La Taberna del Herrero — Restaurant in Santander

LA TABERNA DEL HERRERO Av. de la Constitución, s/n, (S-20) 39012 Santander.

Como siempre hago en mis reseñas, indicar con las coordenadas la ubicación del local visitado que son: 43°27'58.1"N 3°49'58.5"W o también 43.466124, -3.832922 dependiendo del navegador utilizado y que el comentario se refiere a lo acontecido en mi visita particular y que no creo, ni deseo sea lo normal en este establecimiento. Visitado el 13.08.19 a las 13:35 y atendidos casi al momento, no vimos gran afluencia de clientes a esa hora, solicitamos la bebida (dos blancos, tipo Rueda) y una ración de mejillones “a la marinera” (la salsa de toda la vida). La bebida servida al momento, en buena temperatura. Tapas de la casa a otros clientes de la barra “si”, a nosotros “no”, sin proceder protesta porque la tapa es una cortesía y no una obligación. La ración, ya fue otra historia. Otros clientes entrados después, fueron atendidos antes con sus raciones y aunque de cocina también, pero no lo mismo que nosotros. Aparecieron los mejillones a las 14:02 es decir “VEINTISIETE MINUTOS” más tarde, después de haberle comentarlo con anterioridad al camarero el porqué de la tardanza e indicarnos que esto llevaba su tiempo, con disculpas “ninguna”. Comentar que la salsa de los mejillones rica, con nota de 8 no consiguiendo el 10 debido a la cantidad de grumos de harina existentes en ella (ver foto) y acompañando la desilusión decir que de los diez mejillones que componen la ración, desafortunadamente dos de ellos aparecieron “cerrados” (ver foto). Solicitando la cuenta hacia las 14:20, indicamos todo lo comentado al camarero y recibiendo disculpas “ninguna”, cerrando la relación con una muy leve sonrisa, que de analizarla detenidamente, quizá se podría considerar de alguna otra manera. De la máxima puntuación que pudiera haber dado, restaremos una por la poca amabilidad del personal que nos atendió y dos por la deficiencia en la calidad de la ración, que a pesar de ser tremendamente sencilla de elaborar, no estuvo en esta ocasión a la altura de ese restaurante. El “volveremos”, lo dejaré para más adelante cuando se me pase el enfado, pero la próxima si la hay, llevaré la lupa bien afilada por si se repite la historia. Indicar que de un tiempo a esta parte, cronometro los tiempos y me esmero en mis anotaciones porque parte de la hostelería, se está acomodando de una manera preocupante al atender de manera poco profesional a los clientes que somos en definitiva los que les ayudamos a abrir sus puertas cada día, y no ellos los que nos abren compasivamente...

Bueno, después de tiempo escuchando de este sitio, nos hemos decidido a probarlo. Me parece un quiero y no puedo, me explico , intentan ser algo parecido entre un restaurante antiguo y una sidrería. Es a un local grande, pero le falta amplitud , no hay intimidad entre las mesas, teníamos mesa reservada, bien. Nos lleva una persona a ella, nos sienta otra, nos da otra persona la carta de vinos, pero no la carta del menú/carta. Un rato después nos preguntan a ver si queremos agua y si nos hemos decidido por algun vino. Sin elegir la comida???? Elegimos unos entrantes, croquetas, bueno, decentes. Torreznos. Una cazuelita con pedazos de “torrezno” cortados sin pena ni gloria, morcilla. Pasable, con patatas, frita sin mas Y un puding, estaba bien, servido con una mahonesa mejorable y pan tostado. Agradable al paladar, comestible. De plato fuerte dos chuletas, nos las presentan en la mesa antes de cocinarlas. Tres kilos las dos. Bueno, las temperan y marcan en una parrilla a la brasa y ponen en la mesa dos piedras con un hornillo de alcohol. Particularmente no me gusta nada eso, salen humos y saltan grasas. En la mesa hay que servir las cosas para comerlas, no para hacerselas uno mismo. Pusieron platos calientes, buen detalle. Las chuletas fileteadas, la guarnición muy deficiente. Pimientos del pais y patatas fritas . Frios. Los pimientos eran pasables, pero las patatas no. Eran frescas, bueno, lo fueron, sabian a almidón como si hubieran estado cortadas de un par de días, y encima nos las pusieron también frias y de dos tandas, es decir, les habían sobrado algunas y completaron el plato con patatas de otra fritura, estaban unas medio quemadas y otras frias. Bastante mal complemento para casi 50 euros el kilo de chuleta. Un pequeño problema con el vino, quizá un malentendido, pedimos un rioja y sirvieron un ribera de duero, cosa sin mayor importancia, solventada. También un albariño, bien servido , con su cubitera y atención . Para terminar con el carro de los postres. Completos, caseros y bien explicados. Es de destacar el servicio de los camareros, había bastante gente y nos atendieron con mucha educacion y celeridad . Hemos comido bien, pero en concordancia con el precio y esos detalles que he comentado anteriormente. Pierde bastante por una nadería. Por otra parte, el aparcamiento perfecto, sin ningún problema justo en...

"No recomendable ir a menú cerrado de grupo" " precio excesivo para la calidad presentada" Ayer, más de 60 personas comiendo por el fin de curso escolar. Así, como los menús diarios son estupendos con 3 primeros a elegir, tres segundos y un carro de postres (que no recuerdo ahora sí son 20 o 21 €), al ir en grupo, -aunque reservamos casi con un mes de antelación- la única opción era un menú cerrado de 36€ que no recomiendo. 3 Entrantes: un plato llano de tamaño estandard de salchichón, chorizo y lomo ibérico a compartir para 4 personas.,una ración de rabas y un plato de verduras a la plancha para cada 5 personas que costaba repartir( 2 rodajas de tomate, 1 cebolla pequeña ,2 puerros, 2 espárragos verdes, 2 tiras de berenjena y 2 de calabacín). Plato principal: entrecot o merluza rellena. Del pescado no hubo comentarios , pero en cuanto a la carne: Entrecots irregularmente despiezados con un borde de 1,5 cm de altura y el otro extremo de 5 cm de altura, secos y duros y muchos salieron tibios de temperatura,por no decir a temperatura ambiente. Postre:flan de queso en botecitos de cristal y el que solicitó un cambio, la única opción era 2 bolas de helado de vainilla o un bombón almendrado. Por último el café sin posibilidad acompañarlo con una leche vegetal. Bebidas: agua, frascas de vino tinto, cervezas y refrescos para los que lo pidieron. Como cliente, me sentí abochornada ya que siempre lo he recomendado al que me ha preguntado. Al terminar, un compañero que se jubilaba invitó a una ronda en la barra de entrada .Hubo gente a la que le cobró su consumición en esa primera ronda. Yo, que estaba en barra estuve observando cómo se servían copas y chupitos sin apuntar nada ni a mano ni electronicamente, y no me explico qué cuenta pudieron hacer. Remarcar que la Taberna del Herrero de la S-20 no estuvo...