Bar Restaurante María Belén — Restaurant in Tembleque

Hadn't been able to find a restaurant open in early in the morning when suddenly, an internet search popped up with this restaurant showing 24-7 hours of operation.

The tables were empty, and the bar nearly so. Raz informs me that the napkins etc. on the floor around the bar were a cultural thing, and I watched the speed and efficiency with which the tables were bused. Thus, I'm interpreting the many little piles of napkins, etc at the bar as a testament to the popularity of the joint with locals.

There was a single bar tender running the whole front of the house. Between our broken Spanish and his limited English, we managed to order breakfast and coffee, which zipped out of the kitchen surprisingly quick. Raz ordered a combination plate that involved the best veal I've tasted to date. I ordered Tostas con Jambon Iberico, which was s phenomenal as it was simple, and easily worth more than the asking price. While we feasted, enough locals came in to completely fill the bar and half the tables in the place, reinforcing our opinion of popularity and quality.

Last and most important for travelers like us in a country with high exchange fees, they were able to accept credit cards. All in all, a stellar breakfast that we would repeat, and the extra star for 24-7...

Habiamos estado trabajando en Tembleque y nos dijeron por la hora que era, que comieramos alli antes de volver a Madrid. No me voy a quejar de la tardanza del servicio porque comprendo que un comedor casi lleno es lo que tiene, pero si me quejo de cuando ves que otras personas que se sentaron despues son atendidas y servidas antes. La comida:de primeras nos sorprendió que un menu del dia de viernes nos dijeran que era menu de fin de semana de 16 euros. La sopa de picadillo de un compañero, dicho por él, carente de sabor aunque en cantidad adecuada ya que le dejaron el puchero por si queria repetir, los huevos rotos con chorizo de los otros 2 comensales eran una sarten con patatas, con un huevo muy hecho que no permitia deshacerlo e integrarlo con las patatas y 3 trozos de chorizo en una sarten y 2 trozos en el otro plato. Segundos: el rabo de toro estaba correcto, pero las carrilleras que resultó ser solo una y servida con el hueso para que pareciese mas grande estaba fria, se ve que la pusieron en el plato y esperaron a tener hechas las patatas fritas para servirlas y te encontrabas con unas ricas patatas recien hechas y una carne fria, al menos la carne estaba buena. La siguiente sorpresa vino al pagar, mejor dicho al dia siguiente cuando nos dimos cuenta del error. Se les preguntó si en el ticket nos podian poner las 3 cervezas que nos habiamos tomado y pagado en barra antes de subir al comedor ya que pagaba la empresa la comida y nos dijeron que sin ningun problema, pero... nos las cobraron tambien pese a estar ya pagadas abajo. Culpa nuestra de no darnos cuenta en el momento por las prisas de irnos y darnos cuenta a la mañana siguiente. Conclusión, un tremendo desproposito la comida de...

Añado reseña para matizar, ya que tras la primera buena experiencia quisimos repetir y ya no fue igual. Hay que decir que cuando vas a un sitio de 15€ el menú de fin de semana ya sabes que tampoco puedes esperar grandes cosas. Comparado con la primera vez, la calidad de la comida había decaído bastante. Además, pese a tener reservas, muchas prisas para cambiar los platos, casi quitando el plato de la mesa. Pero lo peor de todo es que al pedir el vino nos preguntaron si queríamos una copa del vino de la carta o una de otro tipo, un verdejo. Pedimos el verdejo y a la hora de pagar vimos que no cobraron un suplemento por la copa sino que cobraron la copa entera (2,50 €) y que, por tanto, habíamos perdido la bebida del menú. Si ves que los clientes van a pedir una bebida que no entra en el menú, puesto que van a pagar el menú igualmente y este incluye la bebida lo correcto sería ofrecer otra bebida, aunque fuera el agua. Y si no, hay otras opciones, descuenta el precio del café o cobra menos por la copa. Pero el gesto es muy feo. Así que por nuestra parte, no creo que repitamos.

Paramos en este restaurante a la vuelta de vacaciones de Semana Santa. En pleno domingo, restaurante lleno (y no de viajeros, gente del pueblo) y menú de fin de semana por 15€. Nos dicen que tardarán en atendernos porque no tenemos reserva. Llegamos a las 15.30 y a las 16.00 ya estábamos con el postre. No es un lugar de comida fina pero todo estaba bien cocinado y la calidad era más que aceptable para el precio del menú. El potaje del primer plato servido en cazuela de barro, una ración enorme y buenísimo. Algo más flojos los postres. El personal muy atento y amable pese a las...