El Cantó del Palasiet — Restaurant in Altea

El Cantó del Palasiet, un restaurante que ha superado mis expectativas en todos los aspectos.

La visita fue motivada por una recomendación y, además, decidimos celebrar un cumpleaños en este encantador establecimiento.

Desde el momento en que llegamos, la atención fue excepcional. Vicente, el maestro arrocero y propietario, nos recibió con una calidez que hizo que nos sintiéramos como en casa. Su pasión por la gastronomía local y su disposición para compartir historias sobre el pueblo y sus tradiciones culinarias con nosotros hicieron que la celebración fuera aún más especial.

Entrantes: Comenzamos con una serie de entrantes. El pan casero con masa madre, acompañado de un alioli y sobrasada elaborada de forma tradicional, fue una delicia. La calidad de los ingredientes se notó, y el sabor del pan era como uno lo desea, crujiente por fuera y tierno por dentro. Las tellinas, condimentadas con especias que armonizaban perfectamente, nos transportaron a la costa. Las croquetas de jamón ibérico sobre pimientos confitados fueron, sin duda, una de las estrellas de la mesa, cremosas y con un sabor profundo. Las cigalas de la Bahía salteadas con ajetes fueron otro plato destacado, la salsa resultante tenía un sabor delicioso,los ajetes aportaron un toque fuerte y único que realzó el marisco. Y para culminar los entrantes, Vicente nos recomendó los bollos de Bleda Altéanos (con y sin sardinas). Estos bollos, típicos de la zona, destacaron por su sabor auténtico y su textura esponjosa.

Plato Principal: En cuanto a los platos principales, optamos por un arroz al horno (hecho por encargo) y una paella alicantina. Ambos platos estaban espectaculares. La paella alicantina tenía un sabor agradable, con la carne perfectamente sellada y sin exceso de grasa. Los garbanzos estaban en su punto y las verduras aportaban un sabor vibrante. Sin embargo, el arroz al horno fue nuestro favorito indiscutible, la morcilla le dio un toque fenomenal y el arroz estaba en su punto perfecto, resaltando la maestría de Vicente como arrocero.

Postres: Para finalizar la comida, se nos ofrecieron un cheesecake y un tiramisú, acompañados de dos licores caseros: un limoncello y un licor de marihuana. Los postres estaban muy buenos, aunque el dulzor podría ser un poco excesivo para mi paladar, reconozco que esto es una preferencia personal. Los licores, por su parte, fueron un excelente complemento para cerrar la experiencia.

La amabilidad y profesionalidad de Vicente, junto con sus explicaciones sobre cada plato, transformaron nuestra comida en una experiencia educativa y memorable. Hubo momentos en los que nos sumergimos tanto en la conversación que casi olvidamos comer, y en otros, el silencio en la mesa reflejaba el disfrute colectivo de la comida.

En resumen, El Cantó del Palasiet es un lugar que definitivamente merece ser visitado. La combinación de un ambiente acogedor, una gastronomía excepcional y un servicio impecable lo convierten en un destino al que volveremos sin duda. Muchas gracias, Vicente, por hacer de nuestra celebración un momento inolvidable....

Un restaurante que sin duda se merece salir adelante.

El restaurante te sumerge desde el primer momento en un ambiente tranquilo, relajante y con clase. Un espacio acogedor, con música de fondo y que además cuenta con unos baños de 10. El servicio es inmejorable, el chico que atiende en sala es realmente amable y profesional. Todo hace que la estancia sea muy agradable.

En cuanto a la comida fue un poco decepcionante, pero no por eso un suspenso. Pedimos una paella de calamares y cigalas, de sabor muy buena, realmente sabrosa, pero bastante salada, al poco rato el cuerpo ya te pedía beber agua, de hecho acabamos pidiendo otra botella. Además, algunas capas no estaban tostadas sino quemadas, para los que nos gusta raspar el arroz del fondo no fue una experiencia muy buena ya que distinguías la diferencia del tostado que tienen todas las paellas a quemado. Para un sitio de este nivel y que además está especializado en paellas no te esperas estos fallos tan básicos.

Los postres sí que fueron una verdadera aventura, la presentación es posiblemente la mejor que vi en un postre en toda mi vida. La tarta de queso venía con un nivel de detalle alucinante, de sabor no me convenció tanto, las tengo probado mejores (para mi gusto) en cualquier pastelería, pero aún así estaba rica y valoro que tenga un sabor diferente y especial que la diferencie del resto que puedes encontrar en cualquier parte. El otro postre tenía un sabor demasiado intenso a chocolate que a los pocos bocados ya no te apetecía seguir, demasiado cargado de cacao, no es para todos los paladares pero de nuevo una presentación sublime y unos sabores que aunque no sean los que más convezcan sí que son únicos.

Considero que es una propuesta para probar y no tanto para repetir, pero que si se corrigen los fallos podría llegar a ser un sitio interesante al que ir recurrentemente ya que el lugar, el servicio y las propuestas...

Oh. My. God. This is an absolute Altea hidden gem. The food is delicious and service delightful. Lots of choice for food and wine and interesting alternatives to the normal fare. We've been in Altea a few years and just discovered it- amazing! Open for lunch during the week and evenings Friday and Saturday. It has a minimum spend but it's totally reasonable for the quality of food. Definitely going...