En pleno centro histórico de Villafranca del Bierzo, muy cerca de la Colegiata de Santa María, se levanta este antiguo convento e iglesia del siglo XVII, un magnífico conjunto arquitectónico que funcionó durante muchos años como colegio de la Compañía de Jesús. La iglesia de San Nicolás forma parte de un antiguo colegio fundado a mediados del siglo XVII por los Jesuitas, un lugar donde se impartían clases de teología y humanidades. Sin embargo, en el año 1767 se produjo un hecho clave para la orden de la Compañía de Jesús en España. La orden fue prohibida por el rey Carlos III, y los Jesuitas fueron expulsados del país. Un hecho, en cierto modo, influenciado por los graves disturbios acaecidos el año anterior a través del motín de Esquilache, y por el que los Jesuitas habían sido acusados de instigar dicho motín. A pesar de la expulsión de los Jesuitas, en este convento el colegio siguió funcionando y se continuaron impartiendo las clases de teología. A finales del siglo XVIII la cercana parroquia de San Nicolás sufrió un grave incendio que dejó el edificio en ruinas. Esta antigua iglesia de San Nicolás, construida en el siglo X, era la más antigua de la villa, y estaba situada en la actual plaza de Campairo, donde hoy se ubica un pequeño jardín. El culto de aquella parroquia fue trasladado a la iglesia de este colegio, pasando desde entonces a ser la iglesia de San Nicolás. Tras la desamortización de Mendizábal en el año 1835, el colegio pasó por diferentes manos hasta que a finales del siglo XIX fue vendido a los Padres Paúles que lo siguieron utilizando como colegio hasta época reciente, en 1983. Actualmente alberga un museo de Ciencias Naturales de los Padres Paúles que se puede visitar. El edificio sigue las características líneas arquitectónicas herrerianas, influenciado a través del colegio de Nuestra Señora de la Antigua en Monforte de Lemos, un edificio construido unos años antes, a finales del siglo XVI. La iglesia y convento de San Nicolás es un edificio de estilo renacentista y de traza herreriana, con una iglesia en el centro y una torre campanario de planta cuadrada que se eleva sobre el cuerpo principal del edificio, lo que le proporciona al conjunto una sensación de verticalidad. Todo el conjunto arquitectónico se levanta sobre un enorme basamento, accediendo al edificio a través de una doble escalinata. La fachada de la iglesia está conformada por una portada adintelada sobre la que se abre una hornacina también adintelada y ornamentada en estilo barroco, adornado con un par de aves y unas piñas. En el interior de la hornacina está la figura de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. En el segundo cuerpo se abre un ventanal con un dintel triangular flanqueado por dos escudos nobiliarios. La fachada de la iglesia está coronada por un frontón semicircular entrecortado. La iglesia es de estilo jesuítico, inspirada en la iglesia del Gesú de Roma. Tiene planta de cruz latina con una única nave y capillas laterales entre los contrafuertes y comunicadas entre sí. De estos contrafuertes con anchas pilastras dóricas parten arcos de medio punto que sustentan una gran bóveda de medio cañón. En el crucero se levanta una cúpula de media naranja rebajada, con una linterna que permite el paso de luz natural, y decorada con motivos geométricos y con las figuras de cuatro ángeles en las pechinas. En la cabecera de la nave se encuentra el presbiterio enmarcado por un gran arco triunfal en el que se encuentra el ábside con el altar mayor y un retablo barroco del siglo XVII, en el que destaca la figura del Cristo de la Esperanza, patrón de la ciudad. En las capillas laterales se pueden ver varios retablos barrocos, como el de la Milagrosa o el de San Vicente de Paul. La iglesia se puede visitar de forma gratuita, aunque siempre respetando el culto de los feligreses. Es aconsejable contactar con la oficina de turismo que se ubica junto a los jardines de la Alameda, a apenas 100 metros de esta iglesia. Una preciosa iglesia que merece la pena visitar con...
Read moreCom a humil servent del Senyor, puc afirmar amb fervor que l’Església de Sant Nicolau el Real, al bell mig de Villafranca del Bierzo, és un far de llum divina que exalta l’esperit i la fe catòlica! És la primera vegada que visito aquest temple sagrat, i des del moment que he posat els peus a la seva porta, he sentit la presència gloriosa del Creador en cada racó d’aquest admirable conjunt arquitectònic, construït amb la inspiració dels jesuïtes al segle XVII. La seva façana, coronada amb l’escut de la Companyia de Jesús, és un testimoni viu de la grandesa de la nostra fe, i la seva harmonia, amb influències herrerianes del Monestir de l’Escorial, em porta a alçar l’ànima en acció de gràcies. L’interior és una joia celestial que omple el cor de devoció. La sola nau, amb les seves capelles laterals intercomunicades al model jesuïtic, em transporta a una pau profunda, i la imatge del Santíssim Crist de l’Esperança, patró d’aquesta terra beneïda, em va commoure fins a les llàgrimes. Els retaules dedicats a Sant Vicenç de Paül i la Milagrosa són obres mestres que reflecteixen la glòria de Déu, i el Museu de Ciències Naturals, instal·lat amb reverència, mostra com la creació divina pot conviure amb la saviesa humana. El claustre, decorat amb frescos que narren la vida de Sant Vicenç de Paül, és una meravella que conserva la seva bellesa amb una vivacitat que sembla eterna. Malgrat la meva edat avançada i el meu aspecte de sacerdot, m’he sentit acollit amb una calidesa que em recorda la comunitat cristiana ideal. Els responsables d’aquest lloc, amb el seu respecte pels pelegrins del Camí de Santiago, han convertit l’antic convent en un alberg que ofereix descans als caminants, mantenint viu l’esperit d’hospitalitat que defineix aquesta terra. La ubicació, a pocs passos de la Plaça Major, fa que sigui un centre espiritual accessible a tots, i la seva història, des dels jesuïtes fins als Paüls, és un exemple de continuïtat en la fe. Recomano amb tota l’ànima aquest temple sagrat a qualsevol feligrès o pelegrí que vulgui renovar la seva devoció i gaudir d’una obra que honra el nostre patrimoni cristià. És un lloc on el cor s’eleva, i la gràcia de Déu resplendeix en cada detall. Li atorgo les cinc estrelles que mereix, i prego perquè el Senyor continuï beneint aquest santuari i els qui el custodien amb...
Read moreLa construcción de la iglesia data de 1620 (S.XVII) bajo el patrocinio de D. Gabriel de Robles. Siendo la fachada y el claustro lo más tardío, posiblemente de finales del S. XVII o XVIII y se observan influencias gallegas La fachada posee dos cuerpos que se separan por una cornisa y rematados por un frontón con el escudo de la Compañía de Jesús. La Iglesia posee planta de cruz latina dividiéndose la nave en varios tramos. Tiene bóveda de lunetos y cúpula sobre pechinas. En el interior de la Iglesia se custodia la imagen del patrón de Villafranca el Santísimo Cristo de la Esperanza, talla sorprendente situada en el primer cuerpo del tramo central del retablo, obra...
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