Restaurante Saboya 21

Hay que andar con cuidado porque tantos fallos en un servicio se traduce en falta de calidad. Menú a 25 euros que a priori parecía apetecible pero nada más lejos de la realidad. Vino rosado servido caliente y a nuestra reclamación el responsable justifica que es la mejor manera de apreciar la calidad y el sabor. Ensaladilla de langostinos ni un solo langostino. Consultan con el cocinero y que no, que es la mayonesa que se hace con las cabezas de los langostinos. Así no viene especificado en la carta. Sin comentarios. Migas a la pastora con huevo a baja temperatura, plato muy salado. Risotto de colmenillas muy pasado, apelmazado difícil de tragar y digerir. Dorada a la brasa de encina, tan hecha que el pescado quedó seco y difícil de tragar y sin sabor. Empanada muy salada. Postres muy justitos de calidad. El responsable no se dignó ni a dar por lo menos explicación o disculpas. Nada recomendable y no puede servir como justificante el precio. No ha sido la única vez que he comido aquí y nada que ver con las veces anteriores.