Restaurante Les Tapes de la Iaia — Restaurant in Mutxamel

Ayer estuve comiendo con mi pareja en Les tapes de la iaia, en Muchamiel.

Fue una gran sorpresa. Entramos al local, y nos encontramos con un local bastante clásico, con una barra ancha llena de productos, y un comedor que debo reconocer que nos tiraba algo para atrás, entenderme, el salón esta bien, limpio, arreglado, con manteles y servilletas de tela, pero tiene una decoración muy clásica, como de local de alto nivel pero anclado en en hace 20 años. La primera idea fue tomar algo en la barra o directamente irnos a buscar otro, pero era tarde y había hambre, así que nos sentamos en una mesa.

Nos cantaron una serie de platos, pero normalmente huyo de los sitios que no me ofrecen carta, así que las pedimos, avisándonos que algunos platos que estaban en carta no los tenían. La carta no nos puso en mejor camino. Algo desordenada, en principio parecía corta, en el típico portafolio de polipiel... finalmente pedimos unos cuantos platos que nos llamaron la atención, de una carta, que como dice el nombre del local estaba lleno de tapas y platos de siempre, lejos de los platos que tanto se repiten en los sitios que están abriendo últimamente.

Empezamos con una ensalada con capellán, o como indicaba en carta con pericana de Muchamiel. A mi la pericana es la que es con ñora, la de la zona de Alcoy, La ensalada buenísima. Tomate de Muchamiel, lechuga, olivas partidas y un excelente capellán, y como se ve en la foto en abundancia, no como habitualmente ponen dos mollitas resecas. Esta ensalada tiene un gran problema...el aceite que emplean para aliñarla es el de conservar el capellán asado, y con una cesta de pan de Muchamiel... os podéis imaginar lo que quedo de pan después de este primer plato...

Después pedimos berberechos, pero no habían y aunque nos ofrecieron almejas, somos más de mejillones. Mirad la foto. Cuando los trajeron la verdad es que no nos llamaron mucho la atención. Mirad la foto, no son muy fotogénicos, pero engañan. Estaban muy jugosos, ricos de verdad, fue una sorpresa, de los mejores que he comido, con su punto de laurel y pimienta, pero realmente jugosos, bien hecho, no pasados de cocción como pasa más veces de las que sería aconsejable.

Nos llamaron la atención unos boquerones que ponían al perol. No sabíamos lo que era. En la foto lo tenéis lo que es, unos boquerones fritos con guindilla y ajo en una cazuelita de ajo... aquí pedimos la segunda ración de pan. Muy ricos.

En el anterior plato deberíamos haber parado, como veis las raciones son generosas, más de lo que su precio podría indicar en un lugar con servilletas de tela, pero habíamos pedido un revuelto de ahumados, así que nos preparamos para el siguiente plato. Los siento, por la foto, estaba entretenido con el aceite de los boquerones y mi acompañante se me adelantó a probar los ahumados con algo de huevo...que es lo que resultó al final el plato. Fijaros en los trozos de salmón. Nos costó acabarnos el plato... pero estaba tan bueno que dijimos, antes reviento que dejar algo.

En eso que viene el camarero, por cierto, muy buena atención, a preguntarnos si queríamos algo de postre... deberíamos haber dicho que no, pero hacía unos minutos nos había llegado un olor como a caramelo, y nos dijo que era un suflé... y caimos en la tentación. El suflé te lo flambean en mesa, después dejo un video de esto, y consiste en un trozo de helado de vainilla, chocolate y nata con un excelente merengue que fue lo que flambeo... si me llegan a dar magdalenas hubiese mojado el licor, pero me tuve que conformar con bebermelo a cucharillas.

Conclusión, esta vez fuimos de casualidad, porque estábamos por ahí, pero creo que vale la pena desplazarse para probar otros platos de la carta, porque la relación calidad precio me pareció muy buena. Con dos cervezas y dos refrescos 39,5€...

Estuvimos comiendo en pareja un viernes. Poco a poco fue entrando gente y el servicio y la cocina se fue desbordando. Nada que objetar al servicio que debía ocuparse del servicio en barra y las mesas; en fin algo que se puede mejorar. Respecto a la comida, en general bien, aunque hay algunas cosas que si se ofrecen como especialidad de "tapas de la Iaia" debían mejorarse, ser más originales., no un simple pincho moruno. Muy poco aceptable que las croquetas no sean caseras (con lo poco que cuesta) en un sitio como este. Sin embargo, es elogiable que con el bacalao se pongan patatas fritas recién hechas. El bacalao en su punto, pero creo que se le debería dar una vuelta a la presentación con tomates confitados. Bien los callos, el montadito de anchoa y el de presa ibérico con cebolla confitada. Oferta de vinos suficiente. Por lo que aprecio como forastero es que este local es una marca del conocido MESÓN INO, posiblemente en el intento de diversificar la oferta y "coger" una demanda más informal de pinchos y tapas (que también suponga una factura más reducido), de fines de semana, aperitivos, etc.. Pero para esto necesita todavía, a nuestro juicio, más rodaje y una más completa originalidad en cocina de la oferta...

Buena calidad y servicio correcto a un precio adecuado. El local es limpio y moderno y se estaba muy fresquito. Comimos de tapeo y salimos satisfechos a un precio de unos 20€ por persona. El jamón y el queso estaban espectaculares. Las croquetas de jamón muy caseras y muy ricas, de tamaño generoso y rebozado crujiente. Los calamares a la romana estaban muy tiernos y con un rebozado muy suave y muy sabroso. El pan, aunque no lo pedimos, estaba recién tostado, acompañado de tomate y allioli casero y nos pareció muy rico e imprescindible para acompañar el jamón y el queso. Para rematar pedimos para compartir un bocadillo de presa ibérica con cebolla caramelizada y otro de ternera y foie. La carne estaba tierna pero en nuestra opinión le faltaba sabor, quizá fue el pan, excesivamente dulce, que no nos permitió saborearlo bien, pero no nos convenció. En definitiva, una experiencia positiva y un sitio al que volver para probar...