Restaurante Porto Alegre — Restaurant in Vila-seca

Absolutley terrible. The meals were over cooked or so rare the cow was still mooing on the plate, asked to be rectified, and my steak was chopped up into burnt outside and rare inside portions. No seasoning. When we said we were mot paying the BOSS and the CHEF, made no appearance and let the poor waitess take the brunt of our dispute. Apart from the fact we only ordered mains, that took 1hr and 15 mins to be served. Raw and one dish overcooked. We live, in Spain 200 mts away..NEVER EVER AGAIN, I asked, after I paid for a bottle of fanta ( 0.90 can't €). No the boss 2ouldnt even do that for us. I will bad review this resurant and verbally and in print say...

Nos apetecía ir a comer una paella de carne con mi novia un Domingo llegamos con tiempo antes de que cerrará la cocina, tuvimos que esperar de pie 10 minutos sin que nadie nos limpiará una mesa (no iban mal de faena) nos sentamos y hasta 15 minutos despues no nos ofrecieron nada de bebida, nos cambiaron de mesa, pedimos unas croquetas porque la paella tardaría 30 min, la paella la pedimos y recalcamos 4 vecesque era de de carne no de marisco, porque la enterada de la camarera no le dio la gana de apuntarlo ni siquiera y escuchar lo que le decía mientras se alejaba con las prisas, las croquetas llegaron congeladas por dentro, después de esperar un buen rato,trajeron 4 croquetas. Y luego 15 minutos después las 2 que faltaban., Tragieron la paella de marisco alfinal y no les importó que lleváramos 1 h y cuarto esperando, y que ya fueran casi las16 de la tarde (todas las cocinas de restaurantes ya están cerradas o por cerrar) nos cobraron 13 euros por dos nesteas y 6 croquetas congeladas, ni si quiera un perdón ni nada, ya nos habían hablando muchas personas mal de este sitio pero decidimos darle una oportunidad, para que encima nos quedaríamos sin comer ni dónde comer a esa hora

NO LO RECOMENDAMOS EN...

Pésimo lugar. Llegamos a las 21:30 y tardaron 30 min en tomarnos nota, aun habiendo llamado la atención al camarero varias veces, quien no dejaba de blasfemar y de quejarse del trabajo que tenía y de que estaba solo en esa parte de la terraza. Incluso tuvimos que llamarle la atención, ya que pretendía pasar por delante de nosotros una mesa que había llegado más tarde. Por si esto fuera poco, éramos cinco los grupos que nos encontrábamos en esta situación.

Tras casi 45 minutos llegaron las bebidas, una de las cuales no era lo que habíamos pedido. Más tiempo de espera a que se enmendara el error. Las tristes patatas bravas costaron la friolera de más de una hora en llegar a la mesa, ante nuestra cara de estupefacción al comprobar que eran congeladas y, por lo tanto, no cuestan más de tres o cuatro minutos en hacerse en la freidora. Y por el módico precio de tan solo 7,5 euros.

Cabe añadir que en el transcurso de toda la espera, nuestros dos hijos fueron al baño y, en volver, recibimos, a grito pelado, el menosprecio de uno de los camareros increpando a voces y con malos modales, que cuidáramos de ellos. Surrealista.

A cobrar sí fueron rápidos. ¿Punto a su favor?

Sitio...