Fui con mi pareja y llegamos 1 hora antes de que el lugar abriera, por suerte porque resulta que se hizo una fila de media cuadra y por lo que nos explicó el mozo a los primeros en llegar, adentro solo se podía ingresar con reserva así que nos tocaba una de las 4 mesas que había afuera, si 4 mesas para media cuadra de fila. Eso no es todo cuando llegó la hora de apertura el mozo primero hizo entrar a los que tenían reserva y después nos señaló a las primeras 4 parejas para que nos ubiquemos en las mesas de afuera en lo que se convirtió en una especie de juego de la silla porque no se tomó la molestia de irnos ubicando él. Para colmo terminamos de sentarnos y vemos que al resto de la fila los empieza a dejar entrar adentro donde se supone que era con reserva y en todo caso si tenían lugar disponible no deberían haber dejado entrar a los que estuvimos literalmente 1 hora y 10 minutos esperando afuera para entrar. Bueno espero que se haya entendido que de por sí la organización es pésima y la frutilla del postre es que antes de irnos presencié como una de las mesas de afuera se desocupaba y en lugar de llamar a alguien en la fila de espera le dieron el lugar a 1 señora con sus hijas que había estado merodeando por la puerta 10 minutos después de que abrió el lugar. Obvio la gente de la fila ni se dió cuenta de ésto porque no les daba el ángulo de visión desde donde estaban pero mi pareja y yo lo vimos y me indigno porque me imaginé que si llegaba más tarde a ese lugar no solo no iba a tener "la suerte" de sentarme sino que me iban a boludear dándole lugar a personas que ni la fila respetan. Pasando a la comida pedimos el plato fuerte que sería la merienda completa a 7500 que traía 4 mini sandwiches de jamón y queso 2 scons 3 rodajas de pan con mermelada y queso y 4 porciones de torta. Para el precio creo que no estuvo mal además lo acompañamos con un café con leche riquísimo. Las tortas en particular me llamaron la atención porque eran livianas a comparación de otros lugares donde suelen ser más empalagosas, y en su mayoría tenían una estructura que recordaba mucho al budín de pan. En fin el lugar es medianamente bueno pero no recomiendo ir con muchas expectativas sobre todo teniendo en cuenta de que es un lugar chico y no estaba preparado para volverse viral en tiktok Les recomiendo que reserven para la hora de apertura y sean puntuales para evitar que le den su lugar a otro porque por lo visto no respetan las reservas o al menos eso leí en los comentarios. Espero que mejoren un poco la organización y del lugar, quizá vuelva algún día para ver si mejoraron su servicio cuando deje de ser tan...
Read moreDesastroso. Fuí con mi papá para pasar un momento lindo ya que como amamos a la chica del brunch y vimos la publicación, nos interesaba el lugar. Cruzamos media ciudad de Boedo a Villa Urquiza, pero era para que valga la pena. En fin, cuando llegamos, las luces estaban apagadas, las sillas estaban rotas pero no le dimos MUUUCHA importancia, ya que lo principal ahí era que todo esté rico. Pedimos el combo para dos personas, el cuál salía $12.000 (para una merienda/desayuno rico es barato). Nos trajeron la comida: Un par de tostadas con mermelada y queso crema, dos scons, un par de porciones de tortas variadas y dos cafés con leche / Tés a elección. Lo primero que probamos fueron las tortas, habían: Lemon Pie, Marquise, Cheesecake con frutilla y un tipo de budín con jugo de limón. El "LEMON PIE" era una seudo gelatina de limón con sabor tirando de neutro a plástico. La Marquise no era una Marquise, era un budín exquisita del día con dulce de leche y topping de chocolate. La cheesecake era pura fruta abrillantada mal hecha, y de paso con una frutilla podrida. El budín tenía sabor ácido, la verdad casi a nada. De esas cositas berretas, la más decente es la Marquise, estaba bien, pero no llegaba ni al punto de ser mejor que una vainilla "Pozo". Lo demás estaba hasta ahí, lo único rico posta del lugar eran las tostadas con mermelada y queso. Ahora, el café... Un veneno, a mi papá le agarro acidez, sintió dolor como por 2 horas por únicamente tomar dos sorbos. La calidad de lo que suponemos que es café, fue pésima. Ja, lindo jugo de paraguas nos fuimos a tomar. PUNTUAL TOTALMENTE, EL CAFE, TOTALMENTE ASQUEROSO, ES VENENO PURO. La atención 0 estrellas. Te daban lo que se dice que es comestible y chau, hasta que les hacés la señita de la cuenta no vienen más. ¿Un vasito de agua no te dan? Daaalee flaco, si dan café, es con agua. Rochi (chica del brunch) te queremos y todo, pero al recomendar este café nos decepcionaste un poco. Conclusion(es): No Todo lo que ves en internet es real. Y el ""CAFÉ"" de este lugar, es un reverendo bajón, para llorar. Dale este café a alguien que sepa de cafés y se desmaya. Nada, una completa estafa, ok, me mintieron y me vieron la cara, pero por lo menos estuvo algo barato, porque si no mi viejo se agarraba a los bifes. (MEJOREN EL CAFE, ES TOTALMENTE NECESARIO, YA QUE ES UN DESASTRE). Y de paso dejen de mentir con...
Read moreSlava Tea: un safari gastronómico (pero sin la parte buena del safari).
Si están buscando una experiencia inolvidable, Slava Tea es el lugar... pero por las razones equivocadas. Me sentí como en un episodio de Pesadilla en la cocina, pero sin Gordon Ramsay para salvarnos.
Fui con mi familia por el Día de la Mujer, esperando un lindo momento. Lo que obtuvimos fue una prueba de resistencia. El café fue un insulto al café: primero quemado, lo devolví, me trajeron agua sucia con sabor a resignación. Los sándwiches de miga eran más finos que una hoja A4, las tostadas podrían haber sido proyectiles en un robo y la única opción potable (un agua mineral) llegó servida en copas rotas y sucias, con un toque de canilla y bichitos flotando, cortesía de la casa.
Las tortas, lejos de estar refrigeradas, parecían haber pasado la tarde tomando sol. Vinieron todas pegadas, como si hubieran sobrevivido un accidente. La azucarera traía de regalo restos de zanahoria—un ecosistema en formación. ¿El mantel? Una obra de arte abstracto en mugre.
El local es una cueva de humedad y telarañas, con sillas amontonadas y un aire viciado que grita "no hay ventilación". Y cuando creíamos que habíamos visto todo, una araña gigante decidió sumarse a la experiencia, instalada cómodamente entre la mesa y la pared en su mansión de telarañas. No sabemos si le molestó nuestra presencia o si intentó cobrarnos un peaje, pero cuando saltó en nuestra dirección, se desató una escena digna de un documental de supervivencia. Terminamos en una batalla campal, al grito guerrero, ejecutando la única respuesta posible: exterminarla antes de que reclamara su territorio.
El baño... bueno, mejor ni hablar. Y como broche de oro, cuando pensábamos que nada podía superar la experiencia, una cucaracha decidió sumarse al té de la tarde, caminando desde la cocina hasta la silla de una clienta. Quizás solo quería avisarle que corriera por su vida.
Moraleja: Si un lugar es un fiasco, decilo. No te fuerces a “disfrutar el momento” cuando te están sirviendo comida miserable en un ambiente que debería estar clausurado. No tengas miedo de levantarte e irte. Que pierdan ellos, no vos. Y si ven publicidad del “brunch soñado”, recuerden que la única parte real es que después van a soñar… pero con una...
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