Si algo ha quedado claro en nuestra nueva visita de hoy es que Gelardo’s no parece ser de aquí sino de bastante más lejos. Si esperas encontrar matrimonios, marineras, zarangollo, tomates partidos con aceitunas, habas, michirones ... definitivamente este no es tu lugar. Gelardo’s es una propuesta gastronómica moderna y llena de sentido común en la que nada se hace al azar. La mano sabia de un verdadero chef en los fogones y un servicio de sala cualificado y orientado hacia la excelencia. Es precisamente en los pequeños detalles donde se ve el amor por lo que hacen y Gelardo’s, dentro de su falta de pretensiones, está lleno de ellos: tierno pan caliente, mantequilla atemperada previamente, servicio extra de sal de Maldon y de salsa sriracha siempre con dos cucharillas, cambio de vajilla y cubiertos entre platos, bonitas piezas de pizarra y porcelana blanca de diseño, copas de cristal de calidad. Una carta escueta pero llena de joyas gastronómicas fruto de la extraordinaria sensibilidad de su dueño y chef Rubén Gelardo. Un magnífico profesional -mejor dicho un cocinero/autor- formado en Italia y España con una mano y un ojo culinarios excelentes, tanto en presentación visual como en la combinación de sabores y el enorme respeto en el trato de la materia prima. Tiempos de cocción perfectos y maridajes casi perfectos. Comenzamos con unas gyozas de carne en su justo punto, llenas de sabor y con una salsa que las redondea y realza. Seguimos con una equilibrada ensalada de mozzarella de búfala con tomate kumato, cebolla frita y pesto a la que quizás le faltaba un punto de sal y un poco más de pesto. Continuamos con unas alitas de pato, un plato que debería ser un poco más trabajado para que queden más sazonadas, jugosas y que la salsa tenga más personalidad. Continuamos con unas mollas de vieira con jamón de pato y curry. Una maravilla que me arrancó las lágrimas. Perfectas en su ejecución. En su justo punto de cocinado. Jugosas, suculentas y llenas de matices aunque con un único pero: la salsa de remolacha, un poco subida de mayonesa y que mejoraría con un leve toque cítrico. Hablando de sal -condimento que deberían usar con mayor mesura- tanto el Magret de Pato con noodles y naranja como la Sardina Ahumada estaban ligeramente subidos. Para terminar, el remate perfecto. Los gambones thai con salsa de coco. Espléndidos, deliciosos y sin objeción posible. Mención especial una nueva incorporación a la carta: el calamar relleno de su tinta tierno, suave y exquisito, con un pesto de albahaca, aceite de oliva y anacardos difícil de igualar. Un plato superlativo. Da gusto ver la delicadeza y sabiduría con la que se maneja este joven chef. Puro talento. Con este derroche quién necesita estrellas Michelin. Felicidades. Y eso que aún nos quedamos sin probar el risotto de boletus -especialidad de la casa- , el pulpo con hummus y unos postres que visto lo visto apuntan a ser de escándalo. Para colmo, un buen menú diario y unos precios muy comedidos para la enorme calidad de lo que ofrecen. Roguemos para que cuando Rubén consiga llenar de nuevo este singular oasis gastronómico, todavía casi clandestino, logre mantener la misma frescura, calidad y amor por lo que hace. Afortunadamente, la pandemia no ha conseguido acabar con tu restaurante y aunque hayas reducido drásticamente la carta, eliminados algunos de los mejores platos, reducido tu stock de vinos y de materias primas podemos continuar disfrutando de tu enorme talento. Nos daremos un plazo mientras esperamos que tu normalidad se restablezca pero sabes que tarde o temprano volveremos....
Read moreEs la primera vez que pongo una crítica negativa, pero no sin una buena razón. Fuimos ayer a comer por el día de la madre y fue una pena. Había comido allí otras veces y he de decir que la comida estaba muy muy rica, pero lo de ayer fue horrible. Fuimos con reserva y la mesa no estaba ni montada. A los 45 minutos les llamamos la atención, aún con la mesa sin montar, porque no habían pasado siquiera a tomarnos nota de la bebida. Al menos tuvimos la "suerte" de llegar cinco minutos antes de los de la mesa de al lado, que tras una hora y media sentados se fueron sin comer porque iban atendiendo y sirviendo individualmente de mesa en mesa por orden de llegada. Pedimos el menú especial del día de la madre con unas raciones minúsculas, que además no se podían ni dividir entre el número de comensales (por ej. Seis gambas para cuatro personas, un trozo de queso por cabeza, tres mini postres en boles individuales para cuatro personas, etcétera). Arroz pasado, salmón seco, carne cruda... Tuvimos que devolver varios platos por mala cocción de los mismos. Y, aunque muy amablemente accedieron a cambiarlos, nos los volvieron a dar mal hechos. En definitiva, una desorganización brutal y comida regulera y escasa. Pagamos 30 euros por cabeza y me fui con hambre. A nuestro alrededor sólo se oía gente descontenta que se iba de decepcionada. Como ya he dicho al principio, la comida siempre ha estado muy buena y tanto los camareros como el cocinero han sido muy amables. Es por esto por lo que les doy un dos y no un cero. No obstante, no creo que vuelva nunca a confiar en ellos para comer en fechas señaladas... Y creo que después de lo de ayer muchos opinarán igual que yo. Pues...
Read more100%Recomendable, buen precio, buen trato y buena comida. El entorno del restaurante es fantástico, tiene fácil aparcamiento y un trayecto bonito para pasear después de la cena. Dentro del restaurante respetan todas las normas de Covid-19 y tienes mucha sensación de seguridad y limpieza. Tiene un ambiente reservado, con música de relax y velas. Los camareros son muy agradables y resolutivos. Nos sorprendió muchísimo que nos explicaran todos los platos, sus salsas y elaboraciones, lo cual nos gusto, transmite la sensación de que les gusta su trabajo y que cuidan y miman al cliente. En cuantos a la comida decir que fue fantástica, todos los platos nos gustaron. Las gyozas excelentes, tienen una textura crujiente muy diferente al resto que hayas probado. Los caballitos con un rebozado crujiente y fino sin quitar el sabor de la gamba. Las mini marineras invitación de la casa, muy ricas, nos gustaron hasta más que las originales. Él huevo con el puré de patatas y trufa, increíble, nada empalagoso, los sabores encajan perfectamente. La presa con pack-joy muy rica, en su punto, muy tierna. Las papas arrugas muy ricas, y la salsa bastante picante, en su punto. Las croquetas nos conquistaron, pudimos probar tanto las de jamón como las de boletus, se notaba que eran caseras. El tigre nos aprendió, es como si fuese una croqueta. El vino blanco blue, os lo recomendamos si sois de vinos afrutados, dulce y nada ácido. También nos recomendaron un tinto muy bueno. Nos sorprendió que nos pusieran una cesta de pan y no nos la cobrarán, un detalle muy bueno, por cierto riquísimo! Salimos encantados, volveremos a probar el resto...
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