A la tercera va la vencida!! Primero pedir disculpas a Vito por la tardanza! He tenido la suerte y complacencia de viajar y conocer la gastronomía de muchos países, destacando especialmente Italia, cuya gente, oferta gastronómica y paisajista es una auténtica delicia! Si en algún sitio me he sentido como en una Trattoria del bohemio Trastevere o de la piu bella Toscana, sin duda uno de esos sitios es Don Vito y su humilde establecimiento, que desde la entrada, su acogedora decoración y el estilo vital y pausado de su propietario, interpreta sin faltar ningún detalle a estos lugares maravillosos que he visitado. Vito es un auténtico cocinero italiano y más que eso, un italiano de pies a cabeza, he compartido con el mesa, vino y café, y su sapiencia y calma vital es de admirar e imitar, lleva casi toda su vida trabajando fuera de su casa, en diversos países, finalmente encontró su sitio, junto a su familia, en Mula, y la suerte que hemos tenido por ello. No busques prisa ni ansiedad en su labor, a él le gusta la sobremesa como antaño disfrutábamos con nuestros familiares, la comida haciéndose sin prisa, un buen café illy o Vergnano y una tertulia que se extienda hasta que el Chianti o un moscato de la Emillia Romagna se acabe!! Y ahora vamos a lo que vamos, hace un tiempo sugerí a Vito la delicia que me supuso degustar unos spaghetti carbonara en la ciudad eterna, hace unos años, que no había probado nada igual y que sería bueno volver a probarlo de manos de un cocinero italiano, con su tempo y gusto. Así fue, que en mi siguiente visita, al verme, sin decir nada y aprovechando que había pocos clientes, se ofreció a hacerlos!! Para los no conocedores, la carbonara no lleva nata, y se tarda un poquito más en hacerlos. Pues si, su carbonara es deliciosa, nada indigesta y sabrosisima, tanto que se ha convertido en mi plato estrella en mis últimas 3 visitas, así como también el de mi acompañante habitual, que los desconocía, y que ahora no puede vivir sin ellos. En la última ocasión en noche de reyes, así mismo sugerimos a Vito que nos ofreciera un vino dulce moscato italiano, y nos sacó una botella de blanco del que junto a él y Manoli, dimos buena cuenta compartiendo ese dulce caldo adiamantado increíblemente sugerente y que nunca antes había probado, asimismo nos ofreció que en próximas visitas nos haría otras versiones de carbonar y quizás un pollo a la cacciatore Bianca (plato estrella en Florencia). Si quieres comer cositas italianas en un local muy similar a lo autóctono, mi consejo es que vayas sin prisa y a disfrutar de un buen servicio, buen manjar y agradable conversación, junto a Vito, sus empleados y terminando con un tiramisu o panna cotta caseros!!