¡Qué experiencia tan maravillosa en este restaurante maravilloso! Desde el momento en que entramos, fuimos recibidos por un ambiente hermoso y acogedor que nos hizo sentir especiales. La decoración es impresionante, con detalles que crean una atmósfera elegante y cálida al mismo tiempo. La comida, wow, simplemente espectacular. Cada plato fue presentado con una calidad y estética de primer nivel que te deja sin aliento.
Pero lo que realmente hizo nuestra noche fue el servicio impecable. Todos los camareros fueron extremadamente atentos y amables, asegurándose de que tuviéramos todo lo que necesitábamos sin ser intrusivos. Sin embargo, debo destacar a Sorangel (o Katy, como muchos la conocen). Su forma de conectar con los clientes es única, su rapidez y agilidad son asombrosas y siempre tiene una sonrisa contagiosa en su rostro. Nos hizo sentir como en casa y cuidó cada detalle para que nuestra experiencia fuera perfecta.
Sorangel tiene una habilidad especial para hacerte sentir bienvenido y valorado, como si fueras el cliente más importante del restaurante. Su conocimiento del menú y sus recomendaciones fueron acertadas y nos ayudaron a disfrutar aún más de nuestra cena.
Además, el restaurante es increíblemente familiar y admite niños, lo cual fue una gran ventaja para nosotros. Hay una sala de juegos especialmente diseñada para los más pequeños, que es espaciosa e impecablemente limpia. Nuestros sobrinos estuvieron entretenidos y felices, permitiéndonos disfrutar de nuestra comida con tranquilidad, sabiendo que estaban en un lugar seguro y agradable. La sala de juegos está equipada con todo lo necesario para mantener a los niños ocupados y contentos, lo que hace que la experiencia sea aún más placentera para las familias.
Gracias a todo el equipo y, especialmente, a Sorangel, por una experiencia culinaria tan memorable. ¡Volveremos sin duda alguna! Este lugar merece ser conocido por todos aquellos que buscan una experiencia gastronómica excepcional...
Read moreNos habían hablado del sitio y la verdad, no mereció la pena desplazarnos 30km para lo que nos ofrecieron. El personal muy amable, vale. El ambiente y decoración muy guay, vale. Pero la comida... Seguramente encuentres lo mismo o mejor en tu pueblo o en el de al lado. De tapa con la primera bebida (con la segunda se la ahorraron) nos pusieron unos bollillos de atún con tomate y aceitunas. A la hora de comer hay mucha variedad para pedir, pero como íbamos muchos escogimos algunas pizzas para compartir. La 15.Deliciosa... El queso Philadelphia se lo enseñarían en la cocina a la masa, porque en la pizza no se notaba nada, lo que la hacía estar muy seca, y las lascas de parmesano era queso en polvo que ni estaba derretido ni estaba bueno en la pizza. Esa pizza descartadísima si volviese. En cambio la 6.Especial era otro tipo de masa, con el queso fundido mucho más jugosa y la buena de las que probamos. Y la 13.Tropical normalita, estaba buena. También probamos la ensalada de la huerta, en la que una de las variedades de lechuga amargaba un poco... Otro pidió el tartar de atún rojo con mango y decía que estaba bueno... La gran decepción, la hora del postre. La tarta de queso NO tarta de queso que he probado. Eso era gelatina de frambuesa, además de llevar frutos rojos tanto por dentro como en la parte de arriba, siendo alérgica una de las asistentes, porque si en la carta puedes descifrar los alérgenos de la tarta, eres una máquina... Menos mal que se veía claro y no la probó... El precio... Pues hay de todo, cosas más caras y otras más baratas (la pizza 15 muy cara para lo que ofrecen). Por cierto, hacía un calor horrible aún estando los aires puestos a 17°, pero con todo abierto... En resumen, ya lo hemos probado, ya está, hay mejores opciones y más...
Read moreLa experiencia en general ha sido mala, principalmente por la atención del camarero.
Hice una reserva el día anterior y al llegar allí, este camarero lo primero que nos dijo fue que no había montado la mesa porque igual le decíamos que hacía mucho calor y queríamos dentro mejor. A priori, no es nada malo, pero su desgana y hastío desde el primer momento es lo que empeora dicho comentario.
Posteriormente, a sabiendas de que la mesa estaba reservada para comer, tan solo nos tomó nota de las bebidas, dejando pasar cerca de una hora hasta tomar nota de lo que queríamos de comer, sin preguntar siquiera.
Una vez estábamos comiendo (solos, 4 personas en la terraza exterior), pedimos que pusiera música más variada, puesto que estaba siendo muy repetitiva y estaba alta. El camarero nos ignoró por completo.
Para finalizar, al retirar los platos de la mesa, vertió toda la salsa de uno de los platos en la mochila de mi padre (creemos que sin darse cuenta, pero vuelvo a reiterar la desgana y el hastío con el que estaba atendiendo la mesa). Así que justo cuando acababa de pagar, este camarero estaba fuera, cerca de nosotros, fumando y fue otra de las camareras, la que al ver que nos estábamos levantando para irnos, se acercó por sorpresa para invitarnos a un chupito (imagino que viendo el desastre de su compañero o bien, por cortesía de la casa, lo desconozco, pero me decanto más por la primera opción).
Por parte de la comida, todo correcto (el tartar y el tataki muy buenos), excepto la hamburguesa, que para ser "de la casa" no llevaba más que tomate, lechuga y queso normal (sin más ingrediente especial como señal de ser suya propia, me refiero).
Recomiendo ir, pero solo por la comida, que está buena a pesar de que resulta...
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