Llegué temprano para aprovechar la calma. La cala es pequeña — apenas unos 50 m de largo entre rocas — y en vez de arena abundante predomina la roca lisa con algunas zonas donde apoyarte. Me instalé en una parte algo rocosa pero cómoda, puse mi toalla bien extendida en una plataforma plana natural y respiré profundo.
Entrar al mar requiere cuidado: en muchas partes el acceso no es de arena blanda sino con rocas, así que usé escarpines para evitar resbalones. El agua es azul verdosa, transparente en tramos, ideal para nadar tranquilos. Me quedé flotando un rato, observando el horizonte, sintiendo cómo el mar me mecía.
Durante la mañana llegó más gente, pero sin agobios; algunos vecinos locales del entorno se acercaron. No hay infraestructura de chiringuito, sillas de playa, toldos ni duchas visibles (o al menos yo no las vi). Así que todo lo que llevé (agua, bocadillos, sombrero) fue esencial. Al medio día el sol incidía fuerte porque hay poca vegetación que dé sombra natural, así que protegí la piel con sombrero y protector. Al caer la tarde hice fotos con luz dorada y el paisaje se volvió aún más hermoso, reflejo suave, rocas definidas.
Me fui cuando el día se relajaba y pensé: “esto sí que es un rincón tranquilo, lejos del ruido de las playas más...
Read moreLove it! But it has a rocky bottom However there is a good place where u can enter a water...
Read moreNothing special about this, maybe good for snorkeling. You can find some quiet spot...
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