Restaurante El Corral del Indianu — Restaurant in Parres

Primera vez en un estrella Michelin (sábado 5 de marzo a las 14h). Y dejó constancia de la fecha porque fuimos con muchísima ilusión y desilusionados nos fuimos. No sabemos si ese día pasó algo inusual para que les saliera un día torcido, pero no entendemos que tengan una estrella Michelin tal como fue todo. Comida: Pedimos el menú sensaciones, junto con el plato de fabada. Los entrantes normales (el mejor el macarrón sin lugar a dudas). El resto de platos nada espectaculares. Nos sorprendió la falta de sabor en muchos platos. Los mejores la ensalada y el terciopelo de coliflor. La croqueta.... Parecía de supermercado (triste), el sabor de nuestros ancestros (la fabada) fría, muuuy decepcionante, porque la idea era muy buena. La tarta de queso gamoneu con mucho sabor a patata en el interior. El plato de fabada que lleva suplemento nos lo trajeron justo antes del postre (ya habiendo pasado por entrantes, verduras, pescados y carnes). Nunca debería de llegar al final del menú... NUNCA. No tiene ningún sentido comerte todo el menú y justo antes del postre traerte el plato de fabada (además... soso, increíble pero cierto). Con el postre no hay pegas. Otros: Menú: se queda escaso. O forras con pan o sales con hambre. Y no me vale con que cogimos el menú sensaciones y no el degustación, porque ambos deberían estar preparados para no salir con hambre. Platos: Lo primero que nos sorprendió es que no tiene los mismos platos que aparecen en la web. Increíble... (Ver foto) Fabada: pone que tiene un suplemento de 6€, pero luego te cobran 7,5€. Pan: Nos sorprendió negativamente que en todas las ocasiones que nos faltó pan se lo tuvimos que pedir (cada vez nos traían trozos de pan más pequeños). Hasta 5 veces para intentar salir algo más llenos. Agua: Pedimos una botella de agua del tiempo (3.25€). Tanto el agua como la cerveza se lo llevaban al centro de la sala, por lo que tenías que esperar para pedir que te sirvieran más. En dos ocasiones en vez de echarnos agua de nuestra botella, nos sirvieron de una jarra de agua con hielo (que entiendo que era del grifo). Y lo peor es que no sabes cuánto te queda de agua... Si te dejas la mitad de la botella, si la has gastado... Vino: mi mujer pidió con el menú la opción de 2 vinos. Se espera de un restaurante así que ellos manejen los tiempos de cambio de vino, pero no fue hasta el penúltimo plato cuando le preguntaron si quería cambiar de blanco a tinto. Atención: habíamos leído que el personal es muy atento y que el chef suele salir para ver que todo está bien. En nuestro caso ni el personal nos pareció atento, ni salió ningún chef a revisar que todo estaba bien. Explicaciones: algún plato sin explicar. Simplemente te dicen los ingredientes tal y como pone la carta. Conclusión: Hemos visitado restaurantes de este tipo sin estrella de los que hemos salido mucho más contentos. Si has visitado este tipo de restaurantes antes, vete con pocas expectativas. Edito: me llamó el chef para menospreciar mis opiniones y decirme que no tenía ni...

Visitamos el restaurante el 24 de Septiembre de 2021.

Antes de nada, un poco de contexto. Somos una pareja con poco conocimiento gastronómico, con poca experiencia en restaurantes con estrella Michelin (es el tercero al que vamos), y que nos gusta más la cocina de producto que la de elaboración.

Empezando por lo bueno, el ambiente y la decoración del local nos encantó, que junto con el trato del personal (incluido el chef) hacen que la experiencia sea muy buena.

Pasando a lo no tan bueno… Como éramos dos comensales, nos habría gustado haber podido escoger los dos menús que ofrecen (degustación y sensaciones) para así probar todos los platos. No sé si es algo habitual en los restaurantes de esta categoría, pero nos dijeron que esto no era posible y que toda la mesa tenía que pedir el mismo menú. Nos decantamos por el menú degustación porque tenía más platos (18).

