Laury — Restaurant in Santander

Un referente en la gastronomía de Santander. Hacía mucho tiempo desde mi última visita, quizás porque se encuentra a desmano de mi área de influencia, aún así reconozco que es una buena apuesta. El comedor no es muy amplio lo que obliga a la proximidad de las mesas y a cierta incomodidad por ello. La mesa bien vestida, las sillas muy cómodas. Pero compensa la calidad del producto servido y su presentación. Empezamos con un salpicón de pulpo, langostinos y rape, con una con una vinagreta equilibrada, plato rico pero en mi opinión en poca cantidad. Seguimos con unas mollejas de lechazo as l as plancha, muy ricas, en su punto de plancha que potencia su sabor. Como plato fuerte tomamos un entrecot de czcs vieja, al punto, excelente sabor y terneza. Y el cabrito a la brasa, no se quedó atrás, riquísimo!! De postre tarta de hojaldre, Rica y la leche frira, me defraudó, no es de las mejores que he comido. El vermut, estupendoy rico también el café. Volveremos a disfrutar de otra buena comida y esta vez espeto okN dejar tanto tiempo como desde la última...

Quiero dejar constancia que de que pese a venir muy a menudo a este establecimiento, las 3 ultimas veces hemos venido el tratamiento ha sido nefasto y o peor ha ido que la última por parte del encargado, pese a pagar una cuenta de 22 euros, y tras pedir la 4 rondas de albarino,lo que no han puesto en la copa ha sido dedo y medio de vino, pese que el resto de camareros no han puesto los vinos correctos, se lo hemos comentado al encargado ha venido todo ufao, nos ha dicho que nos han estado echando de más y que en la copa entra na botella entera y ha salido con una botella de agua para demostrarlo, nos hemos dejado en la cuenta entre los 22 últimos y los 7 anteriores casi 30 euros. Esta visto que hay cases y clases y que la educación ha sido mínima y más siendo personas asiduos....

He ido varias veces a este establecimiento, de forma bastante asidua, el trato ha sido nefasto, el personal muy borde salvo un camarero, el albariño cuesta 2’20 que es un precio nada desdeñable, me sirven un dedo de vino y cuando protesto y se lo comento al encargado recibo malas caras, una actitud desafiante y displicente, no es la primera vez que me pasa, he ido con unas amigas y me ha dado vergüenza ajena, parece que se les debe y no se les paga. Ante todo somos personas y hay que tener educación. Última vez que hacemos quedada de amigas en este sitio. Trabajamos en el juzgado que está al lado y tenemos claro que nos iremos a cualquier otro establecimiento, aún que nos quede a desmano. Hay que tener...