Casa Magna — Restaurant in Jalisco

Google Reviews must be broken! We own and operate a restaurant and have never in our years together been to a worse restaurant. First of all, I was standing in the bathroom peeing, and looking at a woman square in the eyes as the door was opening and closing and my head was turned to the side in shock. What a poor floor plan! I should not see people eating while I’m peeing, and vice versa. Secondly, your servers told us not only were they not going to bring us drinking water, because they only had 32 peso (ripoff!!!) bottles of water, but, I wasn’t allowed bring water in. Crazy! The restaurant charged two of us for a dish that the guests did not eat and said because the patrons (my tour guests) had misunderstood the order - the restaurant was going to charge for the more expensive option. The jyst: It wasn’t about the service of food. This was a restaurant that wanted to make money in any way they could. Definitely would not go back. Would not recommend it to anyone and will surely share this terrible experience on many future tours with my husband, and beyond. If any of my friends ever are in Mazamitla, and see these words, heed this warning ⚠️ . The server Sara is very lovely! If it wasn’t for her, you would have had only one star from me. Never ever decline your patron a glass of water. That’s the worst way you can treat a customer. Water is something you pour with a smile and prayer that your patrons will live long and happy lives. I hope you never deny someone a glass of...

Visitamos este lugar en el mes de noviembre de 2022 por bastantes recomendaciones en redes sociales y reseñas del lugar, nos encantó, la atención, el lugar, la comida, quedamos invitados a volver. Regresamos el 7 de abril 2023 (viernes santo, había gente pero no completamente lleno) y oh desilusión, desde que llegamos nos dejaron las cartas y nunca se presentó el mesero, después de varios minutos uno de ellos nos toma la orden de bebida y de paso comida, inteligentemente pedimos una entrada antes de la comida, poco después llega otro mesero a tomarnos la orden siendo que ya lo habían hecho, ninguno de ellos se acomidió a ofrecer un perchero viendo que teníamos bolsas estorbando en la mesa. Cuando llegan las bebidas me entregan la mía en un jarro despostillado, a parte de mala imagen, resulta antihigiénico y el colmo, en pleno Mazamitla donde considero que estos abundan. Llega la entrada y prácticamente tuvieron que pasar 30 minutos hasta volver a saber del mesero, jamás se acercó a ver si estábamos bien o enterarnos del proceso de nuestro pedido, estábamos súper desesperados y a punto de cancelar e irnos, en un momento antes de llegar la comida un joven acerca tortillas, llega otro y sin decir siquiera “con permiso” nos las quita y lleva a otra mesa donde a los 10 segundos otro mesero lleva más tortillas, un total caos. Al final llega la comida, una pasta con camarones (tibia por cierto) y con solo 4 camarones, nos ofrecen pan o tortilla para acompañar, le solicitamos pan, que si no esperábamos con ajo y mantequilla al menos desearíamos estuviera tibio o dorado, solo acercó simple pan frío cortado en rebanadas, después de eso no volvimos a saber del mesero, que después de todo no supimos ni quién era el encargado de nuestra mesa, porque siempre era diferente persona la que llevaba las cosas. Al final la encargada o dueña del lugar tuvo que acercarse a levantar los trastes sucios que duraron ahí cerca de 10 minutos y nos cuestiona sobre la comida, le hice la observación sobre el servicio y es que con la experiencia de la primera vez, hay un mar de diferencia. Al parecer el mesero estrella se llama Brayan y coincidió que atendiera la mesa a espaldas de nosotros, los atendió como reyes, siempre atento y dando recomendaciones a los comensales, una lástima que fuera de él los demás dejan bastante que desear. Al parecer les queda el dicho de crea “fama y échate a dormir”, ojalá aprendan de los errores y mejoren en...

El lugar es muy lindo, lástima por el pésimo servicio y los alimentos. Para empezar entramos y quisimos sentarnos pero el mesero me indicó que tenía que esperar a que la hostess me asignara una mesa, había más de 20 mesas solas. Le comenté a la hostess que nos interesaba solo el menú de la cafetería, me preguntó si no había lugar allá y mi respuesta fue si no era lo mismo. Me indicó que sí era del mismo dueño (al parecer es un problema que quieras ocupar una mesa aunque tengan suficiente lugar y pocos clientes). La hostess era incapaz de asignar una mesa, ni a la gente que acababa de llegar y cenaría. Al sentarnos, el mismo mesero que no nos dejó sentarnos a nuestra llegada se acercó después de 5 minutos y nos preguntó si entonces no íbamos a cenar, a lo que le respondí que no. No le interesó atendernos y se fue. Mucho tiempo después de sentarnos por fin se acercó alguien a tomarnos la orden. El tercer café que esperábamos estuvo en la barra frente a los ojos del mesero más de 5 minutos y no lo llevó. Uno de los panes que pedimos llegó a la mitad de nuestro café y el otro ya que habíamos terminado. El café estuvo malo, el pan no se diga. Todo eso pasa si el servicio es de calidad. Pero solo veías meseros jugando y platicando, otros solo comiendo y otros no haciendo nada. La peor experiencia...