Aguacatlán cocina tradicional — Restaurant in Jalisco

Almost all the foods are spicy because they come with spicy sauce, but it is not mentioned in the menu. I ordered enchiladas aguacatlan, and the sauce was very very spicy. I cannot eat spicy because I had stomach surgery, so I asked the servers if I can change with something else that is not spicy at all. I mentioned about my surgery too. One of the server said it is ok to change, but most of them are spicy and I do not eat meat, so what I could order was only a chicken meal without spicy sauce. The server was nice and I was satisfied with chicken meal, but they charged for enchiladas that I barely ate as well. We paid without saying anything but at least they need to mention in the menu that there are spicy items. Not all the people eat spicy, and in Mexico when they say it’s not spicy,...

The tortilla grill at the entrance is a great idea and makes sure you get hot, puffy, nopal tortillas immediately. Almost no wait with plenty of seating. But best of all - the fantastic chilaquiles, plain or your choice of several proteins. I added shedded pollo and over easy huevo, and along with the avocado and creamy refried beans and a whole grilled jalapeño, the plate was loaded with food and flavor. I had a cup of cafe Americans (black), but my table crew (from Guadalajara) had the Mexican coffee (with a bit of cinnamon and semi-raw brown sugar) and it was very good, although slightly less cinnamon forward than I've had in San Francisco, but that is a geographic thing. Great restaurant, excellent food, pleasant setting, and good...

TRAMPA PARA TURISTAS

Aguacatlán, ese lugar en el centro de Mazamitla que parece el sueño perfecto para tus redes sociales. Llegas, ves la decoración hogareña, hueles algo que promete ser comida casera, y piensas: "Aquí es". Pero si te atreves a probar los platillos, te enfrentas a una realidad que no tiene filtro de Instagram: sabores insípidos, ingredientes de dudosa calidad y precios que te hacen pensar si no te equivocaste y entraste a un restaurante de lujo.

Primero, lo bueno (porque no todo es malo). El ambiente es encantador y el personal parece haber tomado un curso intensivo de "Cómo ser encantador con los clientes". Son amables, rápidos y hacen que todo parezca perfecto... hasta que llega la comida. Aquí es donde empiezan los problemas.

¿Sabes ese momento en el que un platillo se ve tan bonito que piensas: "Esto tiene que saber delicioso"? Pues en Aguacatlán es justo lo contrario. Los platillos son dignos de una sesión de fotos, pero el sabor es una especie de broma cruel. ¿Quién necesita condimentos cuando puedes tener insipidez gourmet? Y los ingredientes... bueno, si alguna vez te preguntaste dónde van a parar los tomates más baratos del mercado, creo que ya tienes la respuesta.

Y no hablemos de los precios, porque aquí es donde el sarcasmo se convierte en indignación. ¿Pagar tanto por algo que sabe tan poco? Es casi una obra de arte en marketing: vender mediocridad envuelta en un moño bonito. Pero, hey, al menos puedes decir que estuviste ahí, ¿no? Porque si algo te llevas de Aguacatlán es una foto bonita, no una buena experiencia gastronómica.

El lugar tiene todo para ser un éxito: ambiente, ubicación y potencial. Pero parece que a alguien se le olvidó lo más importante... ¿cómo era? ¡Ah, sí! ¡Que la comida debería SABER BIEN! Si eres turista y realmente quieres probar el sabor de Mazamitla, hazte un favor: ve al mercado. Ahí encontrarás comida casera de verdad, con ingredientes frescos, sabores auténticos y precios que no te hacen sentir estafado.

Aguacatlán, hasta que decidan ponerle atención a la calidad de su cocina, seguirá siendo el lugar perfecto para una selfie... pero no para comer. ¿O es que el verdadero negocio aquí es venderte la experiencia de "cómeme con los ojos"?

SI ERES TURISTA NO TE...