Mi experiencia en este restaurante fue decepcionante. Para empezar, pedimos una jarra de limonada con menta y jengibre, pero lo que recibimos fue una bebida insípida que apenas podía calificarse como limonada. Parecía más bien agua con colorante amarillo y unas pocas hojas de menta, completamente carente de sabor, que hasta el momento coincidimos con mi novia fue la peor limonada que tomamos en nuestras vidas. La espera de los platos fue bastante larga por lo cual entre el hambre que teníamos y lo que estaba tardando supusimos que iban a valer la pena. Finalmente llegaron, pero la limonada era solo un indicio de lo que iba a ser la comida, la calidad dejo mucho que desear. El ojo de bife que pedimos a punto, estaba extremadamente seco por fuera, trate de comerlo pero fue como masticar un chicle imposible de tragar, lo termine escupiendo y dejándolo en una servilleta. Las papas fritas eran lo único que zafaban, aunque tampoco eran nada del otro mundo. Los canelones tampoco estaban a la altura. Carecían por completo de sabor y resultaron ser una decepción total. La única cosa positiva que puedo mencionar es la panera, pero obviamente no fue suficiente para compensar el desastre de la cena. Realmente todo lo que pedimos fue nefasto, de dos platos y una limonada no hicieron ni uno bien, me parece insólito. Al pedir la cuenta y expresar nuestra insatisfacción, esperábamos al menos algún gesto de compensación por parte del personal. Sin embargo, no recibimos ningún descuento ni oferta para tratar de arreglar un poco la experiencia. Solo nos ofrecieron llevarnos los restos de la comida que casi no habíamos tocado. Sin embargo, les explicamos que no teníamos intención de llevárnoslo, ya que la calidad de la comida había sido tan decepcionante que no teníamos interés en consumirla, ni siquiera para llevar. En resumen, no recomendaría este lugar a nadie. Ninguno de los platos ni bebidas que probamos estuvo a la altura. Quizás pifiamos en lo que pedimos, no lo se pero si van eviten a toda costa lo que les dije que pedi.