Fuimos a cenar unos amigos con la esperanza de repetir la buena cena que tuvimos en el mismo sitio unos meses antes, pero resultó ser un auténtico terror gastronómico.
Para empezar, de los 2 entrantes que pedimos, el camarero/propietario únicamente nos sirvió 1, las “patatas a lo rico”. Sinceramente, o los ricos no saben comer o los pobres tienen un amplio bagaje culinario, porque madre mía vaya patatitas... Las croquetas de rabo de toro que también pedimos, me imagino que al no haber corridas no pudo hacerlas, lo que tampoco le echo en cara, no es culpa suya.
En el segundo asalto nos sirvió la tan esperada carne, dos chuletones de 600 gramos cada uno. El propietario ya nos advirtió de que serían bastante para 3 personas, y así fue. No hablo en términos boxísticos en vano, la pelea que tenías que hacer con la carne para conseguir tragártela se podría considerar toda una batalla. Yo, que soy un púgil aventajado, opté por cortarla en pequeños trocitos y tragarla sin masticar. Mis amigos, en cambio, ya han cogido cita con el dentista para ponerse los dientes que se dejaron en la contienda.
Por último, le pedimos más agua para acompañar la comida, pero supuestamente se quedó sin botellas. A esto le añadimos el pan que no sacó, el café con copa de Baileys que tampoco y un tercio que... dejo que adivines lo que pasó... y se queda una cena excelente. Claro está que podríamos habérselo pedido otra vez, todos nos podemos olvidar, pero dada la situación lo único de lo que teníamos ganas era de irnos de allí.
Como punto positivo, por lo menos, se debería destacar el acondicionamiento del local. Tanto la decoración como la extracción de humos de la cocina, que sobre tenerla abierta no salimos de allí hediendo, se pueden considerar como aspectos a remarcar.
El propietario (una persona muy educada, eso sí) creo que mejor podría dedicarse al marketing, a vender coches y a hacer anuncios publicitarios, porque todo lo que le falta de saber cocinar lo tiene de saber vender las cosas. Espero que nadie que se precie vaya a disfrutar de una comida “fusión” a este restaurante. Eso sí, si quieres saber qué cosas no están buenas, te invito encarecidamente a...
Read moreLa excelencia hecha restaurante (Actualización marzo 2023: Valoración hecha con los antiguos dueños. No he probado la nueva gerencia que acaba de empezar.)
El restaurante Saó no solo es un regalo para el paladar y un reconocimiento al buen gusto gastronómico, sino un lugar en el que sentirte a gusto, con un servicio excepcional y una atención personalizada sin competencia. Con un cambio constante de la carta, de forma parcial o completa, cada visita es una nueva experiencia. Cualquier particularidad la tienen en consideración y la solventan con discreción y comprensión. ¡Cuánto valor tiene esto y no hay precio que lo pague! Alergias, intolerancias, elecciones personales como el vegetarianismo, el veganismo… Nada es un muro en el Saó. Te abren la puerta y te ofrecen un abanico de opciones que, hasta hoy, (y he viajado mucho) no he encontrado en ningún otro lugar; ni en restaurantes especializados (veganos, vegetarianos…) ni en convencionales. Y sin incrementos en los precios. Precios que, además, no son en absoluto elevados. Pero si buscas comer o cenar a un precio irrisorio, sin importar la calidad ni el sabor, donde lo normal sea tener que llamar varias veces la atención del personal y que no se te atienda, que se dejen platos por traer, con muchísimas personas hablando alto, que en los baños falte siempre algo (papel, jabón, ambos, pestillo…) elige otro restaurante, porque este no te gustará. Porque este no cumplirá con tus expectativas. En cambio, si buscas un lugar donde comer o cenar, donde invitar a alguien y disfrutar de la comida en un lugar acogedor, con un ambiente agradable, y a un precio que concuerde con la calidad y exclusividad que paladees, reserva ya, por lejos...
Read moreRealmente no entiendo sus reseñas… me explico, pedimos unas rabas (calamares) supuestamente caseros y son congelados, con el rebozado que se despega del calamar y aceitoso a más no poder! Con lo que deduzco que el aceite estaba frío… pedimos de Segundo 2 entrecot y aquí por puntos: 1- casi casi 60% era o sebo o nervio. 2- quemado por fuera y crudo por dentro. 3- tenía pimienta y diferentes hierbas tipo albahaca, tomillo, etc… y en la carta no mencionaba dichos condimentos (qué pasa si soy alérgico o simplemente no me gustan?)
Me recorro toda españa por trabajo y me guío mucho por las reseñas para poder comer bien, aquí un ejemplo del que no sirven para nada duchas reseñas… si os fijáis en mi perfil no tengo ni una sola mala, de echo le voy a poner 2 estrellas porque no me han envenenado tampoco, eso si… no merece este nivel de reseñas, con mi experiencia de hoy no creo qué debería tener más de un 3.
P.D- la camarera lo intento pero no supo ver nuestro descontento en ningún momento…. Éramos tan solo 2 mesas ocupadas en el restaurante, se debería haber dado cuenta que nuestro comportamiento cambió desde que entramos hasta que salimos del local. (Siempre educados por supuesto)
NO VUELVO, NI LO...
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