La zona está bien. Y creo que podría llegar a ser un buen sitio aunque nuestra experiencia no llegó a ser 100%. Fuimos a desayunar 2 días. El primero, recién abierto, es decir, poco jaleo. La chica que nos atendió no tomó nota, según ella se acordaba pero tuvo que venir 3 veces a preguntar y al final optó por apuntar con la tablet. No explican nada del pan o que tipo de bocadillos tienen a no ser que preguntes y la explicación es escasa, la verdad. Aún así decidimos darle una segunda oportunidad y esta vez, aunque mejoró algo, tampoco puedo decir que agusto 100%. Se olvidaron de 1 café que tuvimos que volver a pedir y al traer los panes se equivocaron Todo hubiera quedado en un pequeño error pero el gesto de la camarera no me gustó... cuando le dijimos que no era el tipo de pan que habíamos pedido se quedó parada sin decir nada, con gesto como esperando que qué hacía? Le dije que nos lo cambiara y su respuesta fue que ahora había mucho jaleo en cocina. Si su respuesta hubiera sido otra (disculpe, ha sido una equivocación, se lo cambiamos ahora mismo) por ejemplo, yo misma le hubiera dicho que lo dejara y ya le daríamos al niño el pan que le gustase pero con la respuesta de ella lo único que me salió decirle es que eso no era problema mío, que el error ha sido de ellos al poner otro tipo de pan. Después es cierto que el pan de semilla está muy bueno. De precio está bastante bien. Y mientras desayunabamos vimos pasar algunos bocatas con aguacate, otros con atún y tomate... con muy buena pinta. Les hace falta tener una carta y mostrar la variedad que tienen. Creo que les haría...
Read moreEra un día invisible. Las calles parecían cerradas a cal y canto. Ningún bar en lontananza. Ningún espacio amable para echar una cabezadita mientras bebes cerveza amodorrado a una mesa en un rincón cualquiera.
Bajando la Avda. Del Toyo. En dirección al mar, te sale, La Trastienda, por la derecha. Haciendo esquina, con sus amplias terrazas en forma de L. Mi corazón se estremeció. Eran muchas emociones encontradas. Aunque, cierto, no había oscuras golondrinas ni balcones donde colgar la desidia de esas horas anodinas, mustias. Me senté. Se sentó. Llegó el camarero con sus mejores galas exhibiendo tatuajes y apostura. Nos entregó la carta. Vimos la carta con la misma ilusión con que abres un regalo de tu abuela santa. Pedí mi tapa. Pidió su tapa, distinta a la mía. Pedí cerveza con alcohol en su justo porcentaje. Pidió cerveza sin alcohol en su justo sabor. Comimos las tapas. Dijimos "no están mal". Pedimos otra tapa. Y otra cerveza. Bebimos. Comimos. Pagamos la cuenta. Dejamos propina. Izamos los traseros del asiento a la vez, casualidad, que se izaron los traseros de la mesa de enfrente. Estuvo bien. Caminamos hacia el mar. Era de noche. Estaba oscuro. Supuse que la luna nueva, aunque invisible, estaba a nuestro lado. Y si. El horizonte era un lenguaje lleno de tiempo. Un misterio descifrado. Las golondrinas seguían sin anunciar su regreso. Pero las calles era menos invisibles. Aunque oscuras. Volveremos a esperar golondrinas y lunas nuevas al calor de una...
Read moreEsta noche hemos decido ir mi pareja y yo a probar el sitio, porque se veía bien de gente y supuestamente daban tapas gratis (o eso dice la carta), aunque por sus valoraciones de google la verdad que no me terminaba de animar. No obstante, pecamos, pues sí señores, hay tapas gratis, pero con matices: amigos, conocidos o que no consideren guiris y/o estúpidos (supongo que por desgracia nos encajaron en este último estereotipo). No solo no nos dijeron absolutamente nada de la tapa (y eso que lo pone en la carta), sino que casi nos transformamos en calabaza esperando a ser atendidos para la comanda (más allá de la bebida). Después de pillar a un camarero cerca que estaba justamente atendiendo a su compadre y ofreciéndole el oro y el moro, solicito su atención para comentarle lo de la tapa y con malas maneras que me esperase (a lo mejor atender dos mesas seguidas es solo alcanzable para dioses del sector hostelero, esos que lamentablemente a día de hoy son utopías). Me manda a otro compañero finalmente para poder atender mi petición de dificultad épica. Y una vez por fin siendo atendida y realizada, acto seguido de recibir las tapas pido la cuenta para comer como los pavos y no volver a aparecer por esos lares, tiene la poca vergüenza y desfachatez el camarero de decirme que no es para ponerse así. Que sigan timando así, que ya les predigo su futuro (la cola del inem). Espero al menos poder ayudar a una potencial víctima...
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