A tasca Os Belés echó el cierre en el año 2015 después de casi 60 años de vida, música, 'cuncas' y callos en Monelos - El local resistió al 'boom' inmobiliario, pero no a la jubilación de Cesáreo Pazos.
Os Belés olían a guiso, de esos que le devuelven al calendario las hojas caídas y se instalan, para siempre, en los años en los que los teléfonos móviles no eran más que un invento de ciencia ficción. Olía a callos y a empanadillas, pero también a más de medio siglo de noches eternas, de tazas de vino que bajan por la garganta y que tiñen de fiesta tinta las camisas.
La taberna musical de Monelos ech el cierre. No pudieron con ella las ansias de construir en el barrio ni el soterramiento del río ni su paso de taberna de marineros a templo de visita obligada para artistas, vecinos, alcaldes, millonarios y, sobre todo, amigos. A Os Belés la ha vencido la edad, pero no la suya, sino la de su dueño, Cesáreo Pazos, que colgó el sacacorchos y las cuncas blancas.
Cesáreo Pazos creció enredando entre las mesas, aprendiendo el oficio, quizá sin saberlo, de sus padres, que habían llegado desde Paiosaco a A Coruña en busca de una nueva vida, y oliendo los guisos de doña Amelia que acompañaban las tazas de sus clientes que, por aquel entonces, bebían ribeiro o Castilla, que era lo que había.
Dicen los que se han pasado las tardes sentados en las banquetas de Os Belés, que la de Cesáreo Pazos era una taberna muy democrática, en la que todos pueden encontrar su sitio. Y es que, con el paso de los años, la antigua tasca de doña Amelia fue ampliando la oferta y, tal y como recuerda la barra a todo el que por allí pasa, en el local se bebió cava, vino de barril, combinados, refrescos y botellas de los zumos de uva más codiciados.
Cuentan que, en las mejores noches de Os Belés, la tasca interclasista que hasta adoptó a un perro, Cesáreo Pazos y los miembros de su grupo, Os Peteras, cogían las guitarras, rasgaban sus cuerdas y les arrancaban boleros y salsas, como si no fuese a amanecer nunca más, como si sus voces pudiesen volar lejos, muy lejos, hasta llegar al otro lado del charco.
Ahora, lo ideal, seria abrir de nuevo la puerta para que otros vengan, a bajar y subir las escaleritas de acceso a la taberna cada día y a darle un nuevo aire a un local que permaneció inalterable durante más de medio siglo.
Os Belés echó el cierre, pero de su felicidad han sido testigos imperturbables sus paredes, que oyeron cantar al fadista portugués Carlos do Carmo en una noche de esas que no se olvidan nunca; las mismas paredes de las que, desde tiempos inmemoriales cuelgan fotos de Manolo Rivas, Arsenio Iglesias y otros compañeros de viaje. Se acuerdan todavía los vecinos de aquellos tres días de fiesta de 2007, cuando Os Belés celebró su 50 aniversario. Hubo programa de radio, poemas, melodías, vino,...
Read moreDe entrada causa buena impresión como una taberna clásica, con gusto y buena música de fondo, pero en cuanto ves que en pleno 2017 permiten fumar en el interior del local, te das cuenta que no vas a repetir la visita, una falta de respeto a los que nos gusta respetar la ley y no queremos llevarnos el olor a humo a nuestra casa. Espero que recapaciten, o les sancionen con la multa...
Read moreLocal clásico enxebre de toda la vida donde puedes degustar riquísimas raciones con mucha variedad a elegir. Particularmente me gustaba más la decoración antigua pues daba un toque muy bucólico aunque tal como está en la actualidad es más funcional . Los sábados...
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