La Pituca de Boedo — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

En una esquina centenaria del barrio de Boedo, donde el tango todavía se cuela por las ventanas y el espíritu azulgrana late fuerte, se encuentra La Pituca de Boedo, un restaurante que desde hace trece años le rinde homenaje a la cocina casera de verdad: carnes, pastas y platos de olla que reconfortan.

El salón es un viaje al pasado. Televisores antiguos, tocadiscos, máquinas de escribir y otros objetos que hoy parecen de museo decoran las paredes y le dan alma al lugar. Pero no es solo una cuestión estética: la atención es cálida, con mozos que se toman su tiempo y saben recomendar. Se come bien, abundante y sin vueltas.

La experiencia arrancó con una tabla de mar ideal para compartir: rabas crocantes, cornalitos dorados y pinchos de pescado y langostinos rebozados. Después llegaron los principales: unos sorrentinos de ossobuco braseado que se deshacían, un guiso de lentejas bien especiado y un pastel de batatas con bondiola mechada que combinaba dulzura y potencia.

El broche fue memorable: un panqueque de manzana flambeado al ron con helado y un brownie húmedo con helado y frutos rojos que aún soñamos.

La Pituca de Boedo no es solo un restaurante, es un rincón porteño que honra al barrio, a la memoria y a la buena...

Fuimos hoy domingo con mi familia por recomendación del lugar, la comida excelente, platos abundantes Pero la atención del mozo que nos atendió, horrible, desde que llegamos mal predispuesto, le preguntábamos algo y contestaba de mala manera, cuando trajo los platos los alcanzaba de mala manera, de forma q se lo pasó por la cara a mi hija, a lo q le dije que pida permiso antes. Estuvimos a punto de levantarnos e irnos no pedimos postre como teníamos pensando, nos queríamos retirar del lugar Me quejé en la Caja por su atención, pensabamos pasar un lindo día en familia pero con la mala atención nos arruinó el almuerzo. Siempre nos dirijimos a él con respecto cosa q no recibimos lo mismo. Creo q se llama Gustavo ya que escuchamos que le decían Gus.. es de los mozos el más grande y se supone q tiene mqs experiencia en atención, observamos que en las otras mesas los otros mozos atendían re bien. Obvio que no vamos a volver. Solo por esa actitud. Después la comida excelente. Después del mal servicio, entré a leer los comentarios y veo q a varios les pasó lo mismo hay quejas de hace 10 meses de personas que le pasó lo mismo que a nosotros y evidentemente cero interés por modificar la mala atención de ese mozo maleducado. Lástima que no lo leí antes sino evitaba de ir...

Si te gusta que te echen y te apuren a pagar, cuando estás disfrutando de tu comida, ES EL LUGAR INDICADO! La comida normal, y el lugar es lindo... Pero la atención del mozo, muchísimo que desear. A media botella de vino y media picada, se acerca el mozo a preguntar si lo queremos para llevar (queda claro que fuimos un día de semana donde había más mesas desocupadas que ocupadas). 2 minutos después, otro mozo pasa a preguntar si queremos llevarnos la comida, así 3 veces más. No pudimos disfrutar del vino, ni mucho menos la comida. Para la sexta vez, le pedimos que nos llevamos lo poco que quedó y no nos dejaron terminar. El mozo pregunta por postre y café, cuando nos atragantamos por la presión. Le dijimos que no, y le gritó a la cajera para que nos traiga la cuenta. Nos preguntó tres veces si queremos incluir la propina con pago por tarjeta, le dijimos que no. No me dieron ganas de dejarle ni un peso, después del maltrato, y resulta que se nos quedó mirando la mesa hasta que abonemos algo de su propina. Le dejé por obligación y me tira comentarios que con eso no alcanza... HAY ALGO MÁS QUE DESEAR DE ESTE LUGAR? No vayan, a no ser que quieran...