Mi visita a Cala Les Bassetes fue un viaje al pasado, una experiencia que evocó recuerdos de días más simples y puros. Como mujer mayor, valoro la tranquilidad y la belleza natural, y esta pequeña cala en la costa de España lo tiene todo.
Desde que llegué, me sentí abrazada por la serenidad que emana de este rincón del Mediterráneo. La arena suave y dorada se extiende ante mí, invitándome a sentarme y contemplar el horizonte. Las aguas cristalinas del mar me llamaron con su canto suave, y no pude resistir la tentación de sumergir mis pies en ellas. El agua era refrescante, y las pequeñas olas que rompían en la orilla me recordaron a los días de mi juventud.
Cala Les Bassetes es un lugar pequeño y pintoresco, rodeado de acantilados cubiertos de vegetación mediterránea. Me aventuré a caminar por los senderos que bordean la costa, y cada paso me permitió sentirme más cerca de la naturaleza. Los aromas de las flores silvestres y el sonido del viento entre los arbustos crearon una experiencia sensorial que atesoraré.
Lo que más aprecié fue la paz que encontré en este lugar. No hay multitudes ni ruidos estridentes, solo el susurro del viento y el canto de las aves marinas. Sentada en la arena, contemplando el mar, me sumergí en mis pensamientos y recuerdos, encontrando una profunda conexión...
Read moreWe had an incredible diving experience with Carlo and Eladio! It was our second time diving (6 meters), and everything was perfectly organized — professional, safe, and lots of fun. My daughter and I felt completely at ease thanks to the instructors’ friendly and supportive approach.
We already look forward to coming back and trying the 12-meter dive. Highly recommended to anyone looking for an unforgettable...
Read moreAcabando el recorrido por el paseo marítimo de Calpe y al final del mismo se encuentra la indicación para iniciar el camino serpenteante que te lleva hasta la cala de les Bassetes. Su longitud entera se puede recorrer en unos quince minutos y es adecuada para niños. Discurre por entre los muros de los chalets y los acantilados, aunque obviamente también se puede llegar en coche. Una vez alcanzada de nuevo la cota cero, el último tramo está a la altura del agua y conduce a este pequeño puerto que acoge unas decenas de lanchas y algún velero de poco calado. También puedes practicar deportes náuticos o alquilar alguna embarcación allí mismo, o bien relajarte tomando algo en la terraza al nivel del mar o en la zona posterior gozar de un ambiente chill-out desde una perspectiva más elevada. Aunque la vuelta se puede realizar callejeando por entre los chalets, merece la pena desandar por el mismo camino y disfrutar de los efluvios de plantas aromáticas, pinos, higueras, lentiscos, pitas y otras especies que jalonan este entretenido paseo...
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