La Mansión Querétaro — Restaurant in Delegación Josefa Vergara y Hernández

Valet atento a la recepción y entrega de la camioneta. Hostess amable, asigna mesa rápido,tal vez debiera preguntar si tienes alguna preferencia en el área de no fumadores. Hay una persona de talla pequeña en el servicio, bien por ser incluyentes. Me parece que un restaurante de esta categoría no debiera tener pantallas en el salón, eso es de otro tipo de restaurantes o de un bar. El DJ es bueno y genera mood. Camareros muy serviciales. Mi corte estaba preparado con mezcal y tenía demasiada sal, no pude disfrutarlo pq el sabor de la carne se pierde. No lo recomiendo, es una pena que el chef no pudiera lograr un plato tan poco sofisticado de apenas cuatro ingredientes que hubiera devuelto a la cocina si no fuera porque me invitaron el almuerzo y era una descortesía. Sides de espinacas a la crema y puré de papa, escasos en cantidad, cumplen a secas, tal vez un poco de mantequilla en el puré, nuez moscada o crema agria ayudarían a acentuar el sabor. Vino tinto de la casa, bivarietal, con poco carácter, taninos bien domados y sedoso en boca. Postre pastel de chocolate excelente. Regresaría? No sé... Hay...

It is somehow overpriced. The wine in particular! The meat was tasty, but not excellent.

Credit card: The processing bank automatically converts the amount in USD with an unfavorable exchange rate AND adds 9% fee. The restaurant should change the credit card processing bank. La Mansion was kind enough to support and reimburse the...

Ambiente lúgubre, comida mediocre y atención aceptable. Pedimos unos tacos de rib eye medianamente buenos que venían acompañados de unir frijoles que tenían fácilmente una semana por el color y la textura. La empanada de carne sabía a tocino con un chimichurri flojo. Mi novia pidió uno de los chiles en nogada más feos que he probado y mi hamburguesa tenía textura de chancla a pesar de que la pedí roja. Pedí que me retiraran mi hamburguesa que tenía una sola mordida y el capitán me preguntó si me la ponía para llevar. Le dije que no me había gustado y ofreció tráeme otro plato, pero dado que todo estaba malo no me quería arriesgar. La cereza del pastel: nos trajeron el canasto de pan y venían dos panes del tamaño de un dedo pulgar.

Definitivamente no vuelvo y me sorprendería que alguien lo hiciera. El restaurante tiene mucho que cambiar si no quiere quedar...