tan desproporcionada e intolerante que me ha dedicado el dueño del local.

A ver si resulta que desde el "Super", le han cobrado a usted de más para adquirir sus tartas y productos artificiales, y de ahí que me haya montado esta pataleta. Porque de otra forma no me lo explico la verdad.

Creo que en mi reseña, como se puede comprobar, no hay ni una sola falta de respeto ni insulto a nadie. Básicamente es una crítica constructiva, donde expongo tanto lo que no me gustó y que considero mejorable, así como aquellos detalles con los que sí estuve a gusto en este establecimiento.

Si usted tiene un negocio, debe tener en cuenta que no todos los clientes estarán siempre satisfechos con sus servicios. Y también debe estar preparado para hacer introspección y reflexionar ante las reseñas negativas. Si su ego y soberbia se lo impiden, creo que debería replantearse trabajar en algo que no sea atender de cara al público.

Su respuesta, carente de argumentos serios para intentar rebatir mis opiniones negativas, es digna de un berrinche infantil. Usted solito se retrata como un mal profesional.

Y ya por último, si revisa mi perfil, verá que precisamente no me caracterizo por dejar frecuentemente reseñas con muy pocas estrellas. No soy de esos que hacen daño por la cara, precisamente porque también tengo familiares vinculados al mundo de la hostelería. Así que tenga usted un poquito más de respeto hacia mi persona.

Hasta nunca.