¡Atención, foodies y amantes del buen vivir! Si existe un lugar en Zaragoza donde el amor por la comida es directamente proporcional a las ganas de repetir, ese es Casa Teresa.
Llevamos dos años siendo sus "fieles escuderos" y, creedme, esta tasca es mucho más que un restaurante: es nuestro santuario culinario, nuestro refugio anti-dieta y, sí, el fijo inamovible en todos nuestros planes de pareja. ¡Aquí la felicidad se come a cucharadas! Hemos intentado darle la vuelta a la carta un par de veces, pero es que cada plato es un universo de sabor que te atrapa. Y os aseguro que aún nos quedan un montón de galaxias por explorar en este menú estelar. ¿Listos para un viaje gastronómico?
Empecemos por las estrellas Michelín (no oficiales, pero deberían serlo): las croquetas de jamón. Amigos, esto no es una croqueta, ¡es una obra de arte! Cada bocado es un orgasmo gastronómico que te hace plantearte si podrías vivir solo de ellas (la respuesta es sí, por si os lo preguntabais). Y qué me decís de las gildas: por el precio que tienen, son más que maravillosas, ¡son la versión comestible de un unicornio!
Pero la cosa no se queda ahí. Preparaos para las berenjenas con miel, que te transportan directamente a un zoco marroquí sin necesidad de comprar billetes de avión. El torrezno es puro rock and roll crujiente, y el taco de carne... ay, el taco. ¡Es tan bueno que debe tener pasaporte mexicano de lo auténtico que sabe!
¿Y la empanadilla de la abuela? Ojo, no la abuela cualquiera, sino la "abuela chef" que te haría olvidar a tu propia abuela (con perdón, abuelas, pero esta es una liga superior). Luego están esos clásicos que nunca fallan: la picaña que se deshace en la boca, el cazón que te susurra secretos marinos y unos boquerones que harían llorar de emoción a un pescador.
En resumen, Casa Teresa es ese lugar donde la comida te abraza el alma, el ambiente es tan acogedor que te querrías quedar a vivir y cada plato es una aventura. Si no la conoces, ¿a qué esperas? ¡Ven y déjate conquistar por la tasca que nos tiene robado el corazón (y...
Read moreVoy desde hace años a echar un café con alguna amiga, un pincho de tortilla de vez en cuando... la atención es correcta, sin más. Tertulianos de charrada comentando lo que se comenta en bares: futbol, política y similares. NIños entrando y saliendo según la hora...
El problema surge si quieres cenar. No deja de ser un bar en el parque, y la verdad es que nosotras salimos escocidas. NO hacen bocadillos, ni tapas, para cenar, y aunque te dicen que tienen raciones al final son de papas, o calamares. Nos sugirieron "solomillo con patatas fritas", y nos sirvieron solomillo ya cortado en trozos, no rodajas, no filetes, trozos!!! con patatas fritas. El solomillo estaba rico, sí, no voy a decir lo contrario, y era de ternera... cierto (si hubieran dicho solomillo de ternera a la hora de aconsejar quizá me hubiera pensado pedirlo). Pero el precio, sin advertirnos previamente, para un bar en el parque... por ese precio cenamos en el centro en mejor entorno. Creo que es un producto y un precio que no esperas cuando entras a cenar en un bar. Más cuando el ambiente sigue siendo el habitual... tertulianos entrando y saliendo, mesa al lado con seis o siete personas riendo y gritando como si estuvieran solos en el mundo y sus hijos entrando y saliendo...
Read moreCasa Teresa – Un rincón con alma en ZaragozaUna de esas joyas escondidas que te reconcilian con la hostelería de verdad. Hemos cenado de maravilla, donde no solo la comida es excelente, sino también el trato humano. Probamos una picanha y una morcilla que rozan la perfección.La carta de vinos es otro nivel: cuidada, con referencias excelentes y muy bien seleccionadas para acompañar cada plato.Los postres, caseros y cuidados al detalle, fueron el broche idea. Las trufas!!!!. Mención especial a Carmelo, siempre atento, y a Cristina, la cocinera que hace magia entre fogones. Y cómo no, a Tony, el perro más simpático del lugar 🐾. Estuvimos en la terraza, muy agradable y pet-friendly. Sitios como este hay que conocerlos… y repetir. Gracias por hacernos sentir...
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