Bar Cortesía — Restaurant in Vigo

NoBAR CORTESÍA No hay mejor nombre para un bar. Un nombre confiable en medio del caos, cálido en noches de tormentas, amable dentro de de la jungla de asfalto, silencioso en medio del ruido de fondo. Era una ciudad con puerto de mar donde Chavela Vargas y Joaquín Sabina compartieron corridos, tequilas y comentarios sobre las mujeres. SABINA: Yo me río de esas peleas de gallos sobre un escenario. Me pongo la poesía por montera. Afirmo que no hay más gallo que Sabina en este corral. CHAVELA: Mi cuate Joaquín, Joaquinito. SABINA: Las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo. CHAVELA: Siempre he sido feliz y desgraciada al mismo tiempo, como ahora. Pleamares y bajamares de la vida. SABINA: Lo malo del amor cuando termina son las habitaciones ventiladas. Los catarros tardan más en curar. CHAVELA: Se van los amantes y quedan las deudas. El primer amor es el peor. Lo que ocurre es que se recuerda mal. SABINA: No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca sucedió. La melancolía le viene bien a las canciones. Las penas ahogadas en alcohol las carga el diablo. Prefiero dos peces de hielo flotando en un whisky on the Rocks. CHAVELA: Usted sabe la de crisis que yo he tenido. SABINA: ¡Qué bonito llora Chavela! CHAVELA: Me da bastante coraje que nadie haya hecho una canción sobre la Vargas. Los cantantes no queremos que le pongan nuestros nombres a una calle; queremos canciones que hablen de nosotros. SABINA: En el bulevar de los sueños rotos vive una dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena, mestiza ardiente de lengua libre, gata valiente de piel de tigre, con voz de rayo de luna llena. CHAVELA: Hoy nos emborracharemos juntos si paga usted. SABINA: Si me dan a elegir colarme en la piel de otros hombres, entre todas las vidas escojo: Pintor en Mont Parnasse, Mercader en Damasco, Costalero en Sevilla, Negro en Nueva Orleans, Policía, ni en broma, Gitano de jeres, Cigarrillo de tu boca. CHAVELA: No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre el precio que tienes que pagar es la soledad. Me enamoro y siempre tengo miedo a que me dejen. Y entonces es cuando me dejan más rápido. SABINA: Te cantaré bajito y al oído, corazón, como si estuvieras en la habitación de tu hotel, dulce hotel. CHAVELA: He tenido que oír de todo: diabólica, maricona. Yo he sido la mala y usted un santo. SABINA: Yo no he venido a buscar crédito social. No creo que a usted la hayan vilipendiado más que a mí. Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera. Si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera. CHAVELA: Nunca hay un camarero cuando se necesita. ¡Salud! SABINA: Un tequilazo antes de salir a tocar es lo mejor. CHAVELA: Pero yo no canto. SABINA: Mis enemigos dicen que yo tampoco canto. Algo de razón tienen. Tengo menos voz que los Tres Tenores juntos. Pero yo no vendo voz, vendo estilo. CHAVELA: Escribo blues y canto corridos. SABINA: Mis padres vivían encima de una discoteca. Todas las noches se quejaban los de la discoteca de que mis padres hacían demasiado ruido. CHAVELA: Muerta, la amistad sabe igual que el fracaso. Y a los dos nos gusta el verbo fracasar. SABINA: Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres. Y desnudos nos encontró la luna. La noche duró lo que tarda en llegar la luz del día. SABINA: Si llevas grasa en la guantera y un alma que perder aparca junto a sus caderas de leche y miel, la más puta de todas las señoras, la más señora de todas las putas. CHAVELA:Vamos a tequiliar a aquel bar de las luces rojas y amarillas con las chamaconas. Y si la Magdalena le pide un trago la invita a cien que yo los pago. SABINA: Ya dejé de frecuentar a las Magdalenas. CHAVELA: Ya se mexicanizó mi Joaquinito. Es más de Guanajuato que don José Alfredo. Los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana. SABINA: Más mexicano que el pulque. CHAVELA: Joaquín, Joaquinito, que le vaya...

El cocido estaba horrible y aún por encima nos lo cobraron...pagamos 55 euros por persona y tanto el lacón, la oreja y la cachucha estaban incomibles... los chorizos inexistentes...Un desastre.

Lo mejor el vino porque el ambiente lo tuvimos que poner nosotros.

No volveremos ni recomendaremos a nadie este local, ya no...

Buenas y generosas tapas, magnífico vino pero la cerveza floja. Atención más que correcta pero los parroquianos se comportan como si aquello fuera su Cortijo, poniéndose con el móvil en la entrada del bar obstaculizando el paso, interrumpiendo cuando están atendiendote y creando un ambiente...