Le pongo 2 estrellas porque es mi calificación global teniendo en cuenta todo: comida, atención, sitio, etc. Yo he probado el menú fin de semana (20€). La comida está buena, pero lo demás no me gustó nada: sin manteles, solo un triste salvamanteles; aunque pretendían ser amables, se les veía como ansiosos y con prisas (cuando llegamos estábamos prácticamente solos); estábamos 8 para 2 mesas de 6; para elegir los platos no había carta o un mísero folio impreso, y como tenían 9 primeros y 9 segundos platos para elegir, pues hubo gente que en realidad pidió platos que no les apetecía por las prisas del camarero, que aún repitiendo dos veces la carta, se hacía dificultoso elegir; y para colmo prisas para acabar el primer plato, porque el segundo venía rápido, rápido. Vaya estrés. No comí nada a gusto. Luego para beber solo vino (ni embotellado, vino en jarra de cristal) y agua para beber. Cualquier bebida que no fuera eso, se pagaba a parte. La comida está buena, los platos normales de cantidad, quizás algunos como las migas, un poco escasos. Sin embargo, la carne muy buena. Los postes bien, caseros.