Restaurante La Mesa Segureña — Restaurant in Segura de la Sierra

La descripción de mi experiencia en una palabra es, "falta de respeto". Comencé un almuerzo de 46,00 e. por persona, en una terraza con un tomate picado con sal en escamas cortesía de la casa, muy rico. Pero en breve todo comenzó a tornarse en un despropósito. Los entrantes elegidos fueron un plato de jamón ibérico y unas alcachofitas baby con lomo y jamón. Las alcachofas fueron el mejor plato del almuerzo con diferencia, pese a tener un fuerte sabor a pimienta negra debido a la gran cantidad tanto en grano, como molida que contenían, por no nombrar el exceso de sal del plato, cuestiones que hacían sombra a unos excelentes ingredientes. Este anterior eclipsaba un jamón que en nada se correspondía con lo expuesto en carta, salvo en el precio, era un buen jamón serrano, pero en ningún caso ibérico, sin sabor, sin grasa, sin ninguna característica de la raza a la que se suponía. Como primeros platos elegimos "abanico ibérico de bellota" y "hamburguesa de ciervo". El abanico, una carne insulsa, a la cuál le hacía sombra el sabor de una triste patata al horno sin aliño alguno. Pero lo mejor estaba por llegar, ponen una hamburguesa de ciervo con queso, ingrediente que no figuraba en la descripción del plato y que no puedo comer por motivos de salud. Lo comunico a la camarera y la retira, volviendo a traela al cabo de media hora. Observo y me doy cuenta de que me trae la misma hamburguesa, a la que le habían retirado el queso con hierbas y habían medio quemado por el lado del queso en la plancha, para quitar su fuerte sabor y olor. Pruebo la carne que había pedido la punto y descubro un sabor altamente desagradable, agrio y seco hasta decir basta, teniendo en cuenta la esquisitez y suavidad del sabor de ciervo, de la cuál soy fan. Lo más desagradable de todo, me retira la camarera un plato sin tocar en absoluto de la mesa y no le importa lo más mínimo lo bochornoso situación, ni una muestra de interés, si preguntar el motivo de la retirada de un plato intacto...., NADA, lo que deja al descubierto la enorme falta interés tanto por su trabajo como por su cliente y inexistente profesionalidad. De los postres no puedo opinar ya que no me dejaron ganas de seguir probando nada más. LOCAL ABSOLUTAMENTE NO...

He tenido el inmenso placer de visitar este restaurante y no puedo dejar de recomendarlo con entusiasmo. Desde el primer momento, la experiencia fue inmejorable. La atención del personal fue impecable: cercanos, amables y siempre atentos a cada detalle, sin resultar invasivos. Da gusto encontrar un servicio tan profesional y cálido a la vez.

El ambiente del local es simplemente encantador. La decoración cuidada, con una iluminación acogedora y una música de fondo suave, crea un entorno perfecto tanto para una comida íntima como para una velada especial en grupo. Todo está pensado para que te sientas cómodo, relajado y bienvenido.

En cuanto a la comida… qué decir. Cada plato que probamos fue una auténtica delicia. Se nota que utilizan ingredientes de primera calidad y que detrás de cada receta hay pasión, técnica y mucho cariño. Las presentaciones eran tan cuidadas que casi daba pena empezar a comer… hasta que das el primer bocado y entiendes que estás ante una cocina que emociona. El equilibrio de sabores, las texturas, los aromas… Todo en su punto perfecto. La carta es variada, con propuestas creativas y tradicionales reinterpretadas con un toque moderno.

Además, el maridaje recomendado fue un verdadero acierto: vinos perfectamente seleccionados que potenciaban aún más los sabores de cada plato. Y no quiero olvidarme de los postres… auténticas obras de arte. Cerramos la cena con una tarta casera que aún sigo recordando.

En resumen: un lugar que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Un restaurante donde todo fluye con armonía y buen gusto. Sin duda, volveré una y mil veces más. ¡Altamente recomendable!

María,...

Fuimos a cenar en familia, 7 personas. Es cierto que llegamos e improvisamos, pues veníamos de pasar el día fuera. Sí es verdad que nos reservaron una mesa al momento, cosa que agradecimos. No obstante, a partir de ahí, todo fue a peor. Tardaron más de 20 minutos en pedirnos la bebida, y ni siquiera nos dieron la carta. La bebida estaba caliente, tanto la copa de vino (la cual tuve que pedir con hielo a la segunda copa), como los refrescos; los cuales te los traen en lata caliente (y para el precio que tiene; qué mínimo que traer la bebida fría y en botella). Tras solicitarlo, nos facilitaron la carta, pero no fue hasta casi 45 minutos después que nos tomaron la comanda. La cosa seguía empeorando. No empezamos a comer hasta más de 1 hora después, pero, para nuestra sorpresa, pese a haber pasado 2 veces a repasar la comanda, no habían anotado bien los platos y cuando los trajeron, faltaban aun 2 platos que no tenian apuntados. Hay que reconocer que la comida ESTABA BUENISIMA. Lo malo fue el servicio. El cocinero salió a pedir disculpas; pero aún así seguían faltando 2 platos después de 1 hora de espera. Pese a eso, una de las hamburguesas vino cruda y con un pelo. No comentamos nada porque nos daba ya apuro. Las camareras nos dio la sensación de que no tenían ganas ni de atender. La cuenta encima también vino mal, faltaban cosas. Lo advertimos y aún así nos dieron una cuenta que no era ni de nuestra mesa. En definitiva, comida buenísima pero lamentablemente, no merece la...