Esta reseña corresponde a hoy, 3 de mayo de 2015, día de la Madre. Supongo que es un día muy especial, de los que hay dos o tres al año, en los que se desborda la demanda, porque todo el mundo sale a comer con la familia. Esto, en negocios pequeños, no supone más que colas más largas esperando mesa. Lo malo es cuando, como en el caso del Salón de la Sal, el local es muy grande, pero no se contrata personal adicional para atender a una demanda significativamente mayor. Entonces sucede lo más desagradable, que es lo que nos sucedió a nosotros y a muchos otros clientes: una vez aposentado en tu mesa, comienza una espera interminable. Te llenas de paciencia, porque después de todo has tenido la "fortuna" de conseguir mesa, y al cabo de media hora (de reloj) te traen la bebida, el pan, el alioli y la ensaladilla que ponen de cortesía. Y entonces es cuando ya te sientes prisionero, porque si te hubieras ido antes, no pasaba nada, pero ahora ya estás consumiendo, y te toca esperar, y esperar, y esperar... Más de una hora después de haber llegado, pescas al vuelo una ración de papas arrugadas, de la mano de un camarero que busca destino totalmente desorientado. Hubiera estado mejor empezar por el gofio escaldado, pero chico, qué vas a hacer... Un buen rato después, traen una ropavieja de pulpo. Normalmente está buena, pero hoy era mucho pedir. A fuerza de recalentones, la salsa estaba oscura, reconcentrada, salada. El pulpo, los garbanzos, las papas, todo tenía prácticamente la misma textura. Allí se quedó la mitad del plato, después de que la gazuza me hiciera ser más indulgente de lo que el estómago me recomendaba. Un buen rato después apareció el camarero con un plato de calamares "saharianos". Durones, insípidos, sin una raja de limón con que animarlos, ni por supuesto, sal, porque en las mesas no había ni aceite, ni vinagre, ni sal, ni un servilletero. A estas alturas, mi mujer ya había perdido el apetito, mi suegra hacía gestos de impaciencia, mi hijo mascaba con aprensión un pedazo de calamar y yo opté por poner buena cara, porque no me apetecía dejarme agriar el domingo. La gente a nuestro alrededor empezó a rechazar los platos que llegaban con tantísimo retraso, y el camarero, avergonzado, intentaba que se calmaran, ofreciéndolos gratis, pero ni con esas, porque cuando se va el apetito no vas a comer a la fuerza, y lo que apetecía era levantarse y dar un respiro a las sufridas posaderas. Mi mujer se encargó de ir a pedir la cuenta y pagar, porque le apetecía desahogarse. Al final pagó como 35 euros, le ofrecieron mil excusas y se gozó una trifulca entre el personal de cocina y el de sala, propiciado por la frustración y el caos que estaban viviendo. A mí no me apetecía enfrentarme con el personal, a pesar de alguna mala cara con que me obsequiaron, porque en el fondo sé que no es culpa suya lo que sucedió. La culpa es del empresario, que como suele pasar en esta bendita tierra, ejerce de la forma más mezquina sus tareas de previsión y programación de la producción. Si el gerente del Salón de la Sal, como otros muchos, se sentara a hacer números, vería que hoy, aunque al final del día haya hecho una "buena" caja, habrá dejado de atender a tantos clientes, que habrá dejado de ingresar un montón de dinero. Es más, muchos de los clientes a los que sí atendieron, no volveremos a pisar esa casa, lo que supone a la larga un perjuicio considerable. ¿Y cómo se podía evitar esto? Pues simplemente contratando personal suplementario, cualificado, por supuesto, porque si algo hay en la isla es mano de obra cualificada en el sector de hostelería. Que no es tan caro, señores, que hay mucha gente necesitada de tener unos ingresos, aunque sea esporádicos, y con esa mentalidad inmovilista y explotadora, ni resuelven sus problemas coyunturales ni alivian la situación de nuestra castigada sociedad. Consejo: Háganselo mirar, porque así van...
Read moreWe ate there 2 nights. The first night everything was good. The second night we had a problem with the food. I ordered fish. When it came the middle was grey - I ate around it but soon realised the middle was raw. I complained to the staff who were concerned and offered to cook it some more. By now I had gone off the whole idea. I asked them to take it away - they brought it back in a takeaway container a half eaten piece of fish in a takeaway container ... please. When the bill came it was still included. I couldn't be bothered making a fuss and paid for it but I wasn't impressed. A second person in our party ordered steak and asked for it to be well done. When it came it was red in the middle. When he told the aiter they said they would take it back and cook it some more. Again when it came back it was still red in the middle. Again they offered to cook it some more but he did not fancy the steak cooked a 3rd time. Disappointing that the food was not cooked properly and the response wasn't what we...
Read moreLocals have told me it's super bueno place. Good is good and service is nice. Well, since I am not local, or at least I don't look like one. For starters, the prices for me were different then to the locals. The workers aren't pleasant either. There was an incident. My child saw that the freezer door was open to the ice and ice cream. Child tried to close it, not if the ladies who works there, came up to her, closed the freezer and gave her an ice cream. Another worker came up to us "1.95 for the ice cream" and then I heard them talk to each other that the child tried to take the ice cream from the freezer altho it's not true and she saw that was not true. Very unpleasant. I will not visit that place again. Bocadollos there are very good tho. Slush ice is too...
Read more