Sábado, 15 hs., primer piso, dos personas, fanáticos de los embutidos Nos sentaron en una mesa justo en la salida de un pasillo que da entrada y entrada a la cocina, espacio ajustado, lugar poco feliz para poner una mesa. Mas si el personal de cocina no es cuidadoso de las normas de higiene Ejemplo: de los dos empleados de cocina que fueron al sanitario (también lo tenía frente a mi) ambos lucían un atuendo bastante castigado con manchas de todo color, y sin gorro. Un tercero, fue a buscar fiambre cortado (se ve que la fiambrería en la planta baja los abastece), este joven venía con las fetas de jamón crudo en la mano, al aire libre, eso sí: llevaba en puesto un guante descartable…y un uniforme con más días de uso que lo aconsejable. Por costumbre, lo primero que hago es ir a chusmear la toilette, su estado dice cuál es la verdadera filosofía del local respecto de la atención al público. Local flamante, apenas algo más de un mes de estrenado, es de esperarse un sanitario impecable, casi 0 km…bueno, nada de eso. Puerta sin cartel (es unisex, a mí no me va, pero son gustos), Mal olor, ese desagradable olor a desagüe/cloaca, el dispenser de jabón roto, las canillas goteando, el piso muy sucio “pegajoso”, varios papeles en el piso, mal principio. Lo peor: El empleado son el que compartí la estancia, salió sin lavarse las manos (imperdonable), supongo que el mensaje que miraba en el celular era de vital importancia. Atención en la mesa: muy buena, atento, cordial, con buen conocimiento de la carta, nos explicó la modalidad del local Pedimos una tortilla con chistorra/ali oli/Pimenton de la Vera, chipirones al ajillo/emulsión de mar/eneldo/lima y pan tumaca con jamon serrano ajos confitados y tomate rallado Los dos primeros demoraron 20 minutos, nada relevante y el tercero llego justo cuando habíamos terminado los anteriores, muy correcto. Desafortunadamente todo pedido con un recuerdo de platos similares ya degustados Para no hacerla larga: la tortilla no era una tortilla, apenas un montoncito de papas en trozos a medio hervir, con TRES (literal) tres rodajas de una salchicha o pseudo chorizo (vaya uno a saber), muy parecido a una Vienissima . ¿Pimentón de la Vera? Ausente sin aviso y si algún pimentón tenia, de la comarca de la vera no era. Chipirones…hervidos y gracias, del ajillo, el aceite de oliva…nada de nada, en lugar del perejil dos decorativas ramas de eneldo sobre ellos, ni limón, ni vino blanco, ni pimienta negra, ni cayenas..todo condimento adicional u optativo es reemplazado por la “emulsion de mar”, solo un sugestivo nombre para un líquido sin ni siquiera el color que aporta la piel del chipirón, eso sí con algún lejano sabor a pescado y sin pasar un solo segundo por la sartén, eso sí a los chipi le sobraba agua en abundancia. Un fiasco es poco EL pan con jamón serrano: no estuvo mal, solo pasable. ¿Hace falta decir que si era serrano debería ser de Sierra de la Ventana y que ni a denominación de bodega llegaba? De color aceptable, grasa infiltrada inexistente lo cual se nota en la textura en boca (ni se percibe ni jugoso ni untuoso) Pero con agradable sabor Con un agua sin gas y una gaseosa $53,000, es decir precio producto relacionado directamente con la creatividad del autor de la definición de cada plato. Resumiendo, un poeta y muy buen creativo el que armo la carta y eligió los nombres de los platos, mis felicitaciones, lástima que se olvidó de consultar al cocinero si tenía alguna pta. idea de cómo elaborar alguno de esos platos. Al momento de pagar, la señorita responsable nos preguntó ¿Qué tal todo? Ante mi comentario acerca de la tortilla y los chipirones nos pidió disculpas, nos informó que ante una situación así debemos proceder a devolver los platos y nos otorgó un descuento del 20% para nuestra próxima visita. Su expresion genuina de preocupacion (Barbie, su nombre) fue lo mejor de la experiencia Una pena, porque somos muchos los que amamos este tipo de propuesta, más cercano al tapeo que a una comida formal. Mucho ruido,...
Read moreUna desilusión.
Fui con mis amigas con la intención de disfrutar una cena. Al llegar, nos encontramos con una soga cruzando la entrada, como si fuera un boliche. Esperé unos minutos a que alguien nos atendiera, pero como hacía frío y nadie se acercaba, decidí entrar para consultar si había lugar.
Dentro, había una chica en el mostrador y un chico hablando por teléfono. Al instante, se me acercó un mozo con auricular. Me presenté, le pedí disculpas por haber pasado sin autorización y le expliqué que solo quería consultar por una mesa, ya que afuera hacía mucho frío. Su respuesta fue: “Normalmente las sogas están para que la gente no pase”. Más allá de que comprendo el protocolo, creo que habiéndome disculpado y explicado la situación, su respuesta fue innecesariamente cortante.
Nos informó que estaban completos y que la única opción era una mesa exterior. Por supuesto, con el clima, decidimos no quedarnos.
Comparto esta experiencia porque, caminando apenas unos metros, llegamos a La Condesa de Devoto, donde la atención fue completamente distinta. Un mozo salió de inmediato a recibirnos, también nos informó que el lugar estaba lleno, pero con mucha amabilidad nos ofreció esperar unos minutos mientras armaban una mesa. Incluso nos convidaron con unos aperitivos mientras aguardábamos. En poco tiempo ya estábamos sentadas, cómodas, disfrutando de una excelente comida y de un servicio impecable.
Conclusión: salir a comer hoy representa un gasto importante, y como mínimo, uno espera ser bien atendido. Cuando la atención, la educación y la cordialidad acompañan, vale la pena destacarlo y recomendarlo. Por eso, lamentablemente no volveré a Buche Salumeria, pero sí repetiré y recomendaré La Condesa...
Read moreFuimos a Buche para celebrar el cumpleaños de mi mamá y la experiencia fue decepcionante de principio a fin. Apenas llegamos pedimos unos tragos, pero tardaron tanto en traerlos que terminó llegando primero la comida. Tuvimos que comer sin bebida, algo inaceptable para un lugar que pretende ofrecer un buen servicio. La moza que nos atendió fue sumamente antipática, evitaba mirarnos y parecía no querer atendernos. Le comentamos que mi mamá cumplía años, y en otros restaurantes similares suelen tener un gesto como un postre o una vela, pero aquí no le dieron absolutamente nada. Pedimos un fósforo para encender la vela que habíamos llevado y ni siquiera le dijo “feliz cumpleaños”. Encendió la vela y se fue, sin quedarse a cantarle ni mostrar el más mínimo interés.
Para el postre pedimos cafés, pero tardaron más de 20 minutos en traerlos, mientras el postre se enfriaba en la mesa y teníamos que esperar para comerlo. Al final, le cantamos todos los de la mesa y otros clientes del piso, pero no el personal.
Lo único positivo es que la comida es muy rica y los fiambres son espectaculares, pero el mal servicio opacó por completo la experiencia. No era para nada lo que esperábamos. Servicio frío, poco cuidado y nada especial para una ocasión que debería haber sido memorable....
Read more