Travertino — Restaurant in Mexico City

Wonderful place. From the ouside, it looked like an average restaurant, mainly because of the rain protection for the tables. The inside was something else; a beautiful, modern look. The staff was really nice (they even let me repeat the entrée for free), and the food was absolutely delicious. We had a tartuffo pasta and an Alfredo Especial (recommended for bittersweet enjoyers), also an Italian sandwich (I eat a lot). Sadly, there's no photos beside the entrée (garlic bread with olive oil and apple vinegar) and clamato (great drink). There's also the option of building your own pasta or salad, we didn't try it, but it seemed really customizable....

Meal started out good but pasta left me disappointed. Caesar salad was excellent - generous portion, crisp Romain, perfect amount of dressing, croutons and Parmesan. Rigatoni with pink sauce was super disappointing. The the pasta was flat, clumped together and undercooked. It was like eating dumplings instead of pasta tubes. The tomatoes in the pink sauce needed to be cooked down to remove the canned tomato flavor. Salmon with cacio de peppe was ok but the pasta was clumped together. Salmon was overcooked. We were the first table of the dinner service so maybe the staff weren’t on top of their game. Might try again...

Hoy fui a Travertino con mis hijos con la intención de disfrutar una buena comida. Lamentablemente, no puedo opinar sobre la comida, ya que nunca llegamos a comer.

Al llegar, una mesera nos indicó que podíamos sentarnos en una de las dos mesas disponibles en la terraza, y que en un momento estarían con nosotros. Así que nos acomodamos y empezamos a esperar.

Pasados unos cinco minutos, salió un mesero. La mesa junto a la nuestra se quejó de que aún no les habían traído las bebidas. Pensé que, en ese momento, nos atendería a nosotros o al menos nos ofrecería una carta, pero nos ignoró por completo —a nosotros y a todas las mesas que estaban afuera—. Incluso intenté llamarlo, pero entró de nuevo al restaurante sin decir nada.

Poco después llegó una pareja que conversó un momento con el mismo mesero en la entrada, y luego se sentaron en otra mesa de la terraza. A los pocos minutos, el mesero salió, les trajo los menús, pensé que nos iba a saludar y dar menus. Lo llamé nuevamente y me hizo una seña con los dedos como diciendo: "Permítame tantito".

Esperamos unos cinco minutos más. Al ver que nadie se acercaba ni mostraba intención de atendernos, decidimos irnos. Una verdadera decepción, sobre todo porque el lugar parecía prometedor y teníamos muchas ganas de probarlo.

Terminamos comiendo unos tacos en Los Atarantados: nos atendieron de inmediato, comimos tranquilos y muy bien. Al regresar caminando hacia el coche, vimos que la familia que se había quejado de las bebidas seguía ahí, esperando. Pobres.

No creo que le daría otra oportunidad. Es una lástima, porque hacen falta más restaurantes italianos con precios accesibles y...