Atilio, el Maestro Pizzero: Historia, Tradición y Pasión por la Pizza
En Uribelarrea, donde las apariencias engañan y las mejores pizzas se esconden en rincones inesperados, hay una pizzería que guarda un legado. Allí trabaja Atilio, el campeón del corte de pizza, dueño de una precisión y velocidad inigualable: un histórico 10 pizzas en 10 segundos y 48 centésimos, cada porción perfecta, cada movimiento calculado con la destreza de quien ha dedicado su vida al oficio.
Pero Atilio no es solo un maestro de la velocidad. Es el nieto del pizzero de Banchero, el mismo que, cuando la pizza no llevaba queso, innovó y creó la fugazeta rellena. Atilio heredó no solo el talento, sino también los dos secretos más guardados de la receta original. Y con ese conocimiento, un día logró algo inesperado.
Un descendiente de los dueños de Banchero llegó a su pizzería sin saber que estaba a punto de reencontrarse con su infancia. Probó su fugazeta rellena y, en el momento, no dijo demasiado. Pero al día siguiente, conmovido, llamó a Atilio para agradecerle: aquel sabor era el mismo que recordaba de su niñez, cuando su abuelo le preparaba la fugazeta rellena en la legendaria pizzería porteña. No creía posible volver a sentirlo, hasta que Atilio lo hizo realidad.
El impacto fue tal que lo puso en contacto con la nueva generación de Banchero, quienes, intrigados, viajaron hasta Uribelarrea para probar su pizza. Al probarla, no hubo dudas: querían llevarlo a trabajar a Banchero en Miami, Estados Unidos.
Pero Atilio, con su amor inquebrantable por Argentina, rechazó la oferta. Para él, su lugar estaba en su país, en su pizzería, honrando su historia y su tradición. No se trataba de dinero ni de prestigio, sino de mantener viva la esencia de la pizza en su tierra.
Además de la fugazeta, hay otro orgullo en su cocina: su fainá. “Solo cinco pizzeros en Argentina saben hacerla como debe ser”, dice con seguridad. Su preparación comienza líquida y, a medida que el agua se evapora en el horno, la masa alcanza su punto justo, con una textura crocante por fuera y tierna por dentro. Su fainá no es a la piedra, y eso es clave para lograr la consistencia perfecta.
Uno de sus mayores hitos quedó grabado en la historia del pueblo: 480 pizzas en una sola jornada, una hazaña que combina destreza, resistencia y pasión.
Atilio no es solo un pizzero. Es un guardián de la tradición, un maestro del corte y el sabor, un símbolo de amor por la pizza y por Argentina. Si alguna vez pasan por Uribelarrea, no busquen carteles llamativos ni luces de neón. Entren a la pizzería donde cada bocado tiene historia, donde la fugazeta rellena sigue viva, y donde la pasión por la pizza se siente en...
Read moreLeyendo los comentarios parece que la más horrible experiencia me la llevé yo y mi familia!! Fuimos a este lugar hace aproximadamente 1mes pq las parrillas estaban llenas. Ya de entrada muy poca higiene y todo desordenado en el lugar, una cosa es rural y otra cosa es suciedad(pero la gran mayoría d los lugares en Uribelarrea confunde lo rústico con la mugre). Comimos una pizza de muzza tampoco algo muy complejo. Al otro día terminamos todos con un ataque al hígado terrible. Vómitos, brotes al rededor de la boca, llagas por la intoxicación que nos llevamos. Hasta mi hija todavía tiene marcas al rededor d la boca q aun no se le fueron. Seguramente el queso estaba en mal estado, ya que otra cosa no consumimos. JAMAS volvería a ir. No suelo hacer opiniones d los lugares pero este lo amerita. Sean precavidos si van y aún...
Read moreFuimos dos personas a consumir. Las pizzas son lo mejor de la casa. Las empanadas,para lo que cuestan ($1500 c/u) dejan bastante que desear. Pedimos una pizza mitad 4 quesos y mitad con champiñones, que nos costó $14000... Y 4 empanadas ($6000) .Un tanto exagerado el valor para mí gusto, si bien la pizza era espectacular. Por $18000 había parrilladas Completas para dos personas (en la siguiente cuadra) y restaurantes como el 1814, dónde un plato de pastas caseras con salsa costaba $6000 (lo mismo que 4 empanadas acá). Todo va en qué busque uno. El error en nuestro caso fue NO preguntar antes los precios, de haber sabido los valores, hubiera pagado (para 2 personas) $12000 un restaurante con pastas caseras, o $18000 una parrillada completa para dos, y no 4 empanadas y una...
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