Un lugar con mucho encanto visual, pero con serias fallas en higiene y trato al cliente.
Visitamos Pueblo Escondido un domingo con mi familia. El lugar, a primera vista, es precioso. Tiene un frente tipo almacén antiguo muy atractivo, que recuerda a "Época de Quesos" en Tandil. Uno entra con ganas de quedarse! Elegimos este restaurante sobre otros porque tiene un patio amplio y el día acompañaba. En ese sentido, la ambientación y el espacio exterior son sus grandes puntos a favor.
Ahora lo negativo: La carta es acotada, lo cual no sería un problema si no viniera acompañada de tantas restricciones: recargo del 10% si pagás con tarjeta (algo que no es habitual ni está permitido por ley), no se pueden compartir platos, se cobra la panera adicional, entre otras advertencias. Todo eso está detallado con tono excesivamente rígido, lo que genera una sensación de estar en un cuartel más que en un restaurante. No es que uno quiera hacer todo eso, pero leer tantas restricciones antes de pedir ya condiciona mal.
Lo peor, sin dudas, fue el tema de la higiene y la experiencia en el baño. Solo había un baño para mujeres/niños, con fila constante, ubicado justo al lado de la cocina. Mientras esperábamos con mis hijas, presenciamos una discusión entre los cocineros, a los gritos y hasta con malas palabras. Muy incómodo. Al mirar con más atención, noté que las ventanas de ventilación de la cocina estaban visiblemente sucias, con restos de grasa acumulada de años. También vi una heladera (nueva, en contraste con el estilo antiguo del resto del lugar) desde la cual sacaban bebidas, y el estado tampoco era bueno. El papel higiénico estaba colgado directamente sobre el tacho de basura, sin ningún cuidado.
No es un lugar especialmente caro, pero tampoco me pareció que la experiencia valiera lo que pagamos. En Uribelarrea hay muchas opciones gastronómicas, nosotros lamentablemente elegimos mal. Buscábamos una alternativa a la parrilla (que abunda en la zona), y esta nos pareció diferente, pero no...
Read moreLa verdad que no tuvimos una buena experiencia. Llegamos ahí un miércoles al mediodía porque no había otro lugar abierto para comer. Entramos a las 14 hs. y tuvimos que esperar a que nos dieran mesa por 40' siendo que había mesas para dos personas desocupadas. Alas 14:55 nos tomaron el pedido. Elegimos el menú que constaba de una entrada, plato principal y postre. No incluye bebida. A las 15:30 hs. se acordaron de nosotro y nos trajeron la entradas que era simplemente quesos, salimín y bondiola. Todo super rico por suerte. 15:45 pregunto si el plato principal iba a demorar mucho más y me dice que ya venía (y llego a los dos minutos). Era tapa de asado con una guarnición de papas fritas, la cuál estaba rica (tampoco del otro mundo) pero me parece que esperar 45' por ese plato fue demasiado. El colmo fue cuando pedimos el postre. En la carta decía que había budín de pan o flan. Por supuesto que flan, que era lo que queríamos no había y a ninguno de los dos nos gusta el budín de pan. Le preguntamos la mozo si podían darnos otra opción, primero fue bastante seco y dijo no. Pero dp se retracto y dijo "Consulto". La resolución fue duraznos en almibar. Dijimos que sí pero super disconformes porque dp miramos los precios y todos los postres salián igual (500$), o sea, que nos podrían haber dado una opción más a la altura del flan. Unos duraznos en almibar no te salen 500$ ni en pedo. Nos fuimos 1630 hs. El mayor tiempo perdido de mis vacaciones. Mirá que nosotros tenemos paciencia y contemplación pero está todo super desorganizado. Porque no fue a los únicos que los dejaron colgados, a todas las mesas les pasó algo. Una lástima porque quería comprar la bondiola que está riquísima pero si tenía que esperar una hora más me moría de la desesperación. Lo único bueno es la ambientación y los perros (que para los que no son amantes de ellos es un perno porque andan por las mesas y...
Read moreTriste. Fuimos la primera vez a almorzar y la verdad quedé encantada. Vi en el lugar tanto amor en su decoración, en cada detalle. Además la persona que nos atendió, es verdad que tiene cara de pocos amigos, pero fue muy amable. Nos explicó sobre los ingredientes de la comida y nos sirvió melón extra para nuestra beba. Definitivamente quería volver. Decidimos hoy volver a cenar para tener la última noche en Uribelarrea que nos trajera lindos recuerdos. Reservamos con tiempo y para que no haya sorpresas, pedimos el plato de nuestra beba con anticipación, a las 19hs para cenar a las 20.30hs. Llegamos al lugar a las 20.40hs. Había mas gente que al mediodía, tardamos poco en decidir. Mi marido se sentía mal así que apenas probó su plato y pidió para llevárselo. El plato de la beba tardó en venir unos 20 minutos después. Con ella sin comer nosotros no podíamos hacerlo porque estaba inquieta. Cuando viene el plato veo que eran zanahorias cortadas enormes. Le sugerí a la moza que siempre es necesario que el plato de los menores sea el primero por una cuestion de comodidad para el cliente. Y me contestó que es un plato que no hacen habitualmente y que tarda, a lo que retruque que con el tamaño cortado así, mas bien que va a tardar mucho. La moza se lleva el plato de mi marido para envolver y se escucha a una mujer a los gritos desde la cocina protestando por lo que dije. Fue un momento pésimo.
Sentimos que les molestaba que estemos allí. No sé, pónganse otro tipo de negocio o capacitense en atención al cliente. Hay cursos gratis y se van a hacer un favor grande. Es muy triste...
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