Amados hermanos y hermanas, hoy nos reunimos en la casa del Señor para celebrar la misa y dar gracias por todas las bendiciones que Él nos ha otorgado.

En este día, quisiera compartir con ustedes un salmo que resuene con alegría y amor al prójimo. Pero también quiero agregar un toque de humor, porque ¿por qué no reírnos un poco en medio de todo el estrés de la vida?

Así que aquí va mi salmo:

Oh Señor, Padre nuestro en los cielos, te pedimos que hoy nos ilumines con tu amor y tu paz. Que nos llenes de alegría y nos permitas disfrutar de tu creación.

Te pedimos por los gobernantes de todo el mundo, que encuentren una manera de resolver los conflictos sin recurrir a la fuerza. Que abran sus corazones y escuchen a aquellos que más necesitan su ayuda.

Señor, también te pedimos por aquellos que sufren en las guerras, que encuentren consuelo en tus brazos amorosos. Que la paz prevalezca en todas partes, y que la violencia sea reemplazada por el diálogo y la comprensión.

Ahora, si me permiten, quisiera agregar un poco de humor a este salmo.

Oh Señor, también te pedimos por aquellos que conducen mal en las carreteras, que aprendan a respetar las leyes de tránsito y eviten poner en riesgo a los demás conductores. Que les des un poco de sentido común y paciencia para llegar a su destino sin causar un desastre.

En fin, amados hermanos y hermanas, oremos juntos por la paz y el amor en el mundo. Que nuestras voces se unan para pedir un futuro mejor para todos. Amen.