El Casalet De Valldoreix — Restaurant in Sant Cugat del Vallès

What do you like to do on your weekends? When I'm not travelling, I usually like to chill. Chilling can mean staying home with my family if the weather isn't great, or walking around in the city and maybe grabbing a bite on my way. 😀 That does not mean driving or taking a train 🚆 to go to one of the numerous towns around Barcelona, like Sant Cugat. Yet, I don't always have a choice. And a few weeks ago, we were invited to gather with a lot of friends at a restaurant in Sant Cugat, precisely, called El Casalet (@elcasaletvdx). 😅 Why that place? Cause kids can play. OK, that sounds good when you have kids cause they'll be entertained. That also sounds scary cause that means there'll be lots of them! 😱 In this case, that was great. 👍 There's a huge enclosed square in front of the venue and we barely saw the kids who spent the day playing soccer ⚽. 🥳 The place itself, despite a big terrace, doesn't look so appealing. But spring was finally springing so we really enjoyed being outside. ☀️ About the food: the place offers a lot of options, including some great tapas like their really good bravas, and main courses. The overall quality and taste was good but not even. There were dishes that were amazing, others just ok. What was the most disappointing was the dessert: I ordered some braised banana with dulce de leche gelato that sounded marvelous 🤩... but they had to pour some dark chocolate over it, which made the whole treat taste like chocolate and only 🍫... Given that we had a few drinks, the €25-30 we paid sounded fair. A pity they didn't allow us to split the bill... 😠 The venue is located very few minutes from the train station, so about 45 minutes from our place: a solid option for big parties with kids close to Barcelona. 👍

Quality & taste: 8/10 Quantities: 10/10 Atmosphere: 7/10 Originality: 6/10 Ratio price / quality: 8/10 Service: 6/10 How I felt...

Pongo una estrella porque no me deja poner menos. MUY mala experiencia. Teníamos reserva para 11 desde hacia dos semanas. Llegamos 10minutos antes y ya empezaron las malas caras al ver que éramos tanta gente, sin duda habían llenado más mesas de las que podían atender. Eran las 21.15h y avisé a las camareras que disponíamos de 2h ya que teníamos que dar un concierto en esa misma plaza. Me dijeron que no habría problema. Tardaron 30minutos en tomarnos nota de la bebida, cuando esta llegó unos 15minutos mas tarde, pedí por favor que nos tomaran nota de la comida. Lo llegué a pedir 3 veces sin ningún resultado, hasta el punto de tener que levantarme y entrar en el restaurante a llamar la atención. Me respondió un hombre de muy mala manera “no ves que tenemos mucho trabajo” y literalmente me echo con la mano. Volví a mi mesa con la idea de irme de ese lugar, pero solo teníamos 1h mas para terminar de comer así que entró un compañero a volver a llamar la atención. Salió ,por fin, el mismo hombre diciendo “va que quereis” con muy mala cara. Por fin empezo a llegar la comida, raciones MUY escasas. La carne dura e insípida. Para colmo se olvidaron del plato de un comensal y tras reclamarlo 2 veces nos dijeron que no estaba apuntado… un desastre total. Después de HACER COLA para pagar durante 20minutos, algo que no había visto en mi vida, nos fuimos muy decepcionados. Puedo entender que todo el mundo tenga un mal día, pero no hay que pagarlo con el cliente. Hubiésemos preferido que nos avisaran nada más llegar de que necesitaríamos 4h para cenar tranquilos. De verdad, MUY decepcionados. No se lo recomiendo ni a mi...

Me ha gustado. He encontrado la comida muy buena. La atención extraordinaria y muy amables. La coca en su punto, las albóndigas muy sabrosas y sorprendentes, para bien, al menos muy superiores a mis expectativas. Las croquetas extraordinarias. El pato sublime. Los platos de los niños muy "ricos" como dicen ellos. Como ahora al ir a comer al restaurante se le llama experiencia, debo reconocer que le ha faltado "algo" para que esta fuera una experiencia a recordar por lo bueno y no por lo malo. Algunos "peros". La carta sólo estaba en catalán, al pedirla en español nos dicen que no tienen. Bueno, no pasa nada, total, tengo 68 años; el comedor de este restaurante era el aula del colegio en la que el profesor señor Segura nos daba clases; en la foto que ilustra el acceso al local están mis hermanos; y mi casa está a unos metros. Pero hoy estaba con familiares que no hablan catalán y uno se queda con un "no sé ni qué hacer ni qué decir" cuando en un restaurante español en España hay que traducir la carta. Un detalle que desmerece la "experiencia " culinaria. Áreas de mejora: los postres: buenos pero fríos, al menos la crepe de chocolate y el culan, que si no ardiendo deben servirse de tibio a caliente; los manteles: no hay; los cubiertos que no los cambian entre el primer y segundo plato. Que no los cambien cuando comes de menú, bueno, pero cuando comes a la carta.... De todas maneras dar las gracias a los camareros que tan bien nos han atendido y a los cocineros por la comida. Firmado...