En una noche de lunes, dos amigas y yo decidimos buscar un sitio donde cenar por la zona y acabamos decantándonos por ir a este restaurante por las buenas opiniones que habíamos escuchado. Fuimos sin reserva y al llegar no tuvimos ningún problema en encontrar mesa, probablemente por que era un lunes, y nos sentamos en una de las dos terrazas que presenta el local. Entré a avisar a los camareros de que estábamos fuera para que nos tomasen nota y me dijeron que iban ahora, sin embargo transcurrieron 20 minutos desde que entré hasta que nos tomaron el pedido. Pedimos 3 platos combinados de lágrimas de pollo (2 con patatas fritas y 1 con arroz), la ración cantidad/precio es perfecta, por tan solo 9,50€ te quedas más que lleno, hasta tal punto que no pudimos dejar hueco al postre. Una cosa que cambiaría sería en la descripción del plato combinado, ya que no pone ninguna información de que se fríe el pollo con limón, dejando impregnado un fuerte sabor a este que tanto puede gustar como no. Sitio muy recomendable tanto para comer, tomar un brunch, cenar, etc. dado que tiene platos para cada momento.