Lambel Restaurante — Restaurant in Seville

He ido dos veces y a cada cual peor. La primera noche llegamos sobre las 22.30 y lo primero que hicimos fue preguntar a la camarera que a qué hora cerraba cocina. Nos dijo que a las 00.00, con lo cual pedimos bebidas y unas tapas para compartir mientras decidíamos las demás. A las 23.15 más o menos, fuimos a pedirle las demás tapas y nos dijo que la cocina había cerrado a las 23.00. Sin avisarnos ni nada de que cerraban la cocina. A regañadientes nos pusieron las tapas, q por cierto buenísimas, pero el personal deja mucho que desear. Ayer a medio día reservamos mesa para las 15.00, cuando llegamos pedimos unas bebidas y comenzamos a mirar la carta. Tras unos minutos fuimos a pedir una nueva ronda de bebidas y las tapas. Para nuestra sorpresa, nos dice que elijamos rápido porque la cocina cerraba en 10 min, osea a las 15.30. Tal cosa deberían de haberla avisado al reservar, o al menos al llegar. Nos tuvimos que ir sin comer. Y para colmo y ya me parece muy fuerte, con la segunda ronda de bebidas pedimos unas aceitunas, pues en el bajoplato de las aceitunas, venía un hueso de aceitunas, como si se lo hubiesen puesto alguien y se hubiese comido una aceituna, para después pasarnos el mismo platito a nosotros. Asqueroso. No volveremos a repetir una experiencia tan desagradable. En resumidas cuentas, la comida está buena pero el trato de los camarer@s deja...

Desde el primer momento, la experiencia en este restaurante fue simplemente inolvidable. La atención del personal fue impecable: amables, atentos y siempre con una sonrisa, haciendo que nos sintiéramos como en casa.

La comida fue el verdadero protagonista de la noche. Cada plato llegó a la mesa como una auténtica obra de arte. El producto, de una calidad excepcional, se notaba en cada bocado: sabores potentes, combinaciones creativas y una presentación espectacular. Probamos varias especialidades de la casa y cada una superaba la anterior. Sin duda, el chef sabe lo que hace, respetando la tradición andaluza pero aportando un toque moderno que enamora.

La bebida estuvo a la altura: una carta de vinos excelente, muy bien seleccionada y con opciones tanto locales como nacionales. Nos recomendaron un maridaje perfecto que realzó aún más cada plato. Además, los cócteles artesanales fueron un gran acierto para terminar la velada.

El ambiente del restaurante era elegante pero sin perder la calidez, con una decoración cuidada que invitaba a relajarse y disfrutar. Cada detalle, desde la vajilla hasta la música de fondo, estaba pensado para ofrecer una experiencia de diez.

En resumen: un sitio imprescindible en Sevilla para quienes busquen gastronomía de alta calidad, un servicio sobresaliente y una experiencia completa. ¡Volveremos sin...

Una de cal y otra de arena. Buena comida pero servicio deplorable. Todo comienza cuando pido un montadito con el que acompañar un café (al no haber ya tostadas) y que tarda media hora porque la cocina, según se me advierte, no estaba aún abierta, y lo haría a la una. No obstante, el bocado llegó más de un cuarto de hora después de la una. Posteriormente, se me invita a pedir una tapa de arroz negro que está fuera de carta. Accedo gustosamente. Diez minutos después de la petición y tras haber pedido una segunda bebida (además del café inicial) se me advierte de que el arroz no estará hasta las 14.30, para lo cual faltaban más de 20 minutos. Declino y tras dudar entre marcharme o no, decido quedarme probando otra tapa: unos lagartitos.

Cuando apenas estoy empezando a comerlos, se me requiere que abandone la mesa, cosa que tengo que hacer atropelladamente mientras hablaba por teléfono porque habían llegado unos clientes que la tenían reservada. En la más de hora y media en que estuve en dicha mesa nunca se me advirtió de la supuesta reserva. Para colmo de males, llegó el momento de pagar y compruebo al revisar la cuenta que la tapa-señuelo del arroz negro que nunca probé estaba incluida en el ticket. Un mediodía...