Esta es una churrasquería situada en lo que yo creo que es uno de los mejores parajes naturales del norte de la Península. Después de estar toda la mañana atravesando el increíble Parque del Geres, y de estar pendientes de que no salga ningún nomo, unicornio, u otro personaje de fantasía a la "carretera", te encuentras con que dicha "carretera" abandona el gran bosque que parece hacer salido de un cuento de hadas y empieza a descender con unas vistas espectaculares. Al final de la cuesta, te encuentras con un pueblo que se vé actualizado con construcciones nuevas (balnearios, hoteles, etc...) y otras más antiguas (casas de los lugareños); este restaurante está en una de esas casas. La comida es buena y el precio el precio también, en mi caso, comí churrasco y mi mujer pollo a la parrilla, estaba bien preparado y en su punto. Por otro lado, el trato ha sido bueno y respetuoso, y siempre están atentos por sí necesitas algo. No le doy las 5 estrellas porque realmente no está nada adaptado para discapacitados, en nuestro caso, hemos podido comer en la terraza porque hacía buen tiempo, en caso de haber llovido no habríamos podido entrar en el local.