Tiene delito, pero de todo lo que probamos solo nos gustaron dos platos, la croqueta y el pan con mantequilla (que ni siquiera es uno de los platos). Y os digo más, ya no es solo que no nos gustaran, sino que muchos de ellos no pudimos dar más de un bocado. Elaboraciones que abusan demasiado de la nata/mantequilla (hasta el punto de camuflar totalmente el producto), platos demasiado ácidos, un postre totalmente desmesurado en donde nos trajeron a la mesa lo equivalente a medio kilo de azúcar, y un largo etcétera de malas experiencias culinarias.

Y ojo, somos buenos comedores (o eso creía yo…). Llegó un punto que yo ya pensaba que la culpa era nuestra… que quizás tenemos el paladar atrofiado y acostumbrado a otros sabores (sobretodo con el tema de los ácidos y amargos), pero plato que venía a la mesa, plato que devolvíamos casi intacto: unos por la textura, otros por el sabor, muchos por el olor (insisto en que llegó un punto que todo parecía tener el mismo aroma a lácteo/nata), y, otros, directamente productos que probamos por primera vez y no nos gustaron (por ejemplo la ostra, que nos fue imposible digerir, pero eso es cosa nuestra).

En definitiva, nuestras ganas de seguir visitando restaurantes de este estilo se ha visto un poco mermada. Una pena ya que teníamos un montón de ganas de que nos gustase este sitio, dadas las buenas reseñas y opiniones que vimos (de hecho lo que nos hizo venir fue el video del canal de Cenando con Pablo y Sezar Blue).

Con este comentario no tenemos ninguna intención de dañar la imagen del local ni desprestigiar su comida. Todas nuestras disculpas si algo de esto ofende a alguien del equipo. Como comenté al inicio, tenemos poco bagaje gastronómico, simplemente valoramos nuestra experiencia sin incurrir en ningún tipo de sesgo (como por ejemplo el desembolso...

Fuimos a cenar y pedimos el Menú degustación. El local es una maravilla. Amplio y bien decorado. El patio exterior que tienen en la parte trasera del local tiene mucho encanto de noche, para finalizar el menú tomando una copa o un café. El servicio y el trato por parte de el sumiller y la camarero de 10, cualquier duda resuelta al momento, agradables y muy atentos.

En lo que respecta a la comida cumplió con todas nuestras expectativas, y no es que fueran pocas ni mucho menos. El menú comienza con "Perlas" en el Eo, que es una sorprendente explosión de mar en la boca. Después siguieron el Chicharrón del Norte, Croqueta cremosa de jamón ibérico, Ensaladilla, Macarón de maíz y sabadiego, el Bombón de Cabrales (magnífico), y el Vacaballo, acompañados de una mantequilla salada muy rica. Todos estos entrantes salen juntos a mesa, creando una exposición gastronómica muy agradable sobre ella. A continuación vinieron los platos principales. Comenzando por la "ensalada". Muy fresca, de diversas texturas y con un gran sabor. Sin duda de las más ricas que hemos probado. Seguimos con los "dos ahumados", que consta de una pieza de Gamoneu con anguila. Plato de 10. Después vinieron las "verduras de temporada", muy ligero y fresco, que ayuda a bajar la comida, ya que en general son platos fuertes, y seguir comiendo. A continuación nos trajeron un salpicón de bogavante, que ya con la sola virtud del bogavante es un plato que no puede fallar. Seguido vino el "bonito del norte - atún del sur", plato rico aunque un poco difícil de comer correctamente con los cubiertos. Para continuar sacaron la "chuleta a la brasa en su jugo y sus contrastes", un plato exquisito, sobre todo para los amantes de la carne, gracias a la sabrosa reducción de su jugo. Y después de la carne vino el pescado: "virrey a la brasa y jugo intenso de sus espinas", un pescado que estaba en su punto exacto, acompañado con una gelatina y un crujiente de algas que le iba perfecto. Para ir acabando comimos el "pichón", con un buen punto de cocción, jugoso. Para limpiar la boca nos sirvieron un gazpacho de rúcula, setas, avellana y almendra verde, que es el preludio al postre. El postre fue muy divertido y original, llamado "leche de aldea, días de fiesta", que consiste en un algodón de azúcar coronando el plato, y bajo éste merengue, helado... Y por último, bombones y bizcocho, que son realmente una delicia. Para finalizar la velada nos tomamos un café y una infusión tranquilamente en la terraza. A la salida nos despidieron el chef José Antonio Campoviejo, un detalle que siempre se...