El Rompeolas — Restaurant in A Coruña

El camarero nos atendió de mala gana, nos grito y hablo mal sin razón alguna. Nos culpo de que algunas personas llegaban tarde a ocupar la mesa de la reserva que habíamos hecho para almorzar, además también de que por nosotros tuvo que sacar a gente del restaurante porque tenía la reserva. ( Las maneras en las que nos habló no nos parecieron las adecuadas como para atender unos clientes, y menos ponerte a quejar delante de estos sobre lo que hacen o no) Además tomo la comanda solo de una mesa (por qué tenía una reserva de dos mesas), les trajo la comida a los otros y ya después nos tomó la comanda a los demás y tardó un montón, para colmo te trajo a todos menos a tres de la mesa, en vez de traerlo todo junto, y se quedaron viendo como los demas comían. Encima cuando le preguntamos, nos dijo que HACER BOCADILLOS ERAN LOS MAS DIFICIL 😂 ¿Como hacer un bocadillo y una hamburguesa es difícil? De verdad que todavía no lo entendemos. En fin enseñen mejor a sus empleados a como tratar los clientes que su mal humor no es...

Yo había ido en una ocasión anterior cenar de carta y me pareció interesante para darle una oportunidad en la cena de amigos( unas 20 personas) por eso sugerí este local. A priori teníamos un menú cerrado de 35€ que tenía buen pinta. Cuál fue mi sorpresa y mi decepción q una vez que te tienen"atado" con el menú y siendo las fechas que son se aprovechan poniendo unas raciones ínfimas para compartir, y un segundo plato muy justito también, bajando considerablemente la calidad respecto a la vez anterior que había ido. Así mismo tienen unos detalles muy feos con el tema de las bebidas. El servicio con cenas tan grandes también se ve como desbordado. Y finalmente nos fuimos al terminar la cena sin apenas hacer sobremesa ni tomar unos buenos "digestivos", pues aunq nos dijeron q no tuviéramos prisa el fuerte olor a lejía pasando la fregona a nuestro lado y las malas miradas nos hicieron incomodar (...

Estuvimos cenando hoy y la chica que nos atendió fue muy agradable y los otros chicos con los que nos cruzamos también muy majos y muy atentos. Sin embargo, una vez nos trajeron la comida, me levanté a preguntar si tenían un par de sobrecitos de salsas para acompañarla. Me acerqué a un tal “Fran” y educadamente le pregunté si tenían, a lo que pasó por mi lado y ni me miró. Pensé que no me habría escuchado así que esperé y cuando volvió a pasar se lo volví a preguntar, y su única reacción fue mirarme (de malas formas) y dejarme allí hablando solo. Y no contento el “simpatiquísimo Fran” una vez está en el otro lado de la barra se me vuelve a quedar mirando fijamente hasta que pregunto a otro trabajador.

El sitio está muy chulo, la comida está bien y los trabajadores en general son amables, pero a los maleducados dejarlos en la trastienda colocando cajas que ganamos...