La Plaça Bar Restaurant — Restaurant in Solsona

Lugar digno de ser cerrado.

La camarera cada vez que llevaba algo a una mesa se pasaba un buen rato de cháchara con los de dos mesas que supongo que eran amigos de ella. Así tardó más de 15 minutos solamente para tomarnos nota.

Al servirnos las bebidas se equivocó en una (nos puso cerveza en vez de clara). Cuando se lo comentamos, no se le ocurre otra cosa que decir "Bueno, es casi lo mismo." y se nos queda mirando como esperando a que digamos que vale, que la deje, que ya está bien. Después de unos cuantos segundos bastante incómodos, acaba diciendo (y con bastante mala cara) "No la queréis, la cambio, ¿no?" ¡Hombre, pues va a ser que sí!

Pasada una media hora y que aún no teníamos las hamburguesas, decidimos preguntar a la camarera por ellas. Mientras tanto, ella seguía con sus chácharas amigables por las dos mesas y solamente dejaba de hablar con unos para ir a buscarles alguna bebida o algo o para ir a hablar con la otra mesa.

Cuando por fin conseguimos interceptarla y preguntar casi nos grita algo así como "La comida necesita un tiempo, cuando esté te la llevo".

Cuando por fin llegan las hamburguesas, estaban pasadas y resecas. Sin miedo a equivocarme diría que las habían hecho así a propósito: estaban MUY MUY pasadas, casi quemadas. Mi esposa no se atrevió a comerse la suya por si habían hecho algo con la hamburguesa a parte de quemarla.

Al final estuvimos sentados allí casi una hora y nos fuimos prácticamente sin tocar las hamburguesas y habiendo tomado una cola y una clara que nos salieron un poco caras (pagamos dentro porque no queríamos pasarnos otra hora allí para pedir la cuenta y que...

Ni se os ocurra ir a tapear. De lo peor que he probado. Además, una de las tapas que pido son chipirones (Como todos sabemos, la única diferencia entre el chipirón y el calamar es el tamaño). Cuando les pregunto, me ratifican que son chipirones, aunque yo les digo que para mi son calamares, pero que en cualquier caso, no es lo que yo esperaba (por el tamaño). Más allá de que eran incomestibles por estar secos, refritos e insípidos. Se los devuelvo, me insisten que para ellos son chipirones, y siempre le han llamado así. Les digo que todo bien, si quieren seguir llamándole chipirones y haciéndolo así que lo hagan, pero que se los lleven, que yo no los quiero. A la hora de pagar viene la dueña o encargada (no se quien era, porque no tiene la decencia de ni presentarse). Y muy desagradablemente, pregunta que cual ha sido el problema con los “chipirones”. Le cuento, muy educadamente, y me responde que esto se ha hecho y llamado así durante 20 años en ese lugar y se seguirá haciendo así. Me pasa la cuenta y evidentemente me los cobra, a pesar de habérselos devuelto, con la debida explicación. Pues eso es lo que os encontraréis...

The best dinner during our one-week stay in Spain! On a Friday evening, we picked several tapas that were so delicious - olives, fried shrimps, meatballs, etc. The overall atmosphere and the kind attention by Isaac rounded up a perfect experience by a family of four. In overall, it was a pleasant...