Hierro Parrilla Nordelta — Restaurant in Nordelta

Ya había ido varias veces a la sucursal de Palermo, les dejo mi experiencia en la de Nordelta. El lugar es muy lindo, acogedor, con una ambientación más elegante dentro del estilo parrilla. Tiene una linda vista a la bahía y hasta en invierno se puede comer tranquilo porque hay estufitas y te ofrecen mantas para no pasar frío.

De entrada pedimos mollejas, que siguen siendo de las mejores que probé en cualquier restaurante. Siempre bien hechas, doradas por fuera y muy tiernas por dentro. También pedimos la provoleta con ananá, que si bien estaba rica, no me llamó la atención. Y una empanada de cordero que me sorprendió mucho, muy buena, también de las mejores que probé.

De principal pedimos entraña, que esta vez no estuvo a la altura. Un poco dura y chiclosa, recordaba una mejor experiencia en la sucursal de Palermo. Acompañamos con milhojas de papa, zanahorias asadas y zapallo. Todo correcto, pero tampoco destacó.

De postre pedimos el mousse de chocolate, que esta vez decepcionó, en Palermo lo sirven como una porción tipo torta, pero acá vino como si fuera una bochita, muy chico y distinto en presentación. También probamos el cheesecake de dulce de leche con pochoclos (yo los sacaría) que estaba rico, pero también la porción era demasiado chica. Nos quedamos con ganas del volcán de dulce de leche con vauquita casera, que siempre pedimos en Palermo y es uno de los mejores postres del lugar, pero no lo tenían.

La atención fue excelente como siempre, el lugar es muy pintoresco y cómodo. Además, tienen 25% de descuento con Santander Río, lo cual hace que la relación precio-calidad sea más que razonable. Incluso sin el descuento los precios base me parecieron bastante bien para el nivel del lugar. En resumen, buena experiencia en general, aunque con algunas diferencias en comparación con la...

La experiencia dejó bastante que desear. Si bien el restaurante está ubicado en la bahía de Nordelta, comer en las mesas al aire libre se siente como estar en un pasillo de patio de comidas, sin intimidad ni calidez. Y adentro era imposible quedarse por el fuerte olor a comida. Así que nos sentamos afuera, en un ambiente poco agradable que no invita a quedarse sino más bien a comer e irte.

Desde el principio, el servicio fue muy desorganizado. Nos trajeron los tragos junto con la entrada (chinchulines), sin pan en la mesa. El pan lo tuve q pedir y llegó cuando ya había terminado de comer la entrada. La coordinación de los tiempos, muy mala.

La comida fue irregular. El salmón a la plancha, que pedimos jugoso, llegó seco. La tira de asado sí estaba en el punto justo, aunque no coincidía con la descripción del menú: decía “banderita” y era más bien gruesa. Los acompañamientos fueron el punto más flojo. El milhojas de papa sonaba prometedor, pero resultó ser una masa seca y salada, con exceso de queso y nada de sabor a papa. Las zanahorias asadas venían cubiertas por una salsa de ají que tapaba completamente el sabor, y el hummus de porotos negros tenía un gusto fuertísimo a ajo… casi incomible.

El postre fue lo único destacable: un marquís de chocolate con salsa de frambuesa al costado, realmente muy bueno.

La atención, al menos en el sector exterior, fue pésima. El mozo no aparecía, costaba horrores pedir algo, y varias cosas llegaron mal. Pedí agua tres veces y me la trajeron casi al final de la comida.

En resumen: platos mal ejecutados, mal servicio, y precios de restaurante de alta gama para una experiencia muy...

Si pudiera poner 0 estrellas lo pongo. Y una lástima porque no es la primera vez que voy pero no pienso volver. Ya al final empece a anotar todo porque de ver parecía a propósito. Empecemos porque en ningun momento supimos quien era el mozo, nunca nadie se presento ni se hizo cargo de la mesa, entonces nadie sabia que habiamos pedido ni que faltaba. Nos dieron un vaso todo rajado. Pedimos un agua con gas que tardo 20 minutos y solo porque la volvimos a pedir si no no llegaba nunca. Pedimos tres entradas: 1 morcilla, una empanada y unas mollejas. Tardaron AÑOS en traer todo, mientras que la mesa de al lado que se sentó después le llegaba hasta el plato principal al mismo tiempo que a nosotros las entradas. Pedimos el plato ppal antes de que lleguen las entradas porque nos dimos cuenta lo que tardaban en traerte las cosas. La empanada y la molleja frías y despues traen chinchulines en vez de mollejas, el mismo tipo al que se las pedimos!!! Le avisamos, se lo llevó y despues lo volvio a traer ‘de cortesía’. Despues de esperar otra media hora o más traen unas RIBS que nunca pedimos y viene otra persona a buscarlas para llevarselas a otra mesa. Habiamos pedido una entraña y una milhoja de papa. Finalmente lo traen. La entraña muy rica, la milhoja fría y dura. Le preguntamos que onda las mollejas a una de las diez personas que giró por nuestra mesa, a lo que nos contesta: ah! Se las traigo? Increíble!!! Y asi como las trajeron las dejamos porque estaban horribles. Ni te preguntan si la comida esta rica, ni si pasó algo o por que no las tocaste, no les interesa. De verdad una vergüenza, nadie se hizo...