Casa Susa, Potes — Restaurant in Potes

The meal was extremely average, however it was fairly cheap. But the worst aspect was the noise and frantic activity of our waiter, who I assume was the boss. Constantly pacing up and down around the tables, ready to snatch your plate away the instant you put your knife and fork down. He even brought our main course out and dumped it on the table before we had finished the starter. Never again, a very...

Fuimos a comer mi marido mi hijo y yo porque nos lo recomendaron. No puedo compararlo con otro restaurante de la zona ya que al ir allí se nos quitaron las ganas de probar otros. Para empezar sólo disponen de menú, no hay carta (al menos a la hora de la comida), pedí mesa pero me hicieron esperar a pesar de que ya estaba abierta la cocina y mientras veía cómo daban mesa a otras personas (eso sí, el señor que me hacía esperar con mi hijo en la barra, abría el grifo de cerveza y se bebía una tan tranquilo, cosa que queda un poco fea ya que se supone que está trabajando). Pedí mesa al camarero y por fin nos hizo el favor de buscarnos sitio. El precio es demasiado alto para la calidad y la cantidad que sirven, la ensaladilla rusa era mas bien ensalada de patata y mayonesa, los huevos con jamón muy aceitosos, tres trozos de escalopines diminutos y unos macarrones con tomate que estaban súper dulces (como si les hubiera caído el azúcar en la salsa). Es tanta la rapidez por echarte que según acabas con la última cucharada, ya te están metiendo mano en la mesa para quitarte el plato. Espero que otras personas no tengan la mala experiencia que hemos tenido mi...

Vamos ha empezar esta reseña dando una vez más las GRACIAS a la cocinera y a los 2 camareros (creemos que es un negocio familiar), GRACIAS porque en nuestra primera noche en Potes pagamos la novatada, se nos hizo súper tarde para cenar, y éste fue único sitio en el que a pesar de estar cerrando la cocina, nos invitaron sin problema a sentarnos y darnos de cenar… Unas Patatas bravas espectaculares, patatas caseras y una salsa brava casera que nos sorprendió, hasta la niña comió a pesar de que era picante, exquisitas. De las rabas decir que estaban crujientes y tiernas a la vez y nada grasientas, muy bien fritas. Y para acabar de chuparnos los dedos, unas simples alitas convertidas en una exquisitez (la fritura, él salazón, y unas ricas patatas caseras). El trato fue genial, de hecho intentamos cenar lo más rápidamente posible, y no dejaban de insistirnos en que estuviéramos tranquilos, siempre con buena cara y muy atentos, sabiendo lo que eso cuesta puesto que yo también trabajo en el...