TONO Pampelonne — Restaurant in Draguignan

Tono Pampelonne fue una grata sorpresa en la costa francesa. Desde el primer momento, la atención fue impecable: los camareros se mostraron rápidos, atentos y muy eficaces, sin necesidad de esperar ni de repetir nada. Se agradece especialmente la presencia del gerente —o posiblemente el dueño—, supervisando cada detalle con discreción y amabilidad, asegurándose de que todo estuviese en orden y los clientes bien atendidos.

La comida mu rica. Pedí una pita que superó mis expectativas: por 14 €, me sirvieron un plato muy bien presentado, con una porción generosa y una cantidad de carne que realmente se agradece. La calidad del producto, el sabor bien equilibrado y el punto de cocción fueron excelentes. Como postre, opté por un crème brûlée au citron que fue un auténtico acierto: una textura cremosa, con ese toque crujiente perfecto en la superficie y un sabor cítrico fresco que equilibraba el dulzor de forma elegante. Precio del postre: 9 €, totalmente justificados.

En total, pagué 23 €, lo cual considero una excelente relación calidad-precio teniendo en cuenta el lugar, el servicio y la calidad de los platos. El ambiente también suma: relajado pero cuidado, ideal tanto para una comida informal perfecta para la playa. Recomiendo sin duda y volvería...

We met friends at Tono to celebrate life and the end of a full week working on a project. It’s the kind of place locals come to for a laid-back, high-quality evening. We savored the local pastis 12/12 (a great insider tip!) and enjoyed the excellent electro chill-out music, all while being warmly looked after by Fanny, our delightful Belgian waitress. À...

🌟 Une parenthèse ensoleillée et savoureuse chez Tono à Pampelonne

J’y ai déjeuné un midi, et j’ai vécu une déconnexion totale digne d’une carte postale. Le cadre est idyllique, les pieds dans le sable, avec en fond une bonne musique et des sourires sincères.

Le service client est attentionné, chaleureux sans être envahissant. On sent une vraie volonté de bien faire, avec des produits frais et locaux, en circuit court.

Mention spéciale pour la salade césar : cela faisait longtemps que je n’en avais pas mangée d’aussi bonne. La sauce était légère mais gourmande, parfaitement équilibrée, et les aiguillettes de poulet panées maison, marinées aux épices, apportaient un vrai plus en goût et en texture. Un vrai travail de cuisinier, loin des versions standardisées.

Un lieu qui allie simplicité, qualité et ambiance soignée. Je reviendrai sans hésiter pour revivre cette bulle...