Vengo a la Villa desde 2007 y el restorán conserva el nombre pero cambia su oferta año a año (y no para mejorar generalmente). El salón en sus inicios era mucho más grande y con un lugar para el esparcimiento de los pequeños (revistas y juegos que también estaban a la venta). Luego agrandaron la cocina en detrimento del salón, el cual quedó muy pequeño para la época invernal, siendo que en el verano disponen de algunas mesas exteriores. En cuanto a la oferta gastronómica, no mantienen una línea estable. Si bien a grosso modo mantienen la oferta de los mismos platos, estos presentan diferente calidad, sabor y aspecto, supongo que por cambios en el personal. Ejemplo: ofrecían una especie de fideos "malfatti" de evidente factura casera con salsa de hongos y crema. Este platillo, en el menú sigue conservando su descripción, pero ahora es un plato de pasta asciutta industrial (cintas) con salsa de hongos en leche más que en crema. Otro ejemplo: la entrada de strudel, que conserva su descripción en el menú, mutó en empanaditas de carne. Varias delicias que supimos saborear ya no las ofrecen más. Nota positiva: pizzas muy buenas, finitas...
Read moreTodo lo que un turista busca es este lugar. Ambientado de manera muy calida con un clima bien templado a pesar del frío que suele hacer por las noches, un menú que no es de 5 páginas pero que tiene los platos regionales que a uno le gustaría probar (pastas caseras, cordero, trucha, etc). La atención es excelente. En esta oportunidad fuimos a comer dos personas (16/02/2020), pedimos rabas de entrada, 4 gaseosas, pansottis rellenos de trucha con una salsa de hongos que salía $150 pesos adicionales, de lo contrario podías pedir salsas tradicionales sin cargo, y por último pedimos mollejas de cordero en colchón de verduras asadas y gastamos $1780 pesos en total (recuerdo que las gaseosas estaban $90 c/u y las rabas $480, los otros dos platos no sé). La comida es excelente con un sabor inmejorable. El servicio es rápido y no demoran en acercarte los platos. La único negativo que le encontramos es que la cocina no tiene buena ventilación y salís del lugar con olor a comida impregnado en la ropa. Me atrevo a decir que es una obligación comer en Mandra si pasas por...
Read moreYo no soy rico. Podría ser definido como un "ratón" que viaja, asimila y opina, o como realeza en el exilio, según yo mismo. Porqué la diatriba? Porque Mandra es un lugar hermoso. Algo caro como cabría esperar, pero no de manera exagerada,y menos en los tiempos que corren. La comida es de corte gourmet, y rica por supuesto, con especialidades locales muy bien elaboradas. Pero lo realmente sugestivo es el clima. Las chicas atienden con presteza pero tambien con absoluta naturalidad, tanto a personas que seguramente son de gran poder adquisitivo, como a cualquier eventual familia conejín de las que también visitan Pehuenia. Y eso, aunque quizás no me guste ponerlo en estos términos, según mi diccionario, se llama clase. El primer día fui a las 11 de la noche a molestar con un café, el segundo me pedí unos ravioles con salsa de trucha (creo). Sí, claro que...
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