CATACALDOS. — Restaurant in Albacete

MAL LUGAR PARA ALÉRGICOS. Pido un plato sin puré que es donde estaba el alérgeno pero, respuesta de cocina "no se puede servir sin puré porque ya está montado, precocinado y envasado" y que "el puré está en la base del plato, puedes comerte lo de arriba que no toca el puré" (sin comentarios). Hablando con el camarero llegamos a la conclusión de que el pescado si se puede pedir sin salsas. Así que, pedimos gallopedro para compartir y por tanto, con la salsa a parte, remarcando salsa a parte, y nos lo traen de cocina con la salsa sobre el pescado, al decirlo al camarero, comentario "que sepáis que va a tardar mucho en salir otro" aún así se lo lleva porque tenía anotado que lo pedimos sin salsa. Me sorprende que un restaurante con tantas valoraciones positivas tenga los platos envasados y precocinados sin opción a quitar guarniciones. Ojo, que no estoy pidiendo un plato hecho especialmente para mí con X añadidos, simplemente pido un filete de carne o pescado sin guarnición, lo que supone menos elaboración y menos gasto en ingredientes. Sinceramente, tampoco tardó tanto en salir el plato sin salsa, era un filete de pescado a la plancha sin más y he de decir que el pescado estaba bueno pero no he comido tranquila.

Edito para dar respuesta a su comentario. No está tan claro que los platos no puedan pedirse sin guarnición, entre otras cosas porque el camarero si nos ofreció la posibilidad de quitar salsas únicamente en los pescados, al comentarle que debía evitar 1 alérgeno. Precisamente no me refería al codillo. Además, hice referencia a la carta y me explicó qué alérgenos estaban y cuáles no, lo que significa que sí lo sabía, además entró a cocina a consultarlo. Y como le dije ya, si, el pescado que al final trajo sin salsa estaba bueno. Yo no estoy discutiendo eso. Veo demasiada prepotencia en su comentario, en ningún momento exigimos que el personal fuera nuestro sirviente, fuimos amables en todo momento y me adapté a lo que el camarero me ofreció. Si toman el comentario de los alérgenos como ataque y no como crítica constructiva es su problema, al menos queda escrito por usted cómo trabajan y otra persona en mis circunstancias sabrá de antemano al...

Una experiencia en boca acompañada de un trato exquisito.

Nada más llegar, sentarnos y ver la carta ya nos dimos cuenta de que íbamos a comer muy bien, pero es que en cuanto empezamos a hablar con el equipo todo fue rodado. Amabilidad, buena disposición, buen humor y cercanía hacen que sea uno de esos restaurantes a los que quieres volver e incluso llevar a más gente para que lo conozcan.

Fuimos en pareja y salimos a reventar, porque teníamos claro que también teníamos que probar el postre. Para empezar pedimos un Matrimonio, que es una ensaladilla con boquerón y anchoa sobre colín redondo. Muy bueno, fresco y de sabor equilibrado (como los matromonios bien avenidos). Seguimos con la milhoja de berenjenas crujientes con pisto manchego y crema de queso azul; un plato ligero con un gran sabor, estaba buenísima. A continuación un canelón de rape y gambas; un lujo en la boca, riquísimo, además se aprecia el sabor de un producto de buenísima calidad. Llegó la hora del plato fuerte, un arroz de empedrado de chorizo criollo, secreto y morcilla de la orza, para dos. Yo ya estaba llena pero era pecado dejarlo, así que disfrutamos tanto como pudimos de cada bocado. Fue un poco locura pero decidimos pedir postre, porque ya de salir rodando al menos tener opinión de todo. Pedimos "menuda hostia", dos obleas rellenas de una crema de queso y nocilla, y por recomendación la torrija caramelizada. Menuda hostia es un postre ligero pero apto para amantes del chocolate porque se aprecia perfectamente el sabor de la nocilla (he probado otras en las que queda muy amortiguado por el sabor de la crema de queso). La torrija estaba buenísima, casi se deshacía en la boca; me parece lógico que la recomienden porque sin duda está de 10. Mereció la pena salir con el estómago lleno.

Sitio más que recomendable, da gusto disfrutar de la buena comida y de un restaurante así, llevado con cariño por el equipo. Ojalá volver a Albacete...

Una cocina muy buena, un servicio rápido, relación calidad/precio bien, y un trato realmente desagradable. Tuvieron varios detalles muy feos desde el primer momento y a lo largo de toda la cena. Detallo solo algunos de ellos: Llegué la primera de mi mesa y quería tomarme una caña en la barra mientras esperaba al resto de mis compañeros. Me insistieron dos veces para sentarme en la mesa, en una de ellas diciendo que la barra estaba llena, cuando había espacio suficiente para tres o cuatro como yo. Me la tomé en la barra y la camarera me miró mal. Éramos 5, queríamos uno de los sitios en la parte exterior de la mesa para que una persona no se quedara sin nadie enfrente. Pusieron pegas, el camarero que no tenía espacio para pasar si hacíamos eso (había un montón de espacio, de hecho estaba así colocada al llegar porque teníamos reserva para 7 pero fallaron 2). Lo cambiamos y la camarera volvió a mirarnos mal una vez más. La reacción con el fallo de las dos personas: caretos.... Entiendo que siente mal, tampoco gusta a los que vamos y menos a la persona que se ha encargado de gestionar la reserva del grupo, pero digo yo que precisamente los que estamos allí y que si hemos ido, no tenemos la culpa. Pedimos unos chupitos después de que nos invitaran a los primeros y nos dicen que esos no son gratis que hay que pagarlos (el tono y las formas poco cuidados), aún no habíamos pedido la cuenta. ¿Quién te ha pedido que nos invites a esos segundos? Como si nos quieres cobrar los primeros, estoy pidiendo que queremos otros, no que me invites a nada. Creo que les sobró totalmente ese comentario...

Una pena... Si eso lo cambian es un sitio que merecería la pena, si no, no...