Restaurante Casa Germán — Restaurant in Avilés

Quién lo ha visto y quién lo ve...

En otra época, Casa Germán fue la mejor sidrería de la zona y, también, una de las mejores de Avilés. Buena relación calidad-cantidad-precio en su carta y menús, atención razonable, espacio privilegiado y, sobre todo, ganas de cumplir.

Esos tiempos han quedado ya lejos. Aunque el lugar físico siga siendo una delicia, la desgana general se ha adueñado del negocio. Además, la calidad de varios de sus platos ha descendido notablemente... Al tiempo que algunos precios se han disparado sin sentido. ¿14 euros por un plato de patatas fritas con tres salsas (brava, alioli y cabrales, servidas en tres pequeños cuencos)? O sea... ¿¿¿Y, por ese dinero, no incluye caviar, trufa o una esferificación de... Algo???

En cuanto a la atención... En fin, el tema es para dar de comer aparte. Atrás quedaron los camareros atentos y amables de toda la vida (salvo Casi... El bueno de Casi, que mantiene a flote este barco con su ternura y buen hacer). Muchos de los que tienen en plantilla estos últimos años deambulan entre las mesas ignorando las manos alzadas, pasan de largo con la bandeja de pinchos a conveniencia, o echan más tiempo fumando en la puerta que dedicados al servicio. Todos ellos, capitaneados por un gerente que, con sus "artes" sociales, ha logrado espantar a bastantes clientes. Para muestra, un botón: ayer por la tarde entré a pedirle una consumición y, aparte de tomarse su tiempo en levantarse de la silla y acercarse a atenderme, al decirle que estaba en la terraza me espetó "No, estás dentro; fuera no servimos hasta las siete". Todo chulería y prepotencia, sin venir a cuento. Y mejor no sigo...

Como vecino de El Pozón que soy, me apena profundamente observar esta decadencia de uno de sus establecimientos bandera, pero bueno... Es la vida, imagino.

Ojalá una llamada de atención seria, o un futuro cambio de gerencia, pongan freno...

El cliente nunca debería de estorbar. Llamamos para reservar y nos dijeron que no hacían reservas. Llegamos para cenar y juntamos unas mesas en la terraza, tomamos unos refrescos y unas sidras para hacer tiempo El camarero que pasó con el pincho, el jefe, ni sabía lo que daba de pincho y de muy malas maneras nos dijo que si lo supiera, sería el cocinero. Decidimos cenar dentro porque fuera nos caían cenizas de los incendios cercanos y nuestra sorpresa fue cuando el jefe nos dijo que le estorbábamos mientras otro camarero nos indicaba la mesa. Qué le molestábamos. Después de sentarnos pedimos patatas 3 salsas a 14€ la ración, muy caro para la cantidad que sirven, pero estaban buenas de sabor, la verdad. Pedimos zamburiñas plancha, que parecían más volandeiras que zamburiñas, con una salsa que sabía más que nada a vino blanco. Misma salsa que tenían los chipirones plancha que además estaban sin limpiar. El cachopo poco hecho, pero eso va en gustos. Los postres buenos, pero salvo el arroz con leche, el resto son industriales, no caseros. Nada que ver con el Casa Germán de hace años. Experiencia nada recomendable, sobretodo...

Tuve la suerte de comer y cenar en este restaurante durante dos días seguidos y la experiencia fue increíble. Desde el momento en que llegamos, el ambiente es acogedor y cómodo, ideal para disfrutar de una comida tranquila. La comida, deliciosa y siempre bien presentada, destaca por la frescura de sus ingredientes y la creatividad en sus platos. Pero, sin lugar a dudas, lo que realmente hizo la diferencia fue la atención al cliente.

Quiero hacer un énfasis especial en la camarera que nos atendió durante toda nuestra estancia. Su actitud fue impecable, siempre con una sonrisa y dispuesta a hacer todo lo posible por asegurarse de que nuestra experiencia fuera perfecta. Fue extremadamente amable, atenta y profesional, mostrándose siempre pendiente de nuestros pedidos sin ser intrusiva. Nos hizo sentir muy bienvenidos, como si estuviéramos comiendo en casa, lo que es algo que definitivamente valoro.

Esos pequeños detalles, como su capacidad para anticiparse a nuestras necesidades y su calidez, hicieron que nuestra visita fuera aún más especial. ¡Sin duda volveré pronto! Pd: somos los jóvenes de la...