Mi puntuación estaría entre tres y cuatro estrellas, pero no se puede, así que, a ser generosos tocan. Es un bar de tapeo con tapas ricas, de buen tamaño y algunas explorando nuevos sabores y elaboraciones. Y también es un restaurante con una propuesta interesante por calidad-precio. Lo mejor es el ambiente que hay en la barra y las mesas de las cercanías, todo lleno, y es que tiene una carta de tapas interesante y a precio competitivo. Por desgracia, esta parte la disfruté solo mientras llegaban la totalidad de los comensales con los que compartí mesa. Así pues. El comedor es sencillo pero armonioso, pocos adornos pero bien colocados, mesas y sillas funcionales e iluminación correcta. Interesante la propuesta de menú degustación como única opción,"tuneable"eso sí, con las tapas que también sirven en la parte de bar. Por poco más de 13 euros, incluía, aperitivo,un entrante, pescado, sorbete, carne y postre más agua, pan y café. Ofrecen ese menú durante toda una semana y a la siguiente, otro completamente diferente. Está claro que puedes plantearte acudir a tu cita semanal con la flaca, pero en ningún caso repetir más de un día de la misma semana, lo que lo limita bastante de cara a las profesionales que han de comer a menudo en restaurantes. He visto menús de otras semanas y parecían más elaborados que el que a mí me tocó en suerte, pero como es el que probé, es del que voy a hablar. De aperitivo, espárragos blancos con salsa tártara; traducido, dos espárragos de tamaño mediano y desde luego "NO" de Navarra con una mahonesa calidad media con algunos encurtidos picados en brunoise, pasable. Entrante, ensalada de pasta; traducción, con un timbal pequeño te dejan unas seis pinchadas de una ensalada de pasta tirando a engrudo seco, mal ejecutado. Pescado, merluza al horno con salsa de tomate; sin traducción, exactamente eso. La merluza de calidad buena para el precio del menú, en su punto y la salsa de tomate acompañando pero no enalteciendo, correcto. Sorbete, rico, aunque claro, si un sorbete no está bueno, apaga y vámonos, bien. Carne, pollo asado con salsa de champiñones; volvemos a traducir, una (en el mejor de los casos, dos pequeñas) pieza-s de pollo con dos cucharadas de salsa de champiñones que ha pasado demasiado tiempo emplatada en la mesa caliente, pasable por los pelos. Postre, tartaleta de pistacho con profiterol de nata. El pistacho sabemos que estaba por el color, porque de sabor poco, y el profiterol, pues como el nombre del plato, mucho bombo y mucho menos platillo, pasable. Recordar en este punto que la bebida incluida es agua, así que a poco que alguien se salga de ahí, el precio del menú de 13,50€ se vuelve un espejismo. Resumiendo, le doy 4 estrellas porque el personal era diligente y amable, porque las tapas que ofrecen en el bar y que pedimos sentados a la mesa para conformar el menú de los tres niños que nos acompañaban estaban muy buenas, y porque con solo leerlo, ya se adivinaba que escogimos la peor semana para visitar La Flaca. Volveremos, pero con preferencia a tapear en la parte de taberna, y si nos sentimos tentados a pasar a mayores, el menú nos tiene que...
Read moreExperiencia decepcionante.
Es un restaurante con un buen escaparate que se queda, al menos en el servicio, en eso, en la fachada. Independiente de los precios, que es uno de los más elevados de Zamora, lo increíble fue el trato recibido. La comanda empezó con una copa Verdejo y otra de Rioja. El Verdejo se sirvió correctamente, pero con El Rioja, llegó la decepción. Les observo que sacaban una copa con vino tinto de una nevera, ya echado y que de forma disimulada la colocan bajo la barra. Me piden que me vaya que van a abrir una nueva botella porque se les había acabado. Uno, que ya se queda mosqueado ante sospechoso movimiento, se sitúa con una perspectiva directa a esa copa que permanecía al acecho, bajo la barra, encima de las cámaras y lista para saltar a la mano de mi invitado, como así ocurrió. Cuando se lo digo a la persona que me lo había servido, se hace la sorprendida, ella y algunos más de sus compañeros/as...supongo que la sorpresa debió venir por verse descubiertos/as. Es verdad que nos cambiaron la copa, pero desde ese preciso momento el trato fue desagradable e inadecuado con expresiones del tipo “ya se la han cambiado, pues ya está”.
Lo que prometía ser una agradable velada en “La Gorda”, se quedó en eso, en una nefasta experiencia en un local que prometía, pero con un ominoso servicio que, por respeto a la profesión de los/las muchos/as camareros/as que nos atienden día a día, estas personas no se merecen ser así denominados/as. Ni que decir, la comanda se quedó solo en esas dos copas de vino que pagamos, antes de buscar un nuevo lugar donde, además de la compañía, disfrutar de la calidad de un buen servicio prestado, despues sí, por un/una camarero/a de verdad.
Si fuese posible, les pediría que hagan un ejercicio mental y quítenle un par de picos a la...
Read moreEramos incondicionales antes de la pandemia y, desde que volvieron a abrir, hemos ido varias veces y hemos notado una bajada de calidad en platos y servicio. Hoy ha sido la gota que ha colmado el vaso. Hemos comido el menú de 14€ consistente en:
Aperitivo de la casa: consiste en un cuenquito para una cucharada de gulas cubiertas con mayonesa. Bacalao ahumado con vinagreta de naranja y pepinillos: los pepinillos era medio pepinillo cortado fino por todo el plato. Las láminas de bacalao venían también con brotes. El bacalao no sabía a nada y todo el conjunto era de un amargor insoportable (naranja, brotes y el poco pepinillo). Cigarrillos de pollo con verduras y salsa brava: cuatro tubitos de pasta filo frita, sin nada dentro, metidos en un tarro con salsa brava extrapicante. Taco de cochinita pibil con nachos: un taco medio vacío relleno de carne y rodajas de jalapeño, acompañado de seis nachos de bolsa (ni uno más) con salsa cheedar de bote encima. Estos tacos los tienen en la carta de pinchos a 3,80€ los dos tacos... Sumamente mediocre como plato principal. Tiramisú: una crema de queso insípida con cacao por encima. Se supone que el tiramisú lleva bizcocho de café, que es lo que le da el carácter... nada de nada, grasa pura sin sabor.
Yo pedí un vino concreto y me cobraron otro, de los más caros de la carta, que no se si me echaron, porque lo trajeron servido. También corto de cantidad.
No soy de comer grandes cantidades y me fui con hambre, después de pagar 14 euros por un menú de diario. Lo puse en conocimiento del personal, pero parece ser que...
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