Desde mi primera visita, este restaurante se había ganado un lugar especial entre mis recomendaciones. La propuesta culinaria, el ambiente y la calidad del producto me habían dejado, en su momento, con una impresión favorable. Sin embargo, mi más reciente experiencia fue, sin exagerar, una decepción monumental, al punto de cuestionar la integridad del establecimiento.
Llegué con una emoción genuina, casi nostálgica, por revivir lo que alguna vez fue una experiencia culinaria gratificante. No obstante, desde los primeros minutos, el entusiasmo comenzó a disolverse en una creciente frustración. Observamos cómo mesas que llegaron después eran atendidas con premura, mientras nosotros (con una cortesía inquebrantable) aguardábamos con paciencia. Dimos el beneficio de la duda, atribuyendo la demora a la preparación de nuestro pedido: pulpo, un platillo que, bien ejecutado, requiere técnica y tiempo. Aun así, la espera se tornó innecesariamente larga y mal justificada.
Cuando por fin llegaron los platillos, el desánimo fue inmediato. Las porciones eran visiblemente reducidas en comparación con visitas anteriores, al punto de resultar ofensivas. Como conocedora del menú, supe de inmediato que los gramos prometidos (220 en el caso del pulpo) distaban enormemente de lo servido. Solicité la carta para corroborar los datos y, con firmeza profesional, pedí al mesero que se pesara el producto. El resultado fue tan revelador como indignante: 120 gramos, según admitió el mismo chef. La respuesta fue aún más preocupante: nos aseguraron que “completarían los gramos” posteriormente, como si eso justificara el engaño inicial.
El remanente que llegó “supuestamente para cumplir con la cantidad prometida” fue insípido, mal ejecutado y, en términos técnicos, carente de cualquier tipo de sazón que respalde su inclusión en un plato que pretende enaltecer un producto tan noble como el pulpo. El resultado fue una experiencia completamente deteriorada, plagada de inconsistencias, falta de transparencia y una alarmante carencia de respeto hacia el comensal informado.
Como crítica gastronómica, considero imperdonable que un restaurante incurra en prácticas tan cuestionables como alterar las porciones, minimizar la calidad del producto, y encima subestimar la capacidad del cliente para percibirlo. Lo que alguna vez fue un espacio digno de recomendación, hoy exhibe una decadencia preocupante y una evidente falta de ética profesional.
No basta con tener una buena reputación para mantenerse vigente en un panorama gastronómico competitivo. La constancia, la honestidad y el respeto por el paladar ajeno son valores que no se negocian. Esta visita ha sido una alerta, una decepción profunda y, con toda franqueza, una afrenta a quienes creemos en la cocina como arte, ciencia y acto...
Read moreNUNCA COMAN AQUÍ!!!
Se nos hace algo increíble como siguen teniendo este lugar abierto, somos clientes de buzos desde hace mucho y cada que nos damos la”oportunidad” nuevamente de ir salimos más decepcionados que la vez anterior, tanto la comida como el personal, somos fieles creyentes de que no debes de discriminar a las personas por cómo se ven o como se visten más sin embargo hemos sido testigo de cómo el “capitán” que no sé cómo siguen teniéndolo ahí es muy discriminador tratándose de mesas, pues cuando tiene mesas que se ven aparentemente “bien” es muy atento mientras que con otras no lo es y no a tocado ser atendidos por él y nos a puesto caras muy desagradables así como a sido cortante con sus palabras incluso lo es con sus compañeros de trabajo, una ocasión le llamo la atención a un compañero enfrente de unos comensales que estaban frente a ellos, incluso le dijeron que una mesa le estaba llamando y su contestación fue “que se esperen” haciendo un gesto muy distintivo con la mano, ¿no se supone que el cliente es lo más importante? un tipo verdaderamente DESAGRADABLE, es un señor de mediana estatura obeso para que lo ubiquen. Y ni que hablar de la comida si algo está mal puedes escuchar como los cocineros les gritan a los meseros con malas palabras que así nos los “comamos” pues que los gramos de la comida ya vienen así y que por orden de la dueña se redujeron un poco, lo cual “un poco” para nosotros es mucho te dan un miseria de comida y sin NADA de sabor sinceramente singo sin creer como hay gente que sigue comiendo ahí, mil veces mejor la jaiba que esta alfrente que los precios son un poco más elevados pero es mucho mejor la calidad porque yo prefiero calidad que cantidad y en buzos no tienen ni cantidad y...
Read moreBasándome en diversos factores como lo son; sabor, presentación, calidad, servicio, etc... así es como califico a este sitio.
Sabor 🍴🍴🍴 Calidad 🍴🍴🍴🍴 Presentación 🍴🍴🍴🍴 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Higiene 🍴🍴🍴🍴 Limpieza 🍴🍴🍴🍴 Servicio 🍴🍴🍴🍴 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Sitio 🍴🍴🍴🍴 Precio 🍴🍴🍴🍴
Reseña: Los platillos están de un tiempo para acá medianamente ejecutados, servidos con generosidad y llamando al gusto por ellos. Los precios son relativamente justos. El lugar es amplio y con abanicos elevados lo que ocasiona que esté más o menos bien ventilado. Si vas a pedir algo, creo que de lo poco rescatable, puedes pedir los Molcajetes de Mariscos.
Recomendación: En diversas ocasiones se les ha informado de las incidencias qué hay con los comensales a la hora de degustar sus platillos, pero pareciera ser que ya hicieron historia y ya no les importa mucho lo que uno opine.
Comentarios: Reiteró, anteriormente eran mejores en todo.
¿El lugar es recomendable? Medianamente...
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