Restaurante La Ribera — Restaurant in Vélez-Rubio

Visited La Ribera with in Laws 4 person who have lived in Velez Rubio for 18 years and have missed out on this gem of a restaurant. It's a service with a smile straight away with a warm welcome.Between us and Google translate we reviewed the extensive menu. And wow...starters of big fat juicy prawns in garlic, crispy chicken coated in honey so juicy again, and sorano ham which is always delicious. They were that good. Then the mains for us carnivors! Sirloin steak my wife had was huge and melted in your mouth. My lamb chops off the griddle was so flavoursome. And the pork for two people was a perfect size and so tender. ice cream for one to top off....but no then appeared 4 pieces of cheesecake and a complimentary desert wine! A lovely experience with lovely staff and great food don't miss this gem near the swimming pool! Thank you All...

¡Esta es una joya escondida de un restaurante que no debería ocultar sus talentos! Estábamos buscando un lugar diferente para celebrar nuestro aniversario de boda y un primo nos sugirió que probáramos La Ribera. La entrada desde la carretera principal no está tan clara como podría ser y cuando nos dimos cuenta de hacia dónde debíamos dirigirnos, empezamos a pensar que era sólo un refrigerio para los clientes de la piscina municipal. Por dentro es muy retro y, sin duda porque no está bien señalizado como un auténtico restaurante y nuestra visita fue fuera de temporada, el ambiente no se notaba. Fuimos los dos primeros clientes en llegar. Entonces, esos son los puntos negativos fuera del camino. ¡¡A cosas más positivas!! Aunque retro, el restaurante está impecablemente limpio y en buen estado. La bienvenida fue sinceramente cálida y amigable y el servicio muy informado, profesional y atento sin ser agobiante. Y así a la comida!!!!! ........... es realmente excelente. El chef es creativo y, si aún no tiene uno, sin duda se merece una estrella Michelin. Elegimos una ensalada de atún y queso caliente que era copiosa, fresca y sabrosa. Luego, pulpo, cocinado en su propio jugo hasta lograr una suculenta perfección que se deshace en la boca y acompañado de un puré de papa muy suave en salsa de tinta de calamar y chips de nueces, servido sobre una pizarra y perfumado con hierbas humeantes. A continuación siguieron los platos principales; venado y pierna de cordero; cada uno con una selección diferente de vegetales para complementar sus gustos individuales. Nuevamente, copioso y cocinado absolutamente a la perfección, y el Rioja 2019 que elegimos fue excelente. De postre se eligió queso con nueces glaseadas y una rica tarta de chocolate, seguido de café y una copa de Gin & Tonic con varias bayas de enebro y limón glaseado. ¡Qué atención al detalle! En resumen, este es un restaurante bastante anodino, que necesita una renovación y una mejor publicidad de su presencia, pero ahora que hemos saboreado las delicias de la comida se lo contaremos a nuestros amigos y familiares y volveremos pronto. Gracias al chef y al personal por una experiencia culinaria de lo...

No deja de sorprenderme la capacidad de este nuestro tan maltratado país para esconder en los recovecos y vericuetos de su geografía establecimientos y cocineros que, con su amor por la profesión y su empecinamiento en buscar la excelencia en su trabajo, desafían la lógica de este mundo franquiciado. Maravillosa experiencia la que nos ha proporcionado Mercedes con sus manos y su saber hacer. Desgraciadamente estuve tan absorto en disfrutar de los matices de cada plato e intentando escudriñar las técnicas utilizadas que olvidé fotografiar la mayoría de los platos.

De los entrantes merece la pena dejarse llevar por Mercedes y descubrir que ha estado haciendo esa mañana: Los boquerones que probé no los había probado nunca. Duros y tiesos como si estuvieran curados, y con las papas caseras, deliciosos. Las anchoas, buenísimas. La ensalada de tomate y ventresca, de primera. Un poco demasiado frío el tomate quizás. Acto seguido, unas alcachofas escabechadas o encurtidas tal vez. La frescura, la turgencia a la par que la suavidad de su textura y sabor a laurel y pimienta rosa me encantaron. El principal fueron unos gurullos con perdiz, típicos de la zona. Plato de cuchara sabroso y contundente.

El postre fue de locos, unas manzanas asadas con una cobertura de algo parecido a una crema catalana que combinaba perfectamente pero lo más brutal fue una simple naranja, madura, sabrosa pero cubierta por una salsa fina de la propia corteza confitada, Out of this world. Intenté sonsacar a Mercedes la receta de esta salsa pero fue imposible, tendré que volver, con...