Desastre en todos los sentidos. Atención, calidad, educación y cantidad, brillan por su ausencia. Una sola persona atendiendo todas las mesas, cobrando y cortando el pan, todo muy higiénico, por no hablar de los manteles de plástico, de esos que sacuden al aire y van pasando de cliente en cliente... Llegamos a las tres menos cuarto y nos apuntó para dentro de media hora, tiempo en el que había ya dos mesas libres, pero como no hay personal para atender debidamente nos sentaron otro cuarto de hora más tarde. Tres y media y otros veinte minutos sentados sin traer ni la carta, ni pan, para ir quitando el hambre... Cuando nos la trae, viene con tres de los cuatros platos primeros tachados, solo quedaba ensalada, en un día con nieve....así que pedimos a la carta. Ya eran las 16h. Alcachofas con foie( mentira) y cecina, 16,50€, a 4 por alcachofa pequeña, ya que venían 4 con unos trozos de cecina por encima. Mejillones picantes 10 €, 10 mejillones de tamaño pequeño y sin limpiar, a 1€ la pieza, pero el remate fue la costilla de ternera con patatas (crudas) pimientos de padrón y salsa chimichurri ( que no tenía y al reclamarla nos dijeron que "no hay", sin más, sin ofrecer otra . La costilla era UNA, con su hueso que ocupaba medio plato y menos de 100gr de carne, la mitad de ella era grasa. Cuando reclamamos y decimos que eso no puede costar 22€ , que nos sentimos estafados, nos contesta la camarera, que según ella es la dueña, que es un plato para compartir....jaja de vergüenza, con eso no comía una persona, como para comer dos...no tenía argumentos y salió por peteneras. Pagamos 55€ y nos fuimos a tomar el café y postre a Vejo, para quitar el hambre. Lamentable todo, un robo a mano armada, por no hablar de la prepotencia y mala educación de la camarera, quien se define con su respuesta. P.D.: El insulto es siempre la única salida que encuentra el ignorante acomplejado, además de la mentira. Aprende modales. Da mucha vergüenza leer tus respuestas a las reseñas que no son...
Read moreDiscovering Restaurante Asador El Molino by chance turned into a real treat. The restaurant’s welcoming and tastefully decorated space immediately set a positive tone. We chose the menú del día and were delighted by the quality of the ingredients simple, traditional Spanish dishes that let the produce shine. The solomillo de cerdo was especially memorable, exceptionally tender and flavourful, while my starter and dessert were equally enjoyable. We left feeling satisfyingly full and grateful to have tried authentic Spanish specialties. This fantastic spot exceeded expectations, and I would gladly return...
Read moreFuimos a este acogedor asador hace tan solo un par de días y la experiencia fue algo agridulce. La localización, la decoración, la limpieza... desde luego es algo a lo que no se puede poner una sola pega. Con respecto a la preparación de los platos, casi todo estaba estupendo. La pierna de cabrito quizá un poco seca, pero todo lo demás, bien. Sin embargo, parecía que había un poco de jaleo con las mesas, ya que la nuestra no estaba montada del todo y faltaba un servicio de cubiertos y los vasos para todos. Además, los platos fueron llegando algo a destiempo. Uno de los comensales come más lento e iban trayendo los platos sin esperar a que todos finalizaran. A la hora de los postres avisamos que uno de los comensales tenía alergia a los frutos rojos, dado que quería probar la tarta de queso y preguntó si le echaban algo así por encima, a lo que la camarera nos indicó que no. Sin embargo (y siendo todo postres caseros tal y como ella nos indicó) tanto la tarta de queso como la de zanahoria que también habíamos pedido llevaban una especie de sirope de fresas del que no nos habían avisado. Le dijimos que habíamos avisado de la alergia de ese comensal, a lo que contestó: "Las fresas no son frutos rojos". Totalmente incrédulos, le pedimos que cambiaran esa porción de tarta de queso a la persona alérgica, levantó el plato de profiteroles de otro comensal acercándolo a su cara y dijo: "Y por qué no te comes esto?". Al explicarle que no iba a comerse el postre de otro comensal y decirle si podría traerle unos profiteroles, chasqueó la lengua y dijo: "Pues qué mal gusto tienes". Total, que la experiencia hubiera sido la de una comida normal y corriente en un asador bonito y al final nos fuimos los cuatro pensando: Quién nos ha mandado venir aquí?
Seguramente sea algo puntual, pero desde luego, ni volveremos ni...
